Un tercio de los centros de menores est¨¢ saturado o al tope de su capacidad
Ocho residencias superan el 100% de ocupaci¨®n, y otras ocho carecen de plazas durante meses
La tercera parte de las residencias y hogares de menores tutelados por el Gobierno regional est¨¢ saturada o al tope de su capacidad. Ocho de los 47 centros existentes tienen que habilitar camas adicionales, y otros ocho pasan la mayor parte del a?o sin plazas libres, seg¨²n un reciente informe del Instituto Madrile?o del Menor y la Familia (IMMF) sobre datos de 1999. El nivel medio de ocupaci¨®n de las 1.807 plazas para chicos desamparados es del 90%.
Los representantes sindicales del IMMF consideran que los centros est¨¢n "saturados" y reclaman que se abran otros nuevos, de peque?o tama?o y especializados en adolescentes, chicos con problemas graves de conducta o con enfermedades mentales. Para los educadores, este "llenazo" es una de las causas de la creciente violencia que se vive en las residencias.La consejera de Servicios Sociales, Pilar Mart¨ªnez, considera, sin embargo, que el nivel de ocupaci¨®n de las residencias "es aceptable". Pero, entre los proyectos de su departamento para este a?o, est¨¢ la creaci¨®n de dos nuevos centros, uno para chicos con transtornos de conducta y otro para chavales con problemas de salud mental.
Son las residencias m¨¢s grandes, heredadas de las antiguas instituciones de protecci¨®n de menores, y los centros destinados a adolescentes los que tienen un nivel m¨¢s alto de ocupaci¨®n. Algo que no es de extra?ar, ya que los centros de tutela reciben cada vez a m¨¢s adolescentes, entre ellos numerosos chicos magreb¨ªes que emigran solos. Este incremento de chavales mayores de 12 a?os crea una mayor conflictividad, ya que se trata de chicos en edades dif¨ªciles y con duras experiencias a sus espaldas.
La mitad de los 1.620 muchachos que viven en estas residencias tienen m¨¢s de 12 a?os. En 1997 supon¨ªan s¨®lo el 37%. Pero, sobre todo, han aumentado los internos de 16 a 18 a?os: 345 en la actualidad, frente a los 197 de hace tres a?os.
Dos de las residencias m¨¢s saturadas a lo largo de 1999 fueron las de El Encinar e Isabel Clara Eugenia, ambas en Hortaleza. El Encinar, con 44 plazas, tuvo albergados a una media de 47 chicos por mes, aunque en julio y agosto lleg¨® a tener hasta 53 chavales. En Isabel Clara Eugenia, con 65 plazas, en noviembre llegaron a vivir hasta 79 cr¨ªos.
La sobresaturaci¨®n de chavales da al traste con los programas pedag¨®gicos, porque el n¨²mero de educadores se mantiene y provoca un hacinamiento que hace m¨¢s dif¨ªcil la convivencia. "Se ponen camas supletorias y donde duermen tres muchachos se mete a cuatro, as¨ª, al final la situaci¨®n se hace insostenible", aseguran los sindicatos.
Los otros centros donde, a lo largo de 1999, el nivel de ocupaci¨®n super¨® al cien por cien son Pic¨®n de Jarama; Rosa, para ni?os de 0 a 6 a?os; las residencias territoriales de Alcorc¨®n y Tielmes, y los pisos para adolescentes de la asociaci¨®n Paideia y de los Mercedarios (para chavales extranjeros que emigran solos).
Otros ocho centros pasaron la mayor parte del a?o (de siete a 11 meses) sin plazas libres. Siempre seg¨²n el informe del Instituto del Menor, en Las Acacias, con 36 camas, no hubo una sola plaza vacante en siete meses, y en la residencia territorial de Palomeras, con 15 camas, se vivi¨® esa situaci¨®n durante 11 meses. Lo mismo sucedi¨® en los hogares del Buen Pastor, Calasanz y Torremocha, y en los pisos para adolescentes de La Ciudad de los Muchachos, Mar¨ªa Auxiliadora y Torremocha.
Seg¨²n los propios datos ofrecidos por el IMMF, en 1997 exist¨ªan en la regi¨®n 1.928 plazas para menores de 18 a?os en desamparo, frente a las 1.807 actuales. Sin embargo, el n¨²mero de chiquillos que llegan a estas instituciones se mantiene. En 1997 hubo 1.622 internos y 1.620 el a?o pasado.
Estos chavales viven en grandes residencias, peque?os centros territorializados, hogares (la mayor¨ªa concertados con entidades) y pisos tutelados.
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