S¨®lo una dosis para consumo
Los toxic¨®manos podr¨¢n acceder a la narcosala sin mostrar identificaci¨®n alguna, pero cada uno s¨®lo podr¨¢ llevar consigo una dosis de droga. Para entrar al local ser¨¢ imprescindible la mayor¨ªa de edad.Los trabajadores sociales de la sala informar¨¢n a los drogodependientes de los programas de desintoxicaci¨®n y metadona a los que pueden acceder, ya que la unidad de venopunci¨®n se concibe tambi¨¦n como un puente para acercar a la red asistencial a personas muy alejadas de ella.
Las cabinas son de uso individual, pero carecen de puertas y s¨®lo est¨¢n aisladas por una cortinilla para que los m¨¦dicos observen en todo momento c¨®mo consumen los usuarios y puedan intervenir en caso de que alguno sufra un percance. Tambi¨¦n si observan que alg¨²n usuario se est¨¢ inyectando de una forma peligrosa para su salud, intentar¨¢n ense?arle c¨®mo pincharse sin riesgos de sufrir abcesos o hemorragias.
Los drogodependientes podr¨¢n analizar de forma voluntaria el contenido de las papelinas que consumen. Pero se tratar¨¢ de un an¨¢lisis s¨®lo cualitativo, es decir, sabr¨¢n qu¨¦ drogas est¨¢n presentes en las micras (d¨¦cima parte de un gramo) que compran a los traficantes. Lo que no conocer¨¢n es el grado de pureza de las drogas y con qu¨¦ sustancias est¨¢n adulteradas, ya que para eso har¨ªan falta an¨¢lisis m¨¢s exhaustivos que requerir¨ªan demasiadas horas.
El sistema de an¨¢lisis es similar al de la prueba de embarazo: un vasito con reactivos a las anfetaminas (estimulantes), la coca¨ªna, los barbit¨²ricos (sedantes), la hero¨ªna y las benzodiazepinas (tranquilizantes).
S¨®lo hay que introducir una ¨ªnfima parte de la droga disuelta en agua en un vaso, en el que est¨¢n escritos los nombres de las drogas, y esperar unos minutos. Al cabo de ese tiempo, sobre el nombre de la sustancia presente en la papelina se dibuja una cruz blanca.
La narcosala dispone de una unidad de resucitaci¨®n pulmonar para posibles sobredosis y, adem¨¢s, una furgoneta estar¨¢ siempre disponible por si es necesaria alguna hospitalizaci¨®n.
Las unidades de venopunci¨®n existen ya en Holanda y Suiza. En Espa?a, la sala prevista en Las Barranquillas servir¨¢ de experiencia piloto, y si, pasados seis meses, sus resultados son positivos, el proyecto se extender¨¢ a otros puntos de Madrid y de otras comunidades.
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