El 'hipermercado' de la droga m¨¢s grande de Espa?a cuadruplica su clientela.

Asimismo, se han trasladado a Las Barranquillas otras familias de La Celsa tras el anuncio del Gobierno regional del derribo inminente de ese n¨²cleo residencial en las afueras de Vallecas.A la expansi¨®n del poblado de Las Barranquillas ha contribuido otro factor: es el ¨²nico hipermercado de la droga de toda la regi¨®n que ofrece a los toxic¨®manos hero¨ªna y coca¨ªna durante las 24 horas del d¨ªa. La venta es continua y en muchos sitios, por lo que los heroin¨®manos acuden en masa al tener la seguridad de poder comprar y escoger. Los propios clanes han llegado a un acuerdo para evitar la competencia. Durante el d¨ªa funciona el negocio de las drogas en las chabolas de la orilla derecha y por la noche en las del lado izquierdo.

A lo largo de 1999, la polic¨ªa ha emprendido 36 redadas, una media de tres al mes, en Las Barranquillas, con un resultado de 143 detenidos. Este a?o se ha incrementado el cerco de los agentes y en los tres primeros meses se ha duplicado el n¨²mero de intervenciones respecto a 1999. En enero, febrero y marzo se han registrado 18 chabolas, 6 al mes, con un balance de 40 detenidos. En cada una de esas operaciones los agentes se enfrentan a graves riesgos, ya que los clanes suelen defenderse con violencia, por lo que en la mayor¨ªa de las situaciones los polic¨ªas reciben el apoyo de compa?eros de las unidades antidisturbios.

De cada diez detenidos en Las Barranquillas siete son mujeres, ya que son las encargadas de vender la droga en las chabolas, mientras que los hombres se responsabilizan de la vigilancia. "La etnia gitana es una sociedad muy machista y son las mujeres las que dentro de las casas se encargan de despachar la droga y de pesarla en la b¨¢scula delante del toxic¨®mano", explica uno de los polic¨ªas de la comisar¨ªa de Vallecas Villa. Los agentes no se atreven a dar un perfil de las mujeres detenidas. "Ni siquiera podemos sacar la media de edad de las arrestadas porque se ha llegado a coger a ni?as de 16 a?os vendiendo droga y abuelas de 78 a?os que nos han arrojado hasta hachas a la cabeza", explica uno de los agentes.

Dentro de las chabolas la droga se oculta en varias bolsas. El toxic¨®mano suele adquirir una papelina o micra (una d¨¦cima parte de un gramo). Las mujeres suelen pesar la mercanc¨ªa delante del toxic¨®mano, que se lleva el caballo recogido en un peque?o saco. En las chabolas, como mucho, suele haber unos 300 o 400 gramos de cada sustancia. Esta semana la papelina de hero¨ªna costaba 700 pesetas y la de coca¨ªna 1.200, seg¨²n la polic¨ªa. El comisario de Vallecas, Benito L¨®pez, ha mandado al Instituto de Toxicolog¨ªa las ¨²ltimas dosis aprehendidas.

An¨¢lisis

Los an¨¢lisis han revelado que la pureza de la coca¨ªna es s¨®lo del 20%, y del 40% de la hero¨ªna, seg¨²n explica el comisario, que destaca que el polvo blanco est¨¢ superando en precio al caballo, ya que la coca¨ªna escasea y se adultera m¨¢s.

La polic¨ªa calcula que al d¨ªa se facturan m¨¢s de siete millones de pesetas en Las Barranquillas. A la hora de efectuar los registros, los agentes tienen una ardua tarea y un complejo camino burocr¨¢tico en los juzgados. Primero tienen que vigilar con discreci¨®n las chabolas donde se vende la droga y, cuando comprueban que hay mucho movimiento, deciden dar los primeros pasos legales. Los agentes se enfrentan a una de las tareas m¨¢s ingratas, que consiste en incautarse la droga de los toxic¨®manos que compran la hero¨ªna en la chabola que se pretende reventar. "Es muy desagradable que a un toxic¨®mano que acaba de comprar su dosis se la quitemos, pero necesitamos esa prueba para presentarla en los juzgados", explica un agente.

En algunas ocasiones, la polic¨ªa corre el riesgo de que los toxic¨®manos le cuenten la operaci¨®n a los vendedores de droga. Si eso ocurre, ¨¦stos suelen dejar de despacharla. En caso contrario, la polic¨ªa pide el permiso judicial correspondiente. Tras las detenciones y posibles incautaciones, los agentes se pasan otro d¨ªa en el juzgado tramitando las diligencias, por lo que emplean casi una semana de trabajo en cada redada.

El a?o pasado la polic¨ªa se incaut¨® de unos siete kilos de droga en las operaciones policiales de Las Barranquillas. El pasado mi¨¦rcoles los funcionarios entraron en una chabola. Como en muchos casos, los traficantes arrojaron la droga al fuego. La novedad de esta ¨²ltima intervenci¨®n fue que tambi¨¦n quemaron el dinero para destruir pruebas. Los agentes consiguieron rescatar del fuego 200.000 pesetas en buen estado que ya han sido ingresadas en el banco, seg¨²n explic¨® uno de ellos.

En Las Barranquillas falta suelo para levantar m¨¢s chabolas, por lo que el poblado crece en varias direcciones. Los toxic¨®manos, sin embargo, siguen acudiendo al n¨²cleo duro cercano a la explanada del vertedero. All¨ª suelen llegar en coches alquilados o cundas. Se trata de heroin¨®manos que utilizan sus coches como taxis para la ruta de la papelina. Desde el centro de Madrid suelen cobrar unas 600 pesetas a cada cliente, 1.000 pesetas desde la Casa de Campo, y 1.500 desde los pueblos de Madrid. ?ltimamente los cunderos trabajan a comisi¨®n con algunos despachos de droga.