El autor del ataque racista en EE UU es un abogado que atend¨ªa a inmigrantes
Baumhammers acribill¨® a una jud¨ªa, un indio, un chino, un vietnamita y un negro
A tenor de su comportamiento criminal, Richard Baumhammers odia a todos los inmigrantes en Estados Unidos que no sean blancos. Baumhammers, hijo de inmigrantes letones y abogado especialista en inmigraci¨®n, permanec¨ªa ayer detenido en una comisar¨ªa de Pittsburgh (Pennsylvania) como presunto autor de la muerte por disparos de cinco personas y de las heridas causadas a otras seis, todas ellas de origen chino, indio, vietnamita, africano y jud¨ªo. Esta carnicer¨ªa, ocurrida en la noche del viernes, es el mayor suceso de tinte racista en EE UU en el a?o 2000.
El FBI, las organizaciones de derechos civiles y las minor¨ªas ¨¦tnicas y culturales de EE UU temen que la transici¨®n al nuevo milenio desate la llamada Guerra Racial Santa predicada por las organizaciones partidarias de la supremac¨ªa blanca. En sus reuniones, panfletos y p¨¢ginas de Internet, grupos como la Naci¨®n Aria, adem¨¢s de proponer la acumulaci¨®n de armas y explosivos, ensalzan como "actos heroicos" acciones criminales individuales como la emprendida el pasado agosto por el neonazi Buford O'Neal Furrow, que asalt¨® a tiros una guarder¨ªa jud¨ªa de Los ?ngeles y luego mat¨® a un cartero de origen filipino.Baumhammers, un hombre alto y grueso de 34 a?os, hijo de inmigrantes letones, se comport¨® el viernes como Furrow. Sin otro motivo que la furia racista, Baumhammers comenz¨® matando a una vecina jud¨ªa de 63 a?os. Luego, a bordo de su veh¨ªculo todoterreno, se desplaz¨®, de modo consecutivo, a un ultramarinos indio, un restaurante chino, un gimnasio de k¨¢rate y dos sinagogas. Fue de un lugar a otro disparando y sembrando el miedo y la muerte. Su peripecia criminal dur¨® una hora y media, hasta que fue detenido, y dej¨® un balance de 5 muertos y 6 heridos por arma de fuego, uno de ellos en situaci¨®n muy grave.
A sangre fr¨ªa
Los testigos de la peripecia de Baumhammers, que, parad¨®jicamente, es un abogado especializado en cuestiones de inmigraci¨®n, describen su comportamiento como de extraordinaria sangre fr¨ªa. Entraba en los lugares, abr¨ªa su chaquet¨®n deportivo, sacaba una pistola de una sobaquera, disparaba unas cuantas veces, colocaba un nuevo cargador y luego regresaba a su coche con toda calma. Pero rubric¨® ideol¨®gicamente su comportamiento en sus dos ¨²ltimos asaltos, que tuvieron como escenarios las sinagogas Ahavath Achim y Beth El. All¨ª, siempre calmosamente, pint¨® en las paredes con aerosol cruces gamadas y la palabra jud¨ªo.
Las v¨ªctimas mortales fueron la vecina jud¨ªa, un hombre originario de India, otro de origen chino, un var¨®n vietnamita y un joven afroamericano que practicaba k¨¢rate en el gimnasio asaltado por Baunmhammers. El herido grave es de origen indio. "Estamos frente a unos cr¨ªmenes motivados por el odio racial", declar¨® ayer, subrayando lo obvio, Paul Wolf, jefe de las fuerzas policiales que detuvieron a Baumhammers. El suceso de Pittsburgh es la mayor matanza protagonizada este a?o por un ultraderechista blanco en EEUU, pero no el primer suceso violento de tipo racista. El pasado marzo, en la misma ciudad de Pennsylvania, un joven negro mat¨® consecutivamente a tiros a tres blancos. Para no calentar los ¨¢nimos, las autoridades y los medios de comunicaci¨®n prefirieron minimizar la carnicer¨ªa. "No podemos tolerar que la violencia nos divida por el color de nuestra piel o por nuestros ancestros", declar¨® ayer Tom Ridge, el gobernador republicano de Pennsylvania.
Ante la comisar¨ªa donde fue encerrado Baumhammers se concentr¨® un grupo de personas que insultaba al criminal y ped¨ªa su ejecuci¨®n. Para evitar que fuera tiroteado, la polic¨ªa protegi¨® al detenido en todos sus desplazamientos con un chaleco antibalas. Baumhammers, que viv¨ªa en un suburbio residencial de Pittsburgh, super¨® en 1993 los ex¨¢menes de abogac¨ªa en el Estado de Georgia.
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