Cosas de mujeres

La Semana Santa es una fiesta tradicional. Hay cosas reservadas a mujeres y otras reservadas a hombres. Antes casi todo era cosa de hombres, y por eso en los ¨²ltimos a?os, no pocas cofrad¨ªas andaluzas han accedido a los deseos de algunas mujeres cofrades de ampliar su protagonismo. As¨ª, en Ja¨¦n actualmente el 10% de las costaleras son mujeres. En Sevilla, donde las hermandades se han resistido durante a?os a permitir que las mujeres salgan de nazarenas, ya casi la mitad les permiten salir. Y en Almer¨ªa, Mar¨ªa Dolores Verdejo S¨¢nchez, se ha convertido en la primera hermana mayor al frente de la cofrad¨ªa del Sant¨ªsimo Cristo del Amor.En M¨¢laga no existe ese problema (en cambio, no hay mujeres de trono), pero s¨ª hay tareas que son desempe?adas preferentemente por mujeres, o en todo caso, por sacerdotes: es la tarea de vestir a las im¨¢genes de la Virgen para la procesi¨®n.

Llegar a ser camarera de la Virgen de la Esperanza, que sale el jueves y es una de las m¨¢s veneradas de M¨¢laga, no es tarea f¨¢cil. Hay que ser hermana de la cofrad¨ªa, mostrar inter¨¦s por el asunto, mirar durante a?os c¨®mo lo hacen otras e ir cogiendo habilidad con las manos, los alfileres y los encajes.

En La Esperanza, la camarera mayor de la Virgen es tradicionalmente la esposa del hermano mayor de la cofrad¨ªa. Desde hace ocho a?os, este cargo lo ocupa Maribel Casenaves, que se deja asesorar, entre otras camareras veteranas, por Lola Ruiz del Portal, anterior camarera mayor.

Ellas no ven a la Virgen como el resto de las personas. Entre otras cosas, la miran mucho m¨¢s. Y desde todos los ¨¢ngulos. La ceremonia comienza el lunes anterior a Semana Santa. Ese d¨ªa, las camareras y las mujeres de la cofrad¨ªa interesadas en contemplar el rito peinan a la Virgen, le ponen la ropa interior y la tocan con una mantilla. Despu¨¦s se traslada la imagen al sal¨®n de tronos para continuar el rito. Ya sobre el trono se colocan el rostrillo, que es el encaje que rodea la cara, y el pecher¨ªn, que es el que cae sobre el pecho. Tambi¨¦n se colocan la saya, el faj¨ªn y el manto. La ceremonia culmina en la madrugada del Jueves Santo, con la colocaci¨®n de las joyas y la corona.

?C¨®mo es el ambiente en la ceremonia? Casenaves y Ruiz del Portal se solapan en las explicaciones: "Es de enorme respeto, aunque de vez en cuando hacemos comentarios o distendimos un poco el ambiente". ?Se quedan tranquilas alguna vez? "No. hasta que se encierra y vemos que todo sigue en orden, no nos relajamos". Hasta que la procesi¨®n sale, las camareras est¨¢n pendientes de que el rostrillo no tape el perfil, de que los volantes no se suelten o desluzcan, de que no se mueva ni un alfiler. Su ¨²nica recompensa es escuchar los piropos de la gente. Entonces saben que el esfuerzo ha valido.