El PRI moviliza a su vieja guardia ante las presidenciales m¨¢s re?idas de M¨¦xico
Transcurr¨ªa apaciblemente la campa?a para las presidenciales mexicanas del pr¨®ximo 2 de julio cuando sonaron las alarmas en el cuartel general del Partido Revolucionario Institucional (PRI), y el candidato oficialista, Francisco Labastida, llam¨® a filas al parque jur¨¢sico, a la vieja guardia del partido, a hombres cuya trayectoria entra en colisi¨®n con el primer compromiso del aspirante: construir un nuevo PRI. Pero el virtual empate con el rival conservador, Vicente Fox, oblig¨® a echar mano de todos los recursos, entre ellos la colaboraci¨®n de dirigentes acostumbrados a sacar votos debajo de las piedras, o de las urnas, de pol¨ªticos que contribuyeron a erosionar la imagen del partido.
El dinosaurio por antonomasia, Manuel Bartlett, encabeza la relaci¨®n de notables convocados a la movilizaci¨®n por Francisco Labastida, un pol¨ªtico del aparato que no acaba de distanciarse en las encuestas pese a ser todav¨ªa el favorito. La mayor¨ªa lo sit¨²a empatado con Fox con cerca del 40% de los sufragios.El abanderado del sistema ha recorrido todo el escalaf¨®n del partido que lo sustenta: fue ministro del Interior con Ernesto Zedillo y gan¨® las primarias de noviembre del pasado a?o, unas elecciones internas que acabaron con el dedazo ejecutado por el PRI durante cerca de 70 a?os, la directa designaci¨®n del presidente de M¨¦xico por su antecesor en cargo.
El reciente cruce de insultos, la nueva correlaci¨®n de fuerzas, la existencia del Instituto Federal Electoral (IFE), un organismo aut¨®nomo y fiable, y una prensa m¨¢s equitativa, son elementos demostrativos de que la dictadura de partido hace aguas en M¨¦xico y de que el pa¨ªs avanza hacia la transparencia, hacia la superaci¨®n de los clamorosos pucherazos del pasado. Bartlett sabe mucho de estos ¨²ltimos y su entrada en liza -junto a Manlio Fabio Beltrones, Roberto Madrazo, Carlos Hank o Murillo Karam- desasosiega a los dem¨®cratas mexicanos y resta credibilidad al compromiso del candidato gubernamental de forjar un partido moderno, renovador, homologable.
Pero su declive en las encuestas impide, seg¨²n los analistas, romper con el viejo PRI, con el corporativismo que consigue votos, aporta fondos, gobernadores, comisarios y sindicalistas urbanos y campesinos, y que, en definitiva, aprieta tuercas y gana elecciones. Un pulpo que blandi¨® el palo y la zanahoria, la amenaza y el regalo, los subsidios y los programas asistenciales, y act¨²a en la clase media y baja, en los feudos de la marginaci¨®n y la desesperanza. Entre votar a quien nada da y hacerlo por quien tiene las llaves de los almacenes oficiales y entrega un saco de cemento o simiente no hubo dudas.
Deuda pol¨ªtica
La eficacia del viejo esquema qued¨® demostrada desde su instauraci¨®n a principios del pasado siglo, y Labastida, que promete la estabilidad y al mismo tiempo el cambio, se entrega hoy a esa maquinaria, aceptando la ayuda de gobernadores, grupos de intereses y pol¨ªticos que incomodan su proyecto, con los que tuvo encontronazos serios durante las primarias y tampoco pertenecen al entorno del presidente Zedillo.
Con todos ellos quedar¨¢ en deuda, y a todos deber¨¢ atender si gana las elecciones porque la victoria en situaciones comprometidas tiene un precio. Manuel Bartlett fue el secretario de Gobernaci¨®n (ministro del Interior) en 1988 a quien se atribuye la organizaci¨®n de un fraude, en las elecciones de ese a?o, en favor de Salinas de Gortari, presidente en el sexenio hasta 1994. Result¨® perjudicado, seg¨²n las generalizadas imputaciones de entonces, Cuauht¨¦moc C¨¢rdenas, que aspira por tercera vez a la jefatura de Estado, aunque sin conseguir alcanzar a los dos adversario de cabeza. El exalcalde de Ciudad de M¨¦xico figura a casi 20 puntos de distancia de Labastida y Fox, y representa al Partido de la Revoluci¨®n Democr¨¢tica (PRD), centro-izquierda, donde el choque de facciones ha sido tambi¨¦n intenso. "Estoy en tercer lugar, pero a¨²n tengo tiempo de ganar", declar¨® el hijo del hist¨®rico general L¨¢zaro C¨¢rdenas, presidente entre 1936 y 1940. "Labastida y Fox son un gran riesgo para el pa¨ªs. Los dos han ido juntos en una pol¨ªtica social, econ¨®mica y pol¨ªtica desde 1989 (...). La oposici¨®n de Fox en la C¨¢mara de Diputados fue histri¨®nica, no real, de fondo".
Sin embargo, Vicente Fox, un fen¨®meno electoral, contrariamente a C¨¢rdenas, que fue en 1988 y 1994 cabeza de un movimiento social, seg¨²n el an¨¢lisis de Adolfo Aguilar Zinser, es percibido por la mayor¨ªa como el ¨²nico candidato capaz de derrotar al PRI en una elecciones que son casi un refer¨¦ndum sobre el destino de la formaci¨®n oficial.
La disputa por la presidencia de M¨¦xico es hoy real, y el partido que la retiene desde hace d¨¦cadas sabe que puede perderla si no reacciona, y compromete activamente a toda la militancia. "El PRI ha tenido que sacar del sarc¨®fago a un elenco granado en materia de fraudes electