150 pa¨ªses acuerdan en Nairobi mantener el veto al comercio del marfil y la caza de ballenas
La Convenci¨®n sobre el Comercio Internacional de Especies Amenazadas (CITES), que concluy¨® el jueves en Nairobi (Kenia), ha resistido a las formidables presiones ejercidas para que se levantara el veto al comercio mundial de especies protegidas. Ni los pa¨ªses africanos que pretend¨ªan dar salida a sus existencias de marfil ni el af¨¢n cazador de Jap¨®n y Noruega, que clamaban por reducir la protecci¨®n de la ballena gris y el rorcual aliblanco, han logrado convencer a la mayor¨ªa de los 150 pa¨ªses reunidos en Nairobi. Por el contrario, la conferencia ha optado por la precauci¨®n y mantiene el veto al comercio del marfil y la caza de ballenas.
La estrella del encuentro de Nairobi, que ha reunido a 2.000 representantes de 150 pa¨ªses, ha sido el marfil y el debate sobre si deb¨ªa autorizarse la venta limitada de las existencias que han ido acumulando algunos pa¨ªses del ?frica meridional en los ¨²ltimos a?os. La poblaci¨®n del elefante en ?frica se redujo a la mitad entre las d¨¦cadas de los setenta y ochenta. Este declive no se detuvo hasta que la CITES prohibi¨® el comercio de marfil en 1989. La medida permiti¨® una recuperaci¨®n de los paquidermos. Por ello, en la anterior conferencia CITES, celebrada en 1997 en Harare (Zimbabue), se autoriz¨® que Botsuana, Namibia y Zimbabue vendiesen de forma experimental y controlada sus reservas a Jap¨®n.Esta semana, en Nairobi, esos mismos pa¨ªses solicitaron renovar y ampliar este cupo para facilitar ingresos a los campesinos. Su petici¨®n se vio reforzada por Sur¨¢frica, que pretend¨ªa dar salida a 30 toneladas de marfil del Parque Nacional Kruger, almacenadas en los ¨²ltimos a?os gracias a la estabilizaci¨®n de su poblaci¨®n de elefantes.
La propuesta suscit¨® una gran controversia. El pa¨ªs m¨¢s contrario fue Kenia, que record¨® que el menor atisbo de tr¨¢fico legal de marfil desatar¨ªa el renacimiento del terrible mercado negro y, consecuentemente, el despegue del furtivismo.
Despu¨¦s de intensas negociaciones, se acord¨® permitir a los cuatro pa¨ªses surafricanos comercializar exclusivamente la piel y la carne de elefante, lo que permitir¨¢ a los campesinos percibir ciertos ingresos, sin que ello suponga ning¨²n riesgo de que se reinicie la caza furtiva. La medida se mantendr¨¢ al menos durante dos a?os, hasta la celebraci¨®n de la pr¨®xima cumbre CITES. Durante este tiempo se espera que el n¨²mero de elefantes aumente un 5% sobre la poblaci¨®n actual, que se estima superior a los 200.000 ejemplares en el ?frica meridional.
Fuera del consenso sobre el marfil y el mantenimiento del embargo a la captura de las ballenas, los observadores creen que la reuni¨®n de Nairobi deja fuera de protecci¨®n especies amenazadas. No se ha prohibido, tal como se hab¨ªa solicitado, la comercializaci¨®n del delf¨ªn mular del mar Negro, cuya poblaci¨®n ha disminuido en los ¨²ltimos a?os por la contaminaci¨®n. Tampoco ha prosperado la inclusi¨®n en el grupo I de las especies prohibidas del ciervo almizclero, que habita en Siberia Oriental y gran parte de Asia. Sus gl¨¢ndulas se aprovechan en perfumer¨ªa y medicina.
La Convenci¨®n CITES se adopt¨® en Washington hace 25 a?os y tiene como objetivo prohibir el comercio internacional de estas especies agrupadas en tres listas o anexos. En el primero se incluyen las prohibidas, salvo en condiciones excepcionales; en el II, las que todav¨ªa no est¨¢n en peligro de extinci¨®n y se pueden comercializar bajo ciertas condiciones, y un III, reservado a aquellas especies declaradas protegidas por legislaciones nacionales (el detalle de las tres listas con 30.000 referencias se encuentra en www.cites.org).
Durante los 10 d¨ªas que ha durado la reuni¨®n de Nairobi, bajo los auspicios del Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente, se han debatido m¨¢s de sesenta propuestas para modificar estas listas. Al grupo I se han incorporado, entre otras especies, el dugu¨®n, el tibur¨®n blanco y el pino de Chile, ¨²nico pa¨ªs que ha presentado la candidatura para la pr¨®xima cumbre de la CITES, en 2002.
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