Andaluz a la extreme?a
El exilio interior, adem¨¢s de una met¨¢fora literaria, ha sido una realidad muy dura para muchos trabajadores perseguidos por el franquismo. Uno de ellos, el padre de C¨¢ndido M¨¦ndez, un socialista de Badajoz que fue trasterrado a Ja¨¦n. (En Badajoz, como en Sevilla, la represi¨®n de los insurgentes result¨® sanguinaria y despiadada).Por eso, en Ja¨¦n pas¨® su infancia y adolescencia el actual secretario general de la UGT. Y, por eso, su habla, entre la querencia familiar y la ambiental, se puede decir que es de doble crianza, como si de un buen vino se tratara: bueno el caldo y buena la bodega.
Al fin y al cabo, el extreme?o y el andaluz comparten tantas caracter¨ªsticas que los injertos ni se notan. Es el caso de la jota, relativamente intensa, que utiliza nuestro l¨ªder sindical; que ni es de Ja¨¦n ni de Badajoz, sino todo lo contrario.
Extremadura ha sido, por ejemplo, buena cantera de maestros que ejercen desde hace mucho tiempo por toda Andaluc¨ªa, de modo que hoy ya ser¨ªa imposible desbrozar las mutuas influencias ling¨¹¨ªsticas originadas por este b¨¢sico entramado.
En una entrevista concedida ayer, Primero de Mayo, a I?aki Gabilondo, se expresaba as¨ª nuestro personaje: Probablemente haya partidoh o institucione que pretenden adjudicarnoh tareah que no son lah que a nosotroh noh deben de correhponder... Queremoh avanzar en el progreso de loh trabajadoreh... Hay veceh que esa situaci¨®n no se puede abordar... Queremoh avanzar de verd¨¢ al pleno empleo, no de boquiya... abrir una negociaci¨®n fruht¨ªfera...
Regularidad en las eses finales aspiradas, salvo en momentos enf¨¢ticos: por s¨ª misma, desregulado (en lugar de mihma o dehregulado); no aspira en cambio otras consonantes en posici¨®n implosiva, que el andaluz s¨ª suele transformar en ese que es rasgo pr¨¢cticamente universal, como ser¨ªa en gobiehno; C¨¢ndido M¨¦ndez lo dir¨¢ a la castellana: gobierno.
Otras consonantes en la misma posici¨®n simplemente las elimina: proteci¨®n, por protecci¨®n. Distinci¨®n inequ¨ªvoca tambi¨¦n es la que hace entre ese y zeta, pues le viene reforzada por aquella doble crianza, como tambi¨¦n la ere final de todos los infinitivos: rebajar, defender, abrir.
La d final, en cambio, la pierde siempre: verd¨¢, capacid¨¢, precaried¨¢. Es mucho m¨¢s lo que le preocupa la debilidad en el empleo de los j¨®venes, o c¨®mo resolver la gran dihyuntiva entre la nueva econom¨ªa y loh derechoh sociolaborale, que desde luego la precariedad de ciertas consonantes en final de palabra.
Y mucha mayor confianza la que muestra en su andaluz fronterizo que en la llamada nueva econom¨ªa, por s¨ª misma, y en que ¨¦sta tenga capacid¨¢ de autocomponerse y de arreglar loh deheperfehtoh que provoque dehde el punto de vihta social. Y muy bien que hace en desconfiar de eso.
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