Un trabajo eficaz apoyado en la diplomacia El director de la triunfal campa?a electoral del 12-M ha sabido afrontar las tareas m¨¢s delicadas
El nuevo vicepresidente pol¨ªtico, Mariano Rajoy Brey (Santiago de Compostela, 27 de marzo de 1955; licenciado en Derecho y registrador de la propiedad), ha sido recompensado por Jos¨¦ Mar¨ªa Aznar tras casi diez a?os de estrecha colaboraci¨®n en algunas de las tareas m¨¢s delicadas. La m¨¢s reciente ha sido precisamente la direcci¨®n de la campa?a triunfal para el 12-M, lo que ha incrementado su popularidad. Aznar reconoci¨® su buen trabajo en la misma noche de la victoria en las urnas al pedirle que le acompa?ara en su salida al balc¨®n de G¨¦nova para recibir la aclamaci¨®n de los simpatizantes del partido.Aznar se trajo a Rajoy desde Galicia, donde hab¨ªa sido presidente de la Diputaci¨®n de Pontevedra y vicepresidente de la Xunta con tan s¨®lo 34 a?os, para que le ayudara en la refundaci¨®n del PP. Eran momentos dif¨ªciles para un partido al que le acababa de estallar el caso Naseiro (presunta financiaci¨®n irregular). A Rajoy le correspondi¨® entonces afrontar la renovaci¨®n interna de una formaci¨®n que contaba entre sus filas con viejos pol¨ªticos de la etapa franquista. En esa labor desarroll¨® ya la que posteriormente se convertir¨ªa en su cualidad m¨¢s reconocida: su capacidad para el di¨¢logo y la diplomacia.
Consagrado como uno de sus colaboradores directos, Aznar tambi¨¦n cont¨® con ¨¦l para la negociaci¨®n m¨¢s importante que el PP, desde la oposici¨®n, culmin¨® con ¨¦xito con el Gobierno socialista de Felipe Gonz¨¢lez: los pactos auton¨®micos de 1992.
La experiencia acumulada por Rajoy en la pol¨ªtica territorial y su demostrado car¨¢cter conciliador hicieron que Aznar le encomendara en 1996 una de las misiones m¨¢s arduas de su primer Gabinete: las negociaciones con los nacionalistas cuando el PP, en minor¨ªa parlamentaria, ten¨ªa que apoyarse tanto en Converg¨¨ncia i Uni¨® como en Coalici¨®n Canaria. As¨ª, como ministro de Administraciones P¨²blicas, derroch¨® paciencia y suaviz¨® asperezas con el despliegue de su sentido del humor.
Rajoy hab¨ªa tenido que negociar todos los traspasos de competencias que Aznar pact¨® con Jordi Pujol, el l¨ªder de CiU, y Xabier Arzalluz, el del PNV, en mayo de 1996 para hacer posible su investidura presidencial. Pero, cuando el Ejecutivo cumpli¨® tales compromisos, a finales de 1997, se plant¨® y repiti¨® una y otra vez a los nacionalistas que ya no habr¨ªa nada m¨¢s.
Curiosamente, la peor experiencia de Rajoy en Administraciones P¨²blicas no procedi¨® de su relaci¨®n con los nacionalistas vascos o catalanes, sino de la Junta de Andaluc¨ªa, gobernada al fin y al cabo por el PSOE. La ¨²nica vez que se le ha visto irritado en p¨²blico fue en enero de 1997 tras una reuni¨®n con los consejeros socialistas andaluces. En plena negociaci¨®n de la financiaci¨®n auton¨®mica, ¨¦stos le hab¨ªan exigido que se grabase su reuni¨®n. Rajoy se neg¨® a entregarles la cinta y la bronca fue fenomenal. Con todo, fue en esa ¨¦poca cuando acu?¨® sus cuatro mandamientos de andar por casa para navegar por los despachos y los esca?os: "Paciencia, sentido del humor, esp¨ªritu deportivo y sentido de la indiferencia".
Si la cuesti¨®n territorial ya fue una gran complicaci¨®n, Aznar tambi¨¦n le encarg¨® bregar con otro asunto imposible que supo llevar con dignidad: el programa de Administraci¨®n del PP. Otros dirigentes populares hab¨ªan elaborado desde la oposici¨®n un programa para cuando estuvieran en La Moncloa en el que promet¨ªan una reducci¨®n dr¨¢stica de los altos cargos y los organismos p¨²blicos. Tras comprobar enseguida que no era posible cumplirlo, Rajoy tuvo el valor de reconocerlo p¨²blicamente, lo que le dio un marchamo de honestidad e independencia.
Los cambios de 1999 supusieron que Rajoy dejase el departamento de Administraciones P¨²blicas y pasara al de Educaci¨®n y Cultura. En ¨¦ste le toc¨® capear la compleja situaci¨®n que se hab¨ªa creado respecto a las comunidades aut¨®nomas gobernadas por los nacionalistas a cuenta de la reforma de las Humanidades planteada por su antecesora en el cargo, Esperanza Aguirre, la actual presidenta del Senado.
Finalmente, Aznar le llam¨® antes de las Navidades pasadas para que asumiera una campa?a electoral que se planteaba dificultosa. Ha sido, hasta ahora, su ¨²ltimo servicio al l¨ªder del PP. Culminado con un ¨¦xito absoluto, su recompensa se denomina vicepresidencia pol¨ªtica, en la que ha desplazado a Francisco ?lvarez Cascos.
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