Un dirigente sindical con carisma pol¨ªtico
Antonio Guti¨¦rrez cierra este pr¨®ximo s¨¢bado su etapa como secretario general de Comisiones Obreras y debe elegir qu¨¦ camino toma. El carn¨¦ de identidad dice que naci¨® en Orihuela (Alicante) y que va a cumplir 49 a?os. Tiene en realidad un a?o m¨¢s, pero a¨²n as¨ª es joven para emprender nuevos retos.Su camino futuro puede estar en la pol¨ªtica, siempre que la resoluci¨®n de la crisis de la izquierda le ofrezca alguna posibilidad de colaboraci¨®n. ?l ya ha apuntado que, si el PSOE e Izquierda Unida contin¨²an el proyecto de unidad con el que se presentaron a las elecciones generales del 12 de marzo, est¨¢ dispuesto a implicarse "hasta las cachas", en un primer momento como independiente.
Ahora se va a su casa, sin subsidio de desempleo, un derecho vetado a los exsindicalistas, y con la intenci¨®n de buscar un trabajo que le d¨¦ de comer. Su curr¨ªculo profesional lo quiere completar concluyendo la licenciatura de Econ¨®micas, a la que en estos a?os pasados no ha podido dedicar el tiempo necesario.
La andadura de la nueva etapa de su vida la iniciar¨¢ colaborando en una fundaci¨®n cultural que van a promover catedr¨¢ticos amigos y como columnista en un diario econ¨®mico. Asimismo el rector de la Universidad de Castilla-La Mancha, Luis Arroyo, espera que acepte su ofrecimiento para que participe en los seminarios de la instituci¨®n acad¨¦mica sobre relaciones laborales. Otra posibilidad que tiene es incorporarse a la direcci¨®n de la Confederaci¨®n Europea de Sindicatos (CES), y para eso cuenta con el apoyo de su actual secretario general, Emilio Gabaglio.
Para tomar la decisi¨®n sobre su trayectoria futura tendr¨¢ que superar los miedos y las vacilaciones que conforman la otra cara de una persona con imagen p¨²blica de valiente. Una debilidad bien conocida por los dirigentes que le han acompa?ado en los ¨²ltimos a?os, y que han sido testigos de los cambios que le hacen pasar de la tosquedad a la amabilidad con una facilidad asombrosa.
Ahora la limitaci¨®n de mandatos para el secretario general de CCOO, recogida en los estatutos de la central a propuesta suya, le obliga a un cambio vertiginoso. Para ¨¦l llega la retirada de la vida p¨²blica, al menos por una temporada.
Se trata del primer dirigente espa?ol que abandona el cargo por haberse autoimpuesto un tope de mandatos: dos ordinarios y uno extraordinario. Culmina as¨ª una trayectoria de 12 a?os que ha desarrollado como secretario general de CCOO dividida en dos etapas y dos estrategias bien diferentes.
Al tomar el relevo de Marcelino Camacho, Guti¨¦rrez continu¨® una pol¨ªtica sindical basada en combinar el enfrentamiento con el di¨¢logo, aunque claramente inclinada hacia la primera parte del binomio. No tanto en el seno de las empresas, como en las relaciones con el Gobierno y la patronal. En los primeros ocho a?os, Guti¨¦rrez, junto a la UGT entonces dirigida por Nicol¨¢s Redondo, convoc¨® tres huelgas generales a los Gobiernos del PSOE. Una experiencia que se sald¨® con una profunda reflexi¨®n en el seno del movimiento sindical que, en los ¨²ltimos meses del gabinete socialista, a principios del a?o 1996, tom¨® la iniciativa de abrir cauces de di¨¢logo con la patronal CEOE y con el Ejecutivo.
Ah¨ª se gestaron pactos que cuando el Partido Popular lleg¨® al Gobierno decidi¨® respaldar. Entre ellos, el desarrollo del Pacto de Toledo sobre las pensiones p¨²blicas, la resoluci¨®n negociada de conflictos colectivos, la ley de salud laboral y la reforma laboral pactada de 1997 para impulsar la estabilidad en la contrataci¨®n, que ha dado como fruto m¨¢s de dos millones de contratos fijos.
De esta forma, CCOO se incorpor¨® a una l¨ªnea de di¨¢logo social permanente, que hab¨ªa mantenido la UGT en solitario desde la transici¨®n con los primeros acuerdos marcos interconfederales.
Para ello fue clave que las dos centrales apostasen por la unidad de acci¨®n, una pol¨ªtica que fue impulsada por Guti¨¦rrez y Redondo, que tuvo su continuidad cuando C¨¢ndido M¨¦ndez lleg¨® a la secretar¨ªa general de UGT, en 1994, y con algunos roces importantes en el ¨²ltimo a?o.
Ese cambio radical en la estrategia de Comisiones, en la que ahora la negociaci¨®n prima sobre el enfrentamiento, se ha producido con una convulsi¨®n importante en el seno del sindicato. Producto de ella fue la ruptura entre Guti¨¦rrez y Camacho, que estall¨® en el VI Congreso (el de 1996), cuando un sector del sindicato present¨® una reforma estatutaria que eliminaba la figura del presidente de la central, que hab¨ªa desempe?ando Camacho en los cuatro a?os anteriores.
Desde ese congreso, el sindicato no ha resuelto esa divisi¨®n y los enfrentamientos y las discrepancias entre la mayor¨ªa aglutinada en torno a Guti¨¦rrez y la minor¨ªa que lidera Agust¨ªn Moreno, con el que fue u?a y carne, han sido casi cotidianas.
En esa nueva l¨ªnea sindical, Guti¨¦rrez ha dado el salto respaldado por un equipo defensor de la pol¨ªtica de di¨¢logo social, en el que ha tenido un papel protagonista quien a partir del pr¨®ximo s¨¢bado le va a suceder en la secretar¨ªa general de CCOO: Jos¨¦ Mar¨ªa Fidalgo. Un equipo formado por personas que no han pertenecido nunca al PCE o que se han dado de baja en ¨¦l para subrayar m¨¢s a¨²n el alejamiento entre el sindicato y el Partido Comunista.Con esta estrategia, Guti¨¦rrez ha logrado convertir a CCOO en el primer sindicato espa?ol.
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