Putin logra que la Duma ratifique el tratado de desarme Start II siete a?os despu¨¦s de su firma
Los diputados rusos se plegaron ayer d¨®cilmente a los deseos del presidente electo, Vlad¨ªmir Putin, y ratificaron por la v¨ªa r¨¢pida y con amplia mayor¨ªa el tratado Start II de reducci¨®n de armas nucleares estrat¨¦gicas, firmado en 1993, que los anteriores Parlamentos, dominados por los comunistas y sus aliados, hab¨ªan bloqueado sistem¨¢ticamente. El acuerdo compromete a Estados Unidos y Rusia, las dos superpotencias at¨®micas, a eliminar de aqu¨ª al 31 de diciembre de 2007 cerca de la mitad de sus arsenales nucleares de largo alcance, hasta un m¨¢ximo de 3.500 cabezas por cada pa¨ªs.
Por si fuese necesario, Putin se present¨® en la Duma y areng¨® a los diputados, cuyo debate previo a la votaci¨®n se desarroll¨® a puerta cerrada. Sus argumentos fueron concluyentes: que Rusia no quiere (ni puede permitirse) una nueva carrera de armamentos, que el tratado favorece la modernizaci¨®n de la fuerza nuclear y que si Estados Unidos viola el tratado ABM antimisiles bal¨ªsticos cortar¨¢ en seco el di¨¢logo global de desarme, tanto nuclear como convencional.El tratado prev¨¦ la destrucci¨®n de ojivas at¨®micas transportadas en bombarderos estrat¨¦gicos o desplegadas en misiles intercontinentales susceptibles de ser lanzados desde tierra o desde submarinos.
Fue suscrito el 3 de enero de 1993 por George Bush y Bor¨ªs Yeltsin, obtuvo la ratificaci¨®n del Senado norteamericano en 1996 y choc¨® una y otra vez contra el empecinamiento del partido de Guennadi Ziug¨¢nov que alegaba que su aplicaci¨®n amenazar¨ªa gravemente la seguridad nacional de Rusia. El l¨ªder comunista ha llegado a comparar el voto de ayer con el Pacto de M¨²nich, que, en 1938, fue incapaz de aplacar a Hitler y se convirti¨® en preludio de la II Guerra Mundial.
El mensaje de Ziug¨¢nov cay¨® en el vac¨ªo porque ¨¦sta ya no es su Duma, aunque su partido siga siendo el m¨¢s fuerte. Tanto Unidad (un invento del Kremlin), como sus virtuales aliados del grupo Diputados Populares, los centristas de Patria-Toda Rusia, los derechistas de Sergu¨¦i Kiriyenko, los liberales de Grigori Yavlinski y los ultranacionalistas de Vlad¨ªmir Zhirinovski votaron por la ratificaci¨®n. El resultado fue rotundo: 288 votos a favor (hac¨ªan falta 226), 131 en contra y 4 abstenciones. Caso cerrado.
La resoluci¨®n de la Duma (que tambi¨¦n dio el visto bueno al protocolo de adaptaci¨®n del Start II, cuyo plazo de aplicaci¨®n venc¨ªa inicialmente el a?o 2003) liga la ratificaci¨®n a una larga serie de condiciones. La m¨¢s significativa es que EE UU no rompa el ABM, es decir que Bill Clinton renuncie a su plan de miniguerra de las galaxias para hacer frente a eventuales ataques con misiles de Estados potencialmente terroristas como Corea del Norte o Ir¨¢n.
Romper la baraja
Rusia se reserva tambi¨¦n la posibilidad de romper la baraja si, por ejemplo, se despliegan armas at¨®micas en pa¨ªses que se integren en el futuro en la OTAN. En la pr¨¢ctica ser¨¢ Putin el encargado de responder si EE UU mueve ficha en el caso del ABM.
Putin despleg¨® ayer en la Duma un ambiguo juego, en el que mezcl¨® el palo y la zanahoria, el pacifismo y el belicismo, la demagogia y el realismo, sin que, al final, despejase siquiera una pizca la inc¨®gnita de qu¨¦ le ronda de verdad por la cabeza. Logr¨® el objetivo principal, el que Occidente le exig¨ªa, que se ratificase el Start II. Se mostr¨® ah¨ª como el Putin capaz de encandilar al mism¨ªsimo Tony Blair, al que podr¨¢ presentar la pr¨®xima semana en Londres una magn¨ªfica carta de visita. Y, al mismo tiempo, consciente de que el nacionalismo es una de las bases de su ascenso al poder, puso el ¨¦nfasis en que Rusia seguir¨¢ siendo capaz de "destruir a cualquier enemigo, varias veces, en cualquier lugar u ocasi¨®n, incluso si tiene que luchar simult¨¢neamente contra varias potencias at¨®micas".
Putin dej¨® muy claro que su pa¨ªs conservar¨¢ ese poder apocal¨ªptico, no s¨®lo tras la aplicaci¨®n del Start II, sino tambi¨¦n con el Start III, que se comenzar¨¢ a negociar inmediatamente. Ya existe un preacuerdo que fija como objetivo limitar a entre 2.000 y 2.500 el n¨²mero de ojivas at¨®micas de cada bando.
Oferta de Putin
Putin ofreci¨® ayer un techo mucho m¨¢s bajo: 1.500 cabezas. Desde su punto de vista, eso permitir¨ªa mantener la paridad estrat¨¦gica y modernizar los arsenales at¨®micos a un precio que la maltrecha econom¨ªa rusa podr¨ªa permitirse.
De hecho, con tratados de desarme o sin ellos, el pa¨ªs m¨¢s grande del mundo, convertido en una sombra de lo que fue en tiempos sovi¨¦ticos, es incapaz de frenar el deterioro de miles de cohetes en mal estado de mantenimiento o al final de su vida ¨²til.
La ratificaci¨®n del Start II fue muy bien recibida en Occidente. Madeleine Albright, la secretaria de Estado norteamericana, de visita oficial en Ucrania, la consider¨® "un paso hist¨®rico que ayudar¨¢ a mejorar la seguridad mundial".
El secretario general de la Alianza Atl¨¢ntica, el brit¨¢nico George Robertson, y su portavoz Jaime Shea destacaron que favorece la cooperaci¨®n entre Rusia y Occidente y futuros compromisos de desarme adicional.
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