El p¨¦ndulo
La semana pasada asist¨ª, en la Casa de la Provincia, a la presentaci¨®n de Don Juan Ferm¨ªn de Plateros. Etopeya del campo andaluz durante la invasi¨®n francesa, escenificada en dos jornadas, dividida en cuatro cuadros y un ep¨ªlogo. Una obra de teatro in¨¦dita de Fernando Villal¨®n y cuya recuperaci¨®n, 70 a?os despu¨¦s de haber sido escrita, celebraron los oradores. El profesor Cortines describi¨® el argumento ilustrando la batalla de Bail¨¦n como el purgatorio por el que pasan los personajes entre el desenfreno y el convento, y el profesor Gonz¨¢lez Troyano atribuy¨® tanto tiempo de olvido y silencio a la abundancia de andaluces universales cuya sombra eclipsaba a un autor de tan corta vida literaria, a su vocaci¨®n tard¨ªa e improvisada y al tema: una cultura rural que injustamente lleg¨® a confundirse con los t¨®picos de la Andaluc¨ªa de pandereta.
Me parece a m¨ª que la cultura andaluza, probablemente por su amplitud y riqueza y como seguramente le ocurre a otras manifestaciones culturales que si fuera erudita citar¨ªa, sufre la ley del p¨¦ndulo: tiene altos y bajos a lo largo de su historia: pasa de la fama al desprecio, de la gloria al fracaso.
Ahora estamos en plena embriaguez del auge, sumando los entusiastas, pero, si no me equivoco, llegar¨¢ el momento en el que todo elogio suene a barroco, y lo barroco a repetido y vulgar, menguado su valor como todo lo que toca fondo. Es el momento en el que aparece la raz¨®n austera y severa como tabla de salvaci¨®n en el mar de la demas¨ªa; raz¨®n que tambi¨¦n se extralimitar¨¢ trag¨¢ndose lo que se volver¨¢ a recuperar como si fuera nuevo.
Me ha venido a la mente esta sospecha precisamente en v¨ªsperas de una Feria de Abril m¨¢s larga que ninguna, que no s¨¦ yo si es sensato estirarla tanto, que me temo que no va a haber cuerpo que resista. Sin llegar a sus extremos nos puede pasar como a los personajes de Villal¨®n, que de la bacanal de violencia, sexo, mariscos y vino pasan al arrepentimiento y a la vida mon¨¢stica.
M¨¢s comedidos, aquellos que sean capaces de resistir toda la feria puede ser que pasen del Real a Urgencias.
BEGO?A MEDINA
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.