El teatro espa?ol pierde a Buero Vallejo
El dramaturgo, acad¨¦mico y premio Cervantes falleci¨® anoche en una cl¨ªnica de Madrid a los 83 a?os
El teatro espa?ol perdi¨® ayer a uno de los autores que han marcado toda la segunda mitad del siglo XX. Antonio Buero Vallejo (Guadalajara, 1916) falleci¨® a medianoche en una cl¨ªnica madrile?a tras una larga enfermedad que lo ha mantenido pr¨¢cticamente recluido en su domicilio familiar durante los ¨²ltimos meses. No obstante, el dramaturgo todav¨ªa tuvo ¨¢nimos el pasado domingo (23 de abril) para asistir a una representaci¨®n de La visita de la vieja dama, de Friedrich D¨¹rrenmatt, en cuyo reparto interven¨ªa su mujer, la actriz Victoria Rodr¨ªguez.El autor teatral desaparecido, que fue miembro de la Real Academia Espa?ola desde 1971 y que en 1986 recibi¨® el Premio Cervantes, fue ingresado en grave estado el pasado jueves en una cl¨ªnica madrile?a. Los m¨¦dicos le diagnosticaron un infarto cerebral que sumi¨® al escritor en estado de coma. El fallecimiento se produjo ayer.
Desde que en 1924, a los ocho a?os de edad, pidiera un teatrito de juguete como regalo de Reyes, la afici¨®n, la pasi¨®n m¨¢s bien, por el teatro ya no abandon¨® nunca a Antonio Buero Vallejo. El escritor lleg¨® a principios de los a?os treinta a Madrid, donde estudi¨® en la Escuela de Bellas Artes, mientras la literatura y el teatro ocupaban todav¨ªa un papel secundario.
Guerra y c¨¢rcel
En enero de 1937 se enrol¨® en el Ej¨¦rcito republicano despu¨¦s de que su padre fuera detenido y fusilado el oto?o anterior. Concluida la guerra, Buero Vallejo fue condenado a muerte en un juicio sumar¨ªsimo, aunque finalmente le fue conmutada la pena. Compa?ero de cautiverio de Miguel Hern¨¢ndez hasta la muerte del poeta, Antonio Buero Vallejo permaneci¨® en prisi¨®n hasta 1946.
La experiencia de la guerra y de la c¨¢rcel del joven Buero Vallejo marc¨® despu¨¦s su trayectoria personal, as¨ª como su obra teatral, influida por el compromiso pol¨ªtico, los anhelos de libertad y de justicia y la lucha por la vida. En 1949, el dramaturgo publica Historia de una escalera, una de las obras m¨¢s importantes del teatro espa?ol contempor¨¢neo. Este texto, que ha sido representado en multitud de ocasiones a lo largo del ¨²ltimo medio siglo, refleja la miseria f¨ªsica y moral de aquellos a?os de plomo de la posguerra. Historia de una escalera obtuvo el Premio Lope de Vega.
A partir de ese momento, los premios se suceden, y en 1957 logra el Premio Nacional de Teatro con Hoy es fiesta, un galard¨®n que alcanzar¨ªa tambi¨¦n en los dos a?os siguientes. En 1962, Buero Vallejo estrena otra de sus obras clave, El concierto de San Ovidio, una par¨¢bola sobre los ciegos, donde el escritor apunta de nuevo a una sociedad que vive, entre aturdida y aterrorizada, sin capacidad de respuesta, la represi¨®n de una dictadura. El concierto de San Ovidio ha sido asimismo un texto montado una y otra vez por las compa?¨ªas m¨¢s diversas, desde los grupos teatrales de los institutos hasta los repartos de renombre.
Una obra comprometida
Siempre bajo las premisas del compromiso social y pol¨ªtico en favor de las libertades, Buero Vallejo pas¨® a convertirse en un s¨ªmbolo del autor teatral antifranquista. En la misma l¨ªnea de cr¨ªtica de un sistema dictatorial y de escenificaci¨®n de vidas condicionadas por un r¨¦gimen autoritario, Buero Vallejo escribi¨® El tragaluz (1967), El sue?o de la raz¨®n (1970) o La Fundaci¨®n (1974), entre otras obras. Precisamente este montaje, uno de los m¨¢s celebrados en las postrimer¨ªas del franquismo y durante la transici¨®n, fue repuesto hace unos meses y el propio dramaturgo asisti¨® a una de sus representaciones.
Con el paso de los a?os, Buero Vallejo es traducido a varios idiomas, entre ellos los m¨¢s importantes hablados en Europa, al tiempo que los montajes de sus obras se suceden en Francia, Italia, el Reino Unido, Portugal o Estados Unidos. Como ejemplo de la ampl¨ªsima proyecci¨®n internacional de su teatro, Buero Vallejo lleva en 1994 al Dramaten de Estocolmo, uno de los grandes santuarios del teatro europeo, un montaje de El sue?o de la raz¨®n, una de sus obras m¨¢s representadas en el extranjero y que ha sido traducida a 18 idiomas.
En 1971, la proyecci¨®n literaria de Antonio Buero Vallejo recibi¨® un espaldarazo con su ingreso en la Real Academia Espa?ola para ocupar el sill¨®n vacante por la muerte de Antonio Rodr¨ªguez Mo?ino. En mayo de 1972 ley¨® su discurso de ingreso y, como no pod¨ªa ser de otro modo, su discurso vers¨® sobre teatro y acerca de un autor al que admiraba. Federico Garc¨ªa Lorca ante el espect¨¢culo fue el t¨ªtulo de su parlamento. En 1986, el autor recibi¨® el Premio Cervantes, la distinci¨®n m¨¢s importante en lengua espa?ola.
La restauraci¨®n democr¨¢tica permiti¨® una mayor difusi¨®n del teatro de Buero Vallejo, pero algunos cr¨ªticos y estudiosos comenzaron a se?alar que el momento hist¨®rico hab¨ªa cambiado y sus nuevas obras ya no ten¨ªan la fuerza de anta?o. Ya en el tramo final de su vida, Antonio Buero Vallejo fue distinguido en 1996 con el Premio Nacional de las Letras por el conjunto de su obra. De cualquier modo, el escritor castellano -que tambi¨¦n cultiv¨® el ensayo, la narrativa o el periodismo- no ha dejado de publicar teatro y de estrenar en los ¨²ltimos a?os. Misi¨®n en el pueblo desierto, su ¨²ltimo texto, subi¨® a las tablas hace unos meses. El ni?o que pidi¨® un teatrito de juguete a los ocho a?os se ha mantenido fiel a su pasi¨®n hasta el final de su vida.
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