Alitalia busca nuevos socios tras el abandono de la holandesa KLM
La decisi¨®n de la compa?¨ªa a¨¦rea holandesa KLM de romper la alianza sellada hace dos a?os con Alitalia representa un fiasco monumental para la compa?¨ªa italiana y para el Gobierno del pa¨ªs, su principal accionista. De momento, Alitalia ha contraatacado calificando de "ilegal" la ruptura, anunciada el viernes por KLM. Pero m¨¢s all¨¢ de batallas legales menores, la compa?¨ªa se enfrenta ahora a la imperiosa necesidad de encontrar otro socio en la recta final de su privatizaci¨®n, fijada para junio. Air France vuelve a sonar con fuerza.
El ministro de Transportes italiano, Pierluigi Bersani, el hombre que forz¨® hace unas semanas, contra la opini¨®n de la Comisi¨®n Europea, el traslado del grueso de los vuelos del aeropuerto milan¨¦s de Linate al de Malpensa (a 45 kil¨®metros de la capital lombarda), insisti¨® ayer en que nada puede frenar el proceso de privatizaci¨®n de Alitalia. El IRI (entidad parecida a la Sociedad Espa?ola de Participaciones Industriales) est¨¢ decidido a ceder al mercado su cuota del 53% de las acciones de Alitalia. Bersani se neg¨® a dar una fecha exacta para la privatizaci¨®n. El momento elegido (el mes de junio) se revela ahora como poco oportuno tras la ruptura con KLM, que provoc¨® el martes un descenso de las acciones de Alitalia en la Bolsa de Mil¨¢n.El consejero delegado de la empresa italiana, Domenico Cempella, ha afirmado que Alitalia busca nuevo socio. Air France suena como candidata. Pero una alianza de la amplitud como la alcanzada en noviembre de 1998 con KLM, desarrollada con un nuevo acuerdo en julio de 1999, no es algo que se logra en dos meses.
El Gobierno italiano no ha disimulado su contrariedad por la decisi¨®n de la compa?¨ªa holandesa, que ha citado las dificultades de puesta a punto del aeropuerto de Malpensa para justificar la ruptura. Alitalia ya ha advertido que no devolver¨¢ los fondos aportados por los holandeses para el desarrollo del aeropuerto milan¨¦s, unos 100 millones de euros (unos 16.000 millones de pesetas).
Las autoridades italianas han acusado a KLM de utilizar el caso Malpensa como mera excusa. ?C¨²al podr¨ªa ser, si no, la raz¨®n de un plant¨®n tan descomunal al pie mismo del altar? La prensa ha especulado con la existencia de disensiones respecto a qui¨¦n hab¨ªa de controlar la compa?¨ªa resultante de la fusi¨®n. Ni Alitalia quer¨ªa ser engullida por KLM ni ¨¦sta ¨²ltima quedar bajo el control de los italianos, con frecuencia acusados de mala organizaci¨®n.
Pero el caso Malpensa podr¨ªa justificar la decisi¨®n de KLM. Para la compa?¨ªa holandesa, el principal aliciente del acuerdo era la explotaci¨®n de una de las ¨¢reas de mayor densidad de tr¨¢fico de pasajeros de Europa, la del norte de Italia. De ah¨ª que, cuando se firm¨® el acuerdo, KLM impusiera como condici¨®n el traslado al nuevo aeropuerto de Malpensa de la mayor¨ªa de los vuelos que parten de Mil¨¢n-Linate con el objeto de articular los vuelos de la futura compa?¨ªa fusionada entre los aeropuertos de Schipol-Amsterdam, Malpensa-Mil¨¢n y Fiumicino-Roma. Esta decisi¨®n ha desatado una fuerte pol¨¦mica entre las dem¨¢s compa?¨ªas con base en Mil¨¢n-Linate, ha resultado sumamente costosa para Alitalia -en dinero y en prestigio, debido a los numerosos retrasos de vuelos que ha provocado- y ha estado a punto de causarle al Gobierno serios problemas con Bruselas.
La combinaci¨®n entre las compa?¨ªas era perfecta: Alitalia con un fuerte mercado interior, KLM con una impresionante red de conexiones internacionales. Pero lo cierto es que el funcionamiento del aeropuerto milan¨¦s ha sido definido tres veces desde 1996 por tres diferentes ministros de Transportes de tres Gobiernos diferentes. La inestabilidad pol¨ªtica italiana ha sido imposible de digerir para los socios holandeses.
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