Cinco minutos de siesta antes de marcar 100 goles
Ra¨²l, con s¨®lo 22 a?os, ya es el d¨¦cimo jugador madridista de la historia que llega al centenar de tantos en Liga, una cifra conseguida en 212 partidos, los que ha jugado desde que debutara en 1994
El autob¨²s del Real Madrid se aproxim¨® a La Romareda. Era la tarde del 29 de octubre de 1994 y el t¨¦cnico, Jorge Valdano, se desplaz¨® por el pasillo en busca del debutante. Busc¨® a Ra¨²l. Quer¨ªa darle unas indicaciones antes de jugar contra el Zaragoza y se qued¨® perplejo al ver que dorm¨ªa. Hab¨ªa llegado su gran d¨ªa, y echaba una peque?a siesta, como el joven Alejandro Magno, antes de la batalla de Gaugamela. Ra¨²l estaba dormido y tal vez so?aba con una gran conquista. Quiz¨¢ so?¨® con marcar 100 goles, y m¨¢s. Y su sue?o se cumpli¨® el s¨¢bado pasado. "Ma?ana ser¨¢ un buen d¨ªa para hacer los 100", dijo el viernes. Y comenz¨® su marcha hacia los 200. Desde el s¨¢bado. Casi seis a?os m¨¢s tarde, y otra vez, en La Romareda.Ra¨²l tuvo que abrir los brazos en cruz decenas de veces. Cerr¨® los ojos, bajo la lluvia, festejando un gol. Se arrodill¨® frente al fondo sur del Bernab¨¦u y se persign¨® mirando al cielo, o escondiendo la cabeza en la hierba, como un adolescente poseso, en su cuarto partido con el primer equipo. Arranc¨® el bal¨®n con rabia desde el fondo de la porter¨ªa rival -en su peor temporada, la 97-98, en la que marc¨® s¨®lo siete goles- y regres¨® al c¨ªrculo central con aire sombr¨ªo en medio del j¨²bilo del p¨²blico del Bernab¨¦u. Pas¨® unos meses sin celebrar. Luego lo hizo bes¨¢ndose la alianza. El a?o pasado se cas¨® y tuvo un hijo.
Hoy los 100 festejos de sus goles reflejan un tr¨¢nsito fulgurante. Tiene 22 a?os. Es el cuarto capit¨¢n del Madrid despu¨¦s de Sanchis, Hierro y Redondo. Lleva 212 partidos jugados. 17.527 minutos sobre el c¨¦sped en encuentros oficiales de Liga. Un tiempo que ha descubierto a un jugador polivalente. Delantero y tambi¨¦n extremo. Media punta e incluso medio centro, seg¨²n las necesidades del equipo o el capricho de los entrenadores. Ra¨²l es capaz de hacer muchas cosas en un campo de juego gracias a su intuici¨®n. Es vers¨¢til, pero su naturaleza le permite brillar como pocos en la zona y en los tiempos de conflicto: el ¨¢rea y los momentos que preceden al gol.
Porque Ra¨²l en el ¨¢rea rival es un peligro. Por necesidad o porque prefiere ser implacable, asegura que es mejor no pens¨¢rselo cuando llega el momento. En ese instante que decide un partido, elige disparar r¨¢pido. A un toque. As¨ª ha metido 50 de sus 100 tantos. ?Por qu¨¦? Ra¨²l lo explic¨® el viernes pasado con conocimiento de causa: "Porque el f¨²tbol es eso. Lo de fabricarse los goles es para los fen¨®menos. El f¨²tbol, generalmente, es otra cosa. Yo busco el apoyo de un compa?ero. La pared. Y si puedo remato a un toque. Siempre lo he hecho as¨ª, desde que jugaba en mi barrio. As¨ª sorprendes m¨¢s, te anticipas a los defensas, no das tiempo a reaccionar. La metes, que es lo importante, aunque sea dando botes...".En toda su carrera, Ra¨²l s¨®lo ha metido cinco goles despu¨¦s de una jugada individual. Contra el Atl¨¦tico (temporada 96-97), el Valencia y la Real Sociedad (97-98), el Celta (94-95), y el Villarreal (98-99). De ¨¦stos, en su memoria, el ¨²nico que figura con nitidez es aqu¨¦l que le convirti¨® al Atl¨¦tico en el Calder¨®n -"el que hice en la Copa Intercontinental tambi¨¦n", advierte, pero ¨¦ste no suma en la centena de la Liga. Lo cierto es que nunca toc¨® tanto el bal¨®n antes de disparar a gol, como en aquel tanto al Atl¨¦tico. Recibi¨® un pase de Redondo en la frontal del ¨¢rea y se fue hacia la izquierda. Siete toques y tres regates le cost¨® meter la pelota en la caja. Juanma L¨®pez, defensa central del Atl¨¦tico, y el propio Molina, fueron sus v¨ªctimas m¨¢s inmediatas. A menos de diez metros, el n¨²cleo duro de la hinchada rojiblanca, el Frente Atl¨¦tico, lo vio en primera fila.
