El des¨¢nimo generalizado deja el motor de la UE al ralent¨ª
La Uni¨®n Europea apenas avanza al ralent¨ª en la gesti¨®n del d¨ªa a d¨ªa. La desmoralizaci¨®n del funcionariado y el p¨¢nico a asumir responsabilidades tras el caos del final de la ¨¦poca Santer se deja sentir ahora m¨¢s que nunca. "Nadie quiere ser responsable ni firmar ning¨²n papel que pueda comprometerle. Cualquier decisi¨®n requiere decenas de asentimientos previos y se retrasa durante un tiempo inconcebible", denuncia un veterano diplom¨¢tico."Por ejemplo", a?ade, "llevamos meses esperando a que se tome una decisi¨®n para ayudar a Montenegro, pero la pelota va bailando de un lado a otro, porque al formar parte de Yugoslavia y no ser ¨¦sta un Estado independiente, es muy dif¨ªcil encontrar la f¨®rmula jur¨ªdica para amparar ese gasto. Y nadie quiere correr el riesgo de que luego venga el Tribunal de Cuentas o el Parlamento Europeo a decir que no gestionas bien el dinero comunitario", concluye.
La campa?a iniciada el a?o pasado contra la Comisi¨®n se bas¨® en denunciar la mala gesti¨®n. A partir de un par de casos sazonados con los abusos pol¨ªticos de la entonces comisaria, Edith Cresson, la Comisi¨®n se convirti¨® en sin¨®nimo de caos administrativo, pese a que el 80% de las irregularidades detectadas afectan a los Estados.
Reforma Kinnock
Para corregir el rumbo, el presidente Romano Prodi encarg¨® al brit¨¢nico Neil Kinnock reformar la administraci¨®n de la Comisi¨®n. Sus proyectos no s¨®lo no han mejorado la moral de la tropa, sino que han tropezado ahora con un inc¨®modo escollo: el jefe de gabinete de Kinnock desde 1997, Andrew Cahn, ha decidido fichar en junio pr¨®ximo por la muy privada British Airways,pese a que su comisario desempa?aba la cartera de transportes hace apenas siete meses. Algunos lo consideran "un mal ejemplo".
Tan malo como el que han dado los ex comisarios del equipo Santer al no cumplir -salvo dos o tres honrosas excepciones- su obligaci¨®n de informar sobre sus actuales sueldos privados para que les sean descontadas esas cantidades de sus indemnizaciones anuales de transici¨®n. La Comisi¨®n les requiri¨® hace un mes a cumplir esa obligaci¨®n y les dio de plazo hasta ayer, 15 de abril.
El camino de los malos ejemplos lo abri¨® Martin Bangemann al intentar fichar por Telef¨®nica cuando a¨²n era comisario de Industria y Telecomunicaciones. Y lo ha seguido el incorruptible Karel van Miert, que ha decidido asesorar a Phillips y Swissair. Otros se han ido tambi¨¦n al sector privado rozando el l¨ªmite de lo ¨¦tico. Yves-Thibault de Silguy est¨¢ en Lyonnaise des Eaux, Leon Brittan en Unilever y el banco de negocios suizo Warburg Dillon Read, Jo?o de Deus Pinheiro en la petrolera GALP y Marcelino Oreja en la constructora FCC. Otros tres (Jacques Santer, Padraig Flynn y de nuevo Bangemann) deben afrontar acusaciones period¨ªsticas de traficar con influencias tras dejar la Comisi¨®n.
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