Un cura reivindicativo
El discurso m¨¢s radical del primero de mayo contra la precariedad y la siniestralidad laboral no lo han hecho en C¨¢diz ni los sindicatos ni los partidos de izquierda sino el obispo, Antonio Ceballos, que ha dejado a estos colectivos con la palabra en la boca. Primero fue la carta pastoral en la que hace unos d¨ªas, auxiliado por las Juventudes Obreras y la Pastoral Obrera, denunciaba la existencia de algunos empresarios "sin escr¨²pulos" que abusan laboralmente de los j¨®venes y los inmigrantes.El particular primero de mayo de la Iglesia gaditana se complet¨® con la misa ofrecida por el prelado en la Catedral de C¨¢diz el pasado lunes, en la que pidi¨® perd¨®n a los trabajadores por haberle dado la espalda a sus problemas.
"Este a?o jubilar en el que la iglesia pide perd¨®n por los errores y las lentitudes de sus hijos a lo largo de la historia, nosotros podr¨ªamos pedir perd¨®n, tambi¨¦n, lamentar y dolernos de las lentitudes y la falta de atenci¨®n a los trabajadores, al mundo obrero", dijo el obispo Antonio Ceballos en el transcurso de su homil¨ªa, en la que record¨® que fue a partir del a?o 1946 cuando la Iglesia comienza a prestar "una atenci¨®n adecuada al mundo del trabajo". "Considero que deber¨ªamos hacer m¨¢s", se?al¨® en su intervenci¨®n el prelado. "El obispo nos pasa por la izquierda" admit¨ªa ayer un destacado dirigente del PSOE de C¨¢diz.
Las 400 personas que asistieron a la misa se encontraron con una catedral decorada con una decena de pancartas ilustradas con lemas reivindicativos y esl¨®ganes de rechazo a la siniestralidad y la precariedad laboral.
"No somos bestias ni animales de carga sino hijos de Dios", rezaba una de las pancartas colgadas en una de las columnas que flanquean el altar mayor del templo gaditano. Las comunidades parroquiales de la provincia y las juventudes obreras colgaron otras pancartas alusivas a la situaci¨®n de la flota pesquera de Barbate, a los problemas de algunos barrios obreros de C¨¢diz y a las muertes de inmigrantes en el Estrecho de Gibraltar.
Dedo en la llaga
"El obispo ha puesto el dedo en la llaga, ha planteado el problema como es: mientras que en el resto de Espa?a nueve de cada diez contratos son fijos, en C¨¢diz s¨®lo 3,5 son estables", explica Juan P¨¦rez, secretario general de Comisiones Obreras de C¨¢diz, quien a?ade: "Los empresarios de C¨¢diz, como dice el obispo, est¨¢n menos comprometidos con el empleo estable, y eso representa un drama para la familia y para los j¨®venes".
Para completar la misa, el obispo invit¨® a cuatro personas a expresar su testimonio desde el mismo altar mayor catedralicio: un inmigrante marroqu¨ª que desembarc¨® en Espa?a a bordo de una patera y que relat¨® sus avatares y el de sus compa?eros de barca para cruzar el Estrecho; un parado gaditano que cont¨® la explotaci¨®n que padeci¨® durante su emigraci¨®n a la recolecci¨®n de la uva en Villafranca del Pened¨¦s (Barcelona); un vigilante de seguridad que trabaja 84 horas semanales con un contrato de media jornada firmado a trav¨¦s de una Empresa de Trabajo Temporal (ETT); y un ex toxic¨®mano de 30 a?os inmerso en el sistema presidiario desde los 13 a?os. Estos cuatro testimonios, en el lugar destinado a la pr¨¦dica sacerdotal, compusieron lo que el obispo de C¨¢diz defini¨® como "la proclamaci¨®n de la realidad".
Antonio Ceballos expres¨® su convicci¨®n de que la Iglesia a¨²n tiene "una obra pendiente" en C¨¢diz, como es "el compromiso por la justicia ante las desigualdades, el reparto equitativo en momentos de bonanza econ¨®mica, y buscar salidas a la juvenilizaci¨®n de la pobreza y la atenci¨®n a los excluidos o marginados".
El obispo de C¨¢diz propuso que se trabaje "contra el racismo, la xenofobia, la tensi¨®n de las c¨¢rceles, la ocultaci¨®n de la riqueza que esquiva los impuestos" y "las horas extras que impiden el ingreso en el mundo laboral de otros hermanos necesitados".
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.