El Depor se aboca a sufrir hasta el final El l¨ªder tambi¨¦n cae en Bala¨ªdos ante un rival que jug¨® casi toda la tarde con un hombre menos

Definitivamente, el camino del Deportivo hacia el t¨ªtulo estar¨¢ repleto de sufrimientos y taquicardias. Ni siquiera el est¨ªmulo a?adido de medirse a su eterno rival mud¨® la triste historia que escribe el l¨ªder cada vez que abandona su estadio. El Deportivo volvi¨® a ser una calamidad en Bala¨ªdos, pese a que su adversario jug¨® casi toda la tarde con un hombre menos tras una pol¨¦mica decisi¨®n del ¨¢rbitro. El Celta hizo todo lo posible por chafar la fiesta de su adversario, y a base de empe?o y decisi¨®n acab¨® llev¨¢ndose un partido lleno de tensi¨®n e incidentes: hubo tres expulsados, lanzamiento de objetos contra los jugadores y una carga policial en la grada.La historia de los cl¨¢sicos gallegos va por rachas. Hasta hace poco, la tensi¨®n sol¨ªa agarrotar a ambos contendientes, y los duelos, por lo general, sal¨ªan planos, anodinos, abocados al triste empate sin goles. Pero esta temporada todo ha cambiado de forma radical, y ahora el nerviosismo se manifiesta del modo m¨¢s agradecido por el espectador: los partidos se impregnan de emoci¨®n e incertidumbre, y desde el primer minuto da la impresi¨®n de que nada de lo que sucede resulta irrelevante.

Ayer, desde el momento inicial, los acontecimientos no concedieron una sola tregua. Como era previsible, el Deportivo se top¨® con un recibimiento muy hostil, y las pasiones se encendieron a¨²n m¨¢s cuando Celta logr¨® adelantarse en su primera aproximaci¨®n al ¨¢rea. Apenas hab¨ªan transcurrido cuatro minutos y a¨²n resultaba dif¨ªcil adivinar el perfil del partido, pero una hermosa acci¨®n combinada entre Gustavo L¨®pez y Mc Carthy tumb¨® al l¨ªder. En la posici¨®n de extremo derecho, L¨®pez meti¨® un centro muy delicado, con una sutil vaselina, que recibi¨® el surafricano en el v¨¦rtice izquierdo del ¨¢rea. Aunque Mc Carthy cont¨® con la ayuda de Manuel Pablo, quien se precipit¨® al intentar cortar la pelota, la acci¨®n del delantero del Celta fue estupenda: meti¨® la punta de la bota seg¨²n le cay¨® el cuero, lo justo para elevarlo sobre la salida de Songo'o.

El Deportivo se encontr¨® en una situaci¨®n extraordinariamente comprometida, y los antecedentes resultaban poco alentadores para el l¨ªder, incapaz de superar cualquier marcador en contra fuera de casa. Pero antes de que tuviese tiempo de sentir miedo, el Deportivo encontr¨® un auxilio inesperado. Antes del saque de un c¨®rner, Juanfran y V¨ªctor forcejeaban en el ¨¢rea y el celtista respondi¨® con un manotazo en la cara del rival. V¨ªctor le puso teatro al asunto y se cay¨® retorci¨¦ndose como si le hubiesen tiroteado all¨ª mismo. El ¨¢rbitro consult¨® con el juez de l¨ªnea y se empe?¨® en complicarse la vida: expuls¨® a Juanfran con casi 80 minutos por delante.

En una simple acci¨®n, el partido hab¨ªa dado un giro completo y el Deportivo as¨ª pareci¨® entenderlo. El Celta se retrajo, se acomod¨® t¨¢cticamente a la nueva situaci¨®n y dej¨® que fuese el adversario el que diese la cara. El Deportivo ten¨ªa toda la tarde por delante, pero actu¨® como si el partido estuviese a punto de terminar. Trat¨® de resolver por la v¨ªa r¨¢pida y lo que logr¨® fue enmara?arse en una sucesi¨®n de imprecisiones sin cuento. Ver al l¨ªder hilvanando m¨¢s de tres pases consecutivos result¨® una aspiraci¨®n imposible. Tan s¨®lo un par de apariciones de V¨ªctor y Fran por las bandas llevaron inquietud a la meta local. Pero, adem¨¢s de la espesura de su juego, el Deportivo ten¨ªa que lidiar con los contragolpes del Celta, basados sobre todo en la habilidad de Gustavo L¨®pez, quien conden¨® a Sch¨¹rrer a vivir un suplicio. En el minuto final de la primera parte, Revivo incluso perdi¨® la ocasi¨®n de dictar sentencia en un mano a mano ante Songo'o.

En el descanso, Irureta tom¨® conciencia de que su equipo necesita un vuelco, introdujo a Romero y Turu Flores, y pas¨® a jugar con un solo medio centro. Los resultados del experimento fueron fulminantes: al minuto de juego, Flores agrand¨® su leyenda de bestia negra del celtismo y caz¨® el empate tras una r¨¢pida combinaci¨®n entre V¨ªctor y Makaay que pill¨® desprevenida a la defensa viguesa. Parad¨®jicamente, el gol no benefici¨® nada al juego del Deportivo, que poco a poco volvi¨® a esa actitud conformista que tan a menudo exhibe fuera de casa, con resultados notoriamente perniciosos. V¨ªctor Fern¨¢ndez reaccion¨® con inteligencia y, en vista de que su rival desguarnec¨ªa el centro del campo, tambi¨¦n hizo dos cambios simult¨¢neos para recuperar el doble pivote y tratar de hacerse con el dominio del juego. A base de arrojo y azuzado por su afici¨®n, el Celta se sobrepuso a la inferioridad num¨¦rica, entre el creciente desconcierto del Deportivo. A partir del magn¨ªfico gol de Gustavo L¨®pez, todo fueron desgracias para el l¨ªder: primero las expulsiones de Romero y Songo'o, y, finalmente, la rechifla general de Bala¨ªdos, que se regode¨® en los agobios deportivistas entonando a coro: "adi¨®s, a la Liga, adi¨®s...".