Escritor cabal y consecuente

(...) Recordaba Unamuno que "el castellano hizo Castilla". Y, por tanto, el espa?ol hace y har¨¢ Espa?a y Am¨¦rica, extendiendo tambi¨¦n fuera de ellas, cada d¨ªa, sus ramificaciones. La lengua que dise?ara Nebrija, y que Cervantes expres¨® en el Discurso de las armas y de las letras, es nuestro mejor patrimonio com¨²n. Nos alegramos de que nuestras mejores armas sean hoy las de la raz¨®n que organiza, las del sentimiento que crea y da calor, las de la solidaridad que aproxima y comparte.Esa lengua nos visita esta ma?ana a trav¨¦s de Jorge Edwards, ganador del Premio Cervantes 1999, gracias a su obra esencialmente narrativa, aunque incluye rasgos de poes¨ªa y formas de ensayo que tambi¨¦n contribuyen a enriquecer su trayectoria como escritor cabal y consecuente.

Edwards proviene de Chile, uno de los pa¨ªses de m¨¢s larga y convencida tradici¨®n democr¨¢tica de Am¨¦rica. (....) En literatura, la tradici¨®n chilena es amplia y bien matizada, de manera especial en este siglo. Las generaciones de buenos escritores se suceden de manera natural y consecuente, de modo que su literatura armoniza sabiamente los valores particulares con los universales. En ese cuadro se inserta la figura y la obra de Jorge Edwards, los grandes m¨¦ritos y la vocaci¨®n de creatividad que caracterizan al autor de Temas y variaciones.

Al correr del tiempo y los aconteceres, es oportuno recordar dos nombres particularmente ligados a la biograf¨ªa y la escritura de Edwards: el narrador Jos¨¦ Donoso y el poeta Pablo Neruda, que no tuvieron ocasi¨®n de recibir el Premio Cervantes, aunque bien lo merec¨ªan.

Con el primero comparti¨® los trabajos y los d¨ªas chilenos y espa?oles, porque ambos ten¨ªan su refugio en nuestra tierra, su casa y su mesa de trabajo. El autor de Casa de campo nos dej¨® hace pocos a?os, si bien sus libros, tan americanos como universales, permanecen para su atenta y reconfortante lectura. Y Jorge Edwards mantiene a¨²n su enclave entre nosotros, de modo que alterna sus estancias chilenas con otras espa?olas, sin mayores dificultades, porque, al cabo, lo que nos diferencia es precisamente lo que nos complementa y enriquece.

Sabemos, tambi¨¦n, que con Neruda su relaci¨®n fue profunda y dilatada, de profesi¨®n, de amigos, de colaboradores y en cierto grado de maestro y disc¨ªpulo, situaci¨®n y circunstancias que Edwards plasm¨® de manera magistral en el libro Adi¨®s, poeta, compendio de lo mejor de la relaci¨®n humana, bien escrito, bien dilucidado y con la distancia cr¨ªtica que marca la inteligencia sensible y discursiva.

Con tan reconocida estirpe y acompa?amiento de escritores enlaza e incardina su obra el autor de Persona non grata. Escritor-diplom¨¢tico, de dilatada tradici¨®n en las letras universales, o a la inversa, que tambi¨¦n ser¨ªa significativo. Con ambiciones de ciudadano del mundo, embajador y viajero, ese talante forma parte de su vida y se refleja en muchas de sus p¨¢ginas.

(...) Conocidas sus circunstancias vitales y pol¨ªticas, importa destacar su lucha y compromiso con la libertad y con las libertades individuales y colectivas. Ha vivido la historia de su pa¨ªs durante los ¨²ltimos 40 a?os con plenitud y coherencia, respondiendo al postulado de aquel premio Nobel que dijo: "En Am¨¦rica Latina escribimos siempre de nosotros mismos y de nuestros problemas, para proyectarlos a lo universal".

Los cuentos, las novelas, los ensayos y las memorias de Jorge Edwards, as¨ª como su reciente obra El sue?o de la historia, son inequ¨ªvocas pruebas de este compromiso, que defini¨® otro premio Cervantes hispanoamericano al recordarnos que "la literatura es un instrumento para crear hombres libres". (...).