Una noche en la Embajada espa?ola
El pasado mes de marzo, Karelia Deulofeu acudi¨® a una oficina de inmigraci¨®n en Cuba para obtener respuesta de su solicitud de salida definitiva de la isla. La respuesta fue no. Y cuatro d¨ªas despu¨¦s, el 28 de marzo, Deulofeu y su hija, Gabriela, acudieron al consulado espa?ol en La Habana con el pretexto de hacer unos tr¨¢mites ordinarios. Una vez dentro, Deulofeu plante¨® su verdadero objetivo: solicitar asilo pol¨ªtico en vista de que las autoridades no le permit¨ªan abandonar la isla para reunirse con su marido. El asunto pas¨® a la Embajada por tratarse de un caso pol¨ªtico. Le explicaron que la petici¨®n de asilo era improcedente, pues tanto ella como su hija eran espa?olas. Aun as¨ª, Karelia pidi¨® quedarse en la misi¨®n diplom¨¢tica hasta que pudiese salir de Cuba.
En un gesto poco habitual, el embajador, Eduardo Junco, accedi¨®, y madre e hija pasaron esa noche en la canciller¨ªa. De haberse sabido entonces, el hecho pod¨ªa haber provocado una nueva crisis diplom¨¢tica entre Espa?a y Cuba como la de 1990, cuando 18 refugiados, nueve de ellos supuestos agentes de la seguridad infiltrados, pidieron asilo y pasaron varios meses en el recinto diplom¨¢tico.
Desde aquel incidente la Embajada evita este tipo de situaciones "convenciendo" a los que tratan de refugiarse, casi siempre por las buenas, de que no lo hagan, pues el Gobierno cubano tiene por norma no permitir la salida del pa¨ªs a quien se haya asilado.
Karelia y su hija pasaron una noche en la Embajada y al d¨ªa siguiente Junco puso fin a la situaci¨®n. La familia de De la Fuente abandon¨® el recinto diplom¨¢tico sin muchas ganas, pero con el compromiso de que Espa?a se interesar¨ªa por su caso ante el Ministerio de Relaciones Exteriores. Algo que ya ha hecho la Embajada, aunque es sabido que este tipo de casos tiene dif¨ªcil soluci¨®n. Aunque tengan pasaporte espa?ol, para las autoridades de la isla, Karelia y su hija son cubanas y deben someterse a las normas, escritas y no escritas, que existen en su pa¨ªs. Una de las normas migratorias no escritas penaliza a los altos cargos que abandonaron ilegalmente el pa¨ªs retrasando, a veces por a?os, el reencuentro con sus familiares.
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