"El territorio se est¨¢ encogiendo por la entrada del tren de alta velocidad"

Joan Antoni Solans (Barcelona, 1941) ha sido director general de Urbanismo desde 1980 hasta hace unos meses, cuando se le encarg¨® la planificaci¨®n territorial, es decir, se le quit¨® el d¨ªa a d¨ªa para pedir que dibuje la Catalu?a de los pr¨®ximos a?os.Pregunta. Usted fue, durante 20 a?os, responsable del urbanismo. ?C¨®mo considera esa ¨¦poca?

Respuesta. Estos 20 a?os de trabajo urban¨ªstico nacen con la recuperaci¨®n de la Generalitat, de los ayuntamientos democr¨¢ticos y de los movimientos sociales urbanos que reclaman una ciudad construida sobre unas bases diferentes a la que ten¨ªamos. Es un proceso complejo porque, a pesar de que era necesaria una sinton¨ªa desde las diferentes instituciones urbanas, se hace en el marco jur¨ªdico del que se dispon¨ªa, quiero decir, sin ruptura. Esto hace que sea mucho m¨¢s lento. Pero creo que mirar hacia atr¨¢s ya no sirve de nada.

P. Hable del presente.

R. Ahora se trata de aprovechar las bases puestas y que, de alguna manera, han ido orientando una forma de hacer ciudad distinta, con densidades diferentes, imputando costes de urbanizaci¨®n a los promotores, con cesiones para dotaciones y espacios libres, integrando y reforzando la ciudad ya construida, en vez de potenciar desarrollos urban¨ªsticos que fomentaran una ciudad dispersa. Este proceso se est¨¢ agotando ahora y es necesaria una visi¨®n general que nace de dos hechos: la mayor¨ªa de sistemas urbanos reales superan los t¨¦rminos municipales heredados.

P. ?Y eso, c¨®mo se arregla?

R. Esto significa que hace falta una reflexi¨®n de conjunto para promover las pol¨ªticas urban¨ªsticas locales. El territorio se est¨¢ encogiendo y seguir¨¢ haci¨¦ndolo como consecuencia de la entrada en servicio del tren de alta velocidad. Estamos en un momento crucial, en parte similar a lo que supuso la creaci¨®n de la red de autopistas sobre el sistema metropolitano central. Ahora es sobre la regi¨®n global, y esto supone plantear nuevas bases para el futuro inmediato.

P. La legislaci¨®n territorial, ?dibuja para eso los l¨ªmites id¨®neos?

R. Yo hablo de planificaci¨®n, sin que ello suponga una infraestructura administrativa. Estamos en una recuperaci¨®n de la autonom¨ªa municipal real y no hay posibilidad de hacer un planteamiento de nueva base.

P. Para su nuevo cargo, ?tiene un programa y un calendario?

R. Lo primero es cerrar la planificaci¨®n de las Tierras del Ebro. El 16 de mayo espero que pueda darse a conocer la opini¨®n del instituto de las comarcas en un documento que hemos debatido y consensuado durante dos a?os. Yo dir¨ªa que en estos momentos hay un texto que puede ser aprobado. Una vez el Gobierno apruebe este documento, habr¨ªa que abrir un debate sobre el sistema de suelo en la regi¨®n metropolitana central. Este debate deber¨ªa permitir establecer, sin grandes pasiones, las densidades que debe tener tanto la zona como Catalu?a en materia de suelo industrial y residencial. Habr¨ªa que tener en cuenta las tensiones y las tendencias actuales y las correcciones necesarias. La voluntad de este programa de suelo ser¨ªa materializar ciertas hip¨®tesis para proceder a profundizar el plan territorial parcial de la regi¨®n metropolitana no tanto de arriba abajo, sino del urbanismo a la planificaci¨®n territorial.

P. ?Cu¨¢l es el horizonte?

R. Debemos planificar pocos a?os. Quiz¨¢ 10 o 12, no m¨¢s, porque los cambios que se producir¨¢n como consecuencia de la entrada en servicio, hacia el a?o 2004 o 2005, del tren de alta velocidad pueden tener efectos de un alcance superior al ¨¢mbito del estudio. Ahora nos interesa programar teniendo en cuenta el periodo que va desde su puesta en marcha hasta los primeros efectos de la nueva infraestructura.

P. ?El calendario?

R. La voluntad es iniciar el proceso en julio con el Alt Pened¨¨s y el Vall¨¨s Oriental; seguir seis meses despu¨¦s con el Garraf y el Maresme, y despu¨¦s de otros seis meses con el Vall¨¨s Occidental y el Baix Llobregat. El ¨²ltimo plazo, de tres meses, permitir¨ªa cerrar el sistema con la inclusi¨®n del Barcelon¨¨s. Todo ello con la intenci¨®n de dar salida a estos documentos, una vez haya un primer acuerdo comarcal, de forma que tuvieran efectos sobre el territorio, tanto sobre los programas b¨¢sicos de infraestructura como sobre previsiones de suelo.

P. ?Es necesaria una autoridad en la regi¨®n metropolitana?

R. Este es un concepto de aquellos que, previendo el desarrollo del ¨¢rea, en 1964, entendieron lo que se avecinaba; tras las experiencias de California, las previsiones de Par¨ªs, Londres y Mil¨¢n (los sistemas urbanos que desde aqu¨ª se segu¨ªan de forma constante), se ve¨ªa qu¨¦ nos podr¨ªa suceder. Pero yo dir¨ªa que nunca se previ¨® un ¨®rgano administrativo. Nuestras propuestas tampoco lo persiguen.

P. Al equipo anterior se le acusaba de no haber dejado nada. ?Participa usted de esa opini¨®n?

R. Hay una serie importante de estudios interesantes. Esto evita empezar de cero en muchos casos. Parte del viejo equipo se ha integrado en el nuevo programa, pero no se puede atrasar la entrada en vigor de los documentos de ordenaci¨®n. Es importante no partir de directivas ideol¨®gicas, sino de las que surgen del contraste directo con el territorio. Mal ir¨ªa si el planeamiento cayera del cielo como una superestructura que necesita de un manual de instrucciones.

P. Su pasado est¨¢ marcado por unas relaciones tormentosas con los ayuntamientos.

R. Siempre he querido tenerlas buenas y presididas por dos valores: el respeto institucional y el servicio al pa¨ªs. Y una tercera cosa: que los ayuntamientos vieran que si hab¨ªa alguna observaci¨®n que cre¨ªamos necesaria en aras de un inter¨¦s m¨¢s general que el local, argument¨¢bamos. Creo que no hay ning¨²n ayuntamiento que pueda decir que no le prestamos la asistencia que necesitaba.