La cabeza -otra forma de anotar con un solo golpe- es la segunda opci¨®n que maneja Ra¨²l para marcar, aparte del toque de primera. Ha resuelto 17 jugadas de gol con cabezazos, una m¨¢s que las definiciones que ejecut¨® a dos toques (16) o las que remacho con tres (6), despu¨¦s de un control, un regate y un tiro.
En las definiciones a dos toques se prodig¨® sobre todo en la temporada 96-97, a las ¨®rdenes de Capello. Entonces, Ra¨²l marc¨® ocho goles a dos toques, dos a tres, y uno de jugada personal. Posiblemente, este exceso de contacto con el bal¨®n se debi¨® a la posici¨®n de la que part¨ªa: Capello le traslad¨® a la banda izquierda, por detr¨¢s de Suker y Mijatovic. Desde all¨ª se pon¨ªa en marcha. El retrato robot de los goles que marc¨® aquel a?o (21) comenzaba por un desplazamiento hacia el interior y una asistencia de Mijatovic o Seedorf. Luego un control, generalmente al borde del ¨¢rea, y un remate en el ¨¢rea grande (13) o en el ¨¢rea chica (7).
El a?o de Capello fue una excepci¨®n. Lo normal ha sido ver a Ra¨²l en dos situaciones cuando enfrenta la porter¨ªa. Primero, recibiendo un pase en profundidad en la frontal y disparando desde el borde del ¨¢rea o pisando la media luna. En esta posici¨®n pone en pr¨¢ctica un golpe que ya ha patentado, la cuchara. Envuelve el bal¨®n con el empeine y mete una vaselina por encima del portero. En la segunda situaci¨®n t¨ªpica, Ra¨²l conecta un centro en el ¨¢rea grande o en el ¨¢rea chica, y remata a un toque, con la izquierda (66) o con la derecha (15).
"Siempre fui zurdo", recuerda, "pero cuando Valdano me ascendi¨® al primer equipo, en 1994, me hizo practicar mucho con la pierna derecha, y gan¨¦ bastante. Aunque no le pego demasiado bien, me defiendo". En su primer a?o, no le fue mal como rematador ambidiestro: hizo cinco goles con la zurda y cuatro con la diestra. Zamorano, con sus dejadas en el ¨¢rea (4), y Laudrup (2), con sus pases en profundidad, alimentaron su ansia goleadora.
Ra¨²l no ha destacado por tener ¨ªndices de efectividad abrumadores. S¨®lo ha marcado tres goles en un partido, frente al Valladolid en el Bernab¨¦u, y con la ayuda de dos penaltis. Lo que s¨ª garantiza es un r¨¦gimen regular y un gol decisivo cuando el tiempo y el marcador aprietan. Ra¨²l ha convertido 15 goles decisivos en Liga y esto lo convierte en el jugador madridista cuyos goles han resultado m¨¢s valiosos en las ¨²ltimas seis temporadas. Mijatovic, su m¨¢ximo asistente (12), le sigue con seis.
Quiz¨¢ sus cifras no han engordado m¨¢s por ocupar demarcaciones que a veces le han alejado del ¨¢rea. Lo cierto es que ha marcado 100 goles en 212 partidos, con un promedio de 0,4 tantos por encuentro. De los goleadores hist¨®ricos de la Liga, s¨®lo Cruyff est¨¢ por debajo de ese nivel, con 0,3 tantos por partido. El m¨¢s certero de todos fue Vieri en la temporada 97-98, con 24 goles en 24 partidos. Le sigue Ronaldo con una media de 0,9. Por ¨²ltimo, Romario, Di St¨¦fano y Hugo S¨¢nchez alcanzaron un promedio de 0,7 goles. Pero ninguno de ellos debut¨® a los 17 a?os en la Liga. Enfundado en la camiseta del Madrid y echando una siesta antes de la batalla.
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