Cuatro a?os para la educaci¨®n
Seg¨²n se han ido resolviendo en los ¨²ltimos a?os algunos de los grandes asuntos pendientes en la sociedad espa?ola (lograr un crecimiento econ¨®mico sostenido que permita crear empleo, integraci¨®n plena de la Uni¨®n Europea, procesos de liberaci¨®n y privatizaci¨®n, reforma de las relaciones laborales, etc¨¦tera), va pasando a primer plano la cuesti¨®n educativa, cuya relaci¨®n no se atisba ni de lejos, y por ello se est¨¢ convirtiendo en una de las grandes asignaturas pendientes de la acci¨®n de gobierno.Adem¨¢s de lo anterior, el ingreso de los pa¨ªses desarrollados en eso que se ha llamado la "sociedad del conocimiento", fen¨®meno que surge de la confluencia de otros como las nuevas tecnolog¨ªas, la globalizaci¨®n y la difusi¨®n de la informaci¨®n, pone en medio del debate al mundo de la ense?anza; si en el futuro una econom¨ªa valdr¨¢ lo que valga la preparaci¨®n de sus profesionales, es l¨®gico que la cantidad y la calidad de esta formaci¨®n sea el elemento clave para la competitividad futura.
Si bien nadie resta un ¨¢pice a la importancia que tiene acertar en las pol¨ªticas educativas, nadie se pone tampoco de acuerdo sobre qu¨¦ orientaci¨®n deben seguir esas mismas pol¨ªticas.
Mientras que en la materia econ¨®mica todos coinciden en que es la libertad de empresa y la econom¨ªa de mercado el modelo a seguir, en materia educativa somos menos los que propugnamos un sistema libre y competitivo, que los que defienden el estatismo a ultranza, sin espacio para la iniciativa privada, o aquellos otros que, considerando a la educaci¨®n uno de los pilares b¨¢sicos del Estado de bienestar, opinan que el intervencionismo y el dirigismo p¨²blico deben ser lo que predomine, con espacios marginales para la actuaci¨®n de la libre empresa en el sector.
Y el caso es que es muy urgente ponerse m¨ªnimamente de acuerdo sobre la direcci¨®n a seguir, porque la sociedad reclama soluciones r¨¢pidas a las muy importantes disfunciones que hoy presenta nuestro sistema de ense?anza, y que se est¨¢n agudizando debido a fen¨®menos demogr¨¢ficos, sociales y econ¨®micos que nos llegan a gran velocidad. He aqu¨ª una relaci¨®n no exhaustiva, pero s¨ª representativa de esos problemas:
- La ca¨ªda en picado de la natalidad en Espa?a, que hoy presenta la tasa de fecundidad m¨¢s baja del mundo (solamente 1,07 hijos por pareja, cuando la tasa "de reposici¨®n" ser¨ªa de 2,2 hijos) va a producir, ya lo est¨¢ haciendo, un sobrante de aulas y profesorado, que en el sector p¨²blico, hoy mayoritario, no es concebible que se ajuste por los sistemas habituales en las empresas privadas.
Este fen¨®meno se puede mitigar extendiendo a m¨¢s a?os la educaci¨®n obligatoria, manteniendo las escuelas y colegios m¨¢s tiempo abiertos, reduciendo el n¨²mero de alumnos por aula, etc¨¦tera. Pero todas son soluciones de alcance limitado que, adem¨¢s, producen otros problemas nuevos.
En cualquier caso, si el sistema educativo p¨²blico no se puede ajustar a los requerimientos de la demanda, es evidente que la que sufre las consecuencias es la ense?anza privada no concertada, de suerte que la conclusi¨®n final es la reducci¨®n de la riqueza y pluralidad de la oferta educativa. En un contexto de baja natalidad y escasez de ni?os, pagar¨¢n la consecuencia los privados, y con ellos, el derecho a elegir el tipo de educaci¨®n que se prefiera. Urge, por tanto, que las nuevas autoridades educativas resuelvan esta asignatura pendiente, pues nuestra Constituci¨®n as¨ª lo exige.
- En conexi¨®n con lo anterior, es previsible que se completen los efectivos de mano de obra necesarios recurriendo a la inmigraci¨®n en los pr¨®ximos a?os. Esta inmigraci¨®n es un nuevo reto para el sistema educativo, que deber¨¢ acoger y formar desde una perspectiva multicultural, multi¨¦tnica y multirreligiosa, si no queremos que los problemas hoy puntuales de todos conocidos (El Ejido) se conviertan en generalizados.
