Estudiantes vuelve a castigar a Pamesa Thompson, m¨¢ximo art¨ªfice de una victoria que coloca el 2-0 en la eliminatoria

Estudiantes volvi¨® a someter al Pamesa, su rival favorito, al castigo habitual. No hay peor enemigo para el cuadro valenciano que el colegial, que le tiene tomada la medida, que le golpea con reiteraci¨®n. Que le desespera. Mediada la primera vuelta, cuando el Pamesa presum¨ªa de su imbatibilidad en todos los frentes, visit¨® a Estudiantes y la susodicha imbatibilidad pas¨® a mejor vida. Luego se vieron en la final de Copa y ese trofeo reposa en una vitrina del Magari?os. Volvi¨® a ganar Estudiantes en Liga, cuando ya el Pamesa ca¨ªa en picado, y la clasificaci¨®n acab¨® emparej¨¢ndolos en estos cuartos de final. Y ah¨ª queda ese 2-0 en todo lo alto de una eliminatoria que visto lo visto se antoja resuelta.El Pamesa mostr¨® algunos de esos s¨ªntomas que han provocado que sus sue?os de grandeza duerman en el caj¨®n del olvido. Rodilla, el que habitualmente mantiene el tipo, dibuj¨® una actuaci¨®n fantasmal. Tanto porque la confusi¨®n se apoderara de ¨¦l en aquello de la direcci¨®n, como por su nula aportaci¨®n ofensiva. Anot¨® seis puntos, algo impropio de alguien que suele promediar 16. Y todos llegaron desde la l¨ªnea de tiros libres, incapaz como fue Rodilla de conseguir una sola canasta en juego.

Pero no es con el base con quien deben volcarse las cr¨ªticas. Porque tan cierto es que Tanoka se puso las botas en aquello del rebote, atrap¨® la friolera de 17 (nueve en ataque), y desde los tiros libres (8 de 10), como que perpetr¨® un disparate a la hora de encestar, fallando nueve de sus 12 lanzamientos de campo. Y como la punter¨ªa lejos del per¨ªmetro de Berni (2 de 7 en triples) o de Markovic (2 de 8) fue m¨ªnima, y el t¨¦cnico Vukovic ha defenestrado a Maluenda, la consecuencia l¨®gica no pod¨ªa ser otra que una derrota a la que le sobraron toneladas de justicia.

Todas las noticias buenas las emiti¨® Estudiantes, un equipo sencillamente extraordinario. Manej¨® el partido a su antojo y no se arredr¨® ante las acometidas de un Pamesa que lleg¨® a cre¨¦rselo en m¨¢s de una ocasi¨®n, cuando lleg¨® a colocarse a un punto de su rival (45-44). Pero precisamente en esos momentos es cuando algunos jugadores de Estudiantes mostraron su mejor rostro. Thompson, por ejemplo, lo hizo a lo bestia. Amenazaba el Pamesa con ponerse ¨¦pico, arrancaba Azofra, Thompson se iba a un lado, un compa?ero le regalaba un bloqueo y el americano lanzaba con limpieza. As¨ª una y otra vez. Hasta cinco triples anot¨® Thomspon, siempre en momentos decisivos, borrando la sonrisa que comenzaba a asomarse a los labios de los valencianos.

Una guerra distinta era la que se produc¨ªa bajo los aros. El Pamesa cogi¨® m¨¢s rebotes que su rival (35 por 32), pero eso apenas influy¨® en el partido. Porque Alfonso Reyes no se arredr¨® ante la fortaleza de Tanoka, que fue por libre y se estrell¨® una y otra vez. El mayor de los Reyes le gan¨® la posici¨®n con habilidad y sali¨® vencedor en el intercambio de golpes, de gestos, de miradas amenazantes. Y como mover a Vandiver de la zona no es sino un reto abocado al fracaso, Estudiantes vivi¨® con tranquilidad los ¨²ltimos minutos, con Thompson derribando cualquier duda y anunciando una semifinal maravillosa, de pata negra: la que, en vista de los hechos, disputar¨¢n Real Madrid y Estudiantes.