ETA alimenta la radicalizaci¨®n del movimiento nacionalista
Es probable que quienes depositaron el paquete bomba en el McDonald's de Dinan no contaran con matar a una joven asalariada. Un atentado semejante desborda con mucho la capacidad de digesti¨®n de los propios simpatizantes del terrorismo bret¨®n, aunque la historia ense?e que en estos casos el proceso de asimilaci¨®n puede discurrir a un ritmo extremadamente r¨¢pido.El amateurismo atribuido desde siempre al grup¨²sculo de activistas bretones, casi un elemento folcl¨®rico del FLB (Frente de Liberaci¨®n de la Breta?a), juega a favor de la idea de un crimen no deseado, por mucho que ¨¦ste y otros atentados precedentes, den cuenta de una evidente radicalizaci¨®n.
Sin embargo, hay dos bombas reivindicadas a nombre del Ej¨¦rcito Revolucionario Bret¨®n (ARB) que encajan dif¨ªcilmente con la t¨¦cnica artesanal caracter¨ªstica hasta ahora de ese grupo. Son las bombas que el 18 de junio del pasado a?o y el 30 de octubre de 1998 estallaron, muy lejos de Breta?a, en los municipios de origen del primer ministro Lionel Jospin y del ministro de Interior, Jean-Pierre Chev¨¨nement.
Aquellos artefactos colocados en tan significados puntos de la geograf¨ªa pol¨ªtica francesa eran t¨¦cnicamente perfectos; tanto, que los investigadores policiales adjudicaron mentalmente el asunto a la organizaci¨®n terrorista vasca ETA. El asalto al polvor¨ªn de Pl¨¦vin fue una operaci¨®n dirigida y ejecutada por la organizaci¨®n vasca, que pag¨® con parte de la dinamita robada el apoyo log¨ªstico prestado por el ARB.
Los terroristas vascos, tan potentes en el plano organizativo, tan bien respaldados pol¨ªticamente, ejercen una fascinaci¨®n notable en el activismo violento bret¨®n. Los especialistas del Ministerio de Interior franc¨¦s creen que ETA alimenta, tambi¨¦n materialmente, la radicalizaci¨®n bretona, que se sirve del ARB y de otros grupos violentos nacionalistas para chantajear al Gobierno por v¨ªa interpuesta. Ya nadie se llama a enga?o.
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