- Todos coinciden en que el cuidado de los hijos peque?os es el principal obst¨¢culo para la incorporaci¨®n de la mujer al mundo del trabajo. Desgraciadamente, la Constituci¨®n espa?ola no prev¨¦ nada para los ni?os entre cero y seis a?os, en la llamada "educaci¨®n infantil".
Seg¨²n toman conciencia del problema, las autoridades educativas est¨¢n actuando para resolverlo, y tienen dos alternativas: la primera, crear una red p¨²blica de guarder¨ªa id¨¦ntica a la existente en ense?anza primaria y secundaria.
La segunda posibilidad es promover el crecimiento de guarder¨ªas privadas mediante la financiaci¨®n de su coste de las familias por m¨¦todos activos (cheque o bono escolar) o pasivos (admitiendo importantes deducciones fiscales en el gasto de las familias por este concepto). Como es l¨®gico, esta segunda posibilidad es la m¨¢s eficaz en materia de coste para el Estado, est¨ªmulo a la competencia y evitaci¨®n de que en un futuro tambi¨¦n queden redundantes los centros p¨²blicos que se creen.
Por desgracia, todo hace pensar que la primera alternativa ser¨¢ la elegida.
- Aumenta sin cesar el llamado "fracaso escolar", es decir, el porcentaje de j¨®venes que no consiguen aprobar los cursos en ense?anza secundaria, consecuencia inevitable de la extensi¨®n de este nivel educativo a m¨¢s a?os. Anteriormente, estos alumnos pasaban al mercado de trabajo. Hoy d¨ªa siguen a trancas y barrancas en el sistema educativo, que todav¨ªa no sabe con exactitud qu¨¦ hacer con ellos. Incluso se habla de separar a estos alumnos del resto para no interferir en el ritmo de aprendizaje y para otorgar a los afectados una docencia m¨¢s espec¨ªfica.
La tasa de fracaso escolar marca los l¨ªmites de la educaci¨®n obligatoria secundaria, y es previsible que un incremento todav¨ªa mayor de la misma incidiera en un porcentaje del fracaso escolar a¨²n m¨¢s elevado.
- La eclosi¨®n de las nuevas tecnolog¨ªas, y su aplicaci¨®n en el campo de la ense?anza, es otro de los grandes retos de nuestro modelo, m¨¢xime cuando el ritmo de avance de nuestro modelo de fen¨®menos como Internet es muy superior a la capacidad del sistema educativo para asimilar las nuevas t¨¦cnicas. El riesgo es, evidentemente, construir un modelo de educaci¨®n que, por mucho que se esfuerce, no consiga formar a los alumnos en los instrumentos que ser¨¢n imprescindibles para su desempe?o profesional. Las altas dosis de rutina y burocratizaci¨®n de la ense?anza espa?ola est¨¢n en la ra¨ªz de los peligros que este proceso conlleva.
- Y por ¨²ltimo, es preciso se?alar que hace tiempo que Espa?a invierte anualmente en educaci¨®n m¨¢s del 6% de su PIB, porcentaje considerado ¨®ptimo para obtener el nivel formativo adecuado. De este 6%, algo menos de cinco puntos son directamente gastados por el sector p¨²blico, correspondiendo el resto al gasto de las familias en instituciones privadas. El problema no parece ser tanto de los recursos empleados como el modelo en que dichos recursos se invierten.
Es m¨¢s, ya hemos se?alado que en el futuro habr¨¢ menos ni?os para escolarizar, consecuencia natural del descenso de la natalidad. La inversi¨®n en educaci¨®n por cada alumno va a crecer sensiblemente con el mismo gasto global que ahora. Ahora bien, para eliminar la evidente insatisfacci¨®n que en las familias produce el servicio educativo, para introducir principios de mayor competencia y eficacia y para asignar los recursos con mayor racionalidad, las autoridades pol¨ªticas que han surjido de las elecciones tienen por delante cuatro a?os que ser¨¢n cruciales para el futuro de la ense?anza en Espa?a. Esperemos que sean aprovechados desde el primer d¨ªa.
Jes¨²s N¨²?ez Vel¨¢zquez es presidente de la Asociaci¨®n de Centros Aut¨®nomos de Ense?anza Privada (ACADE).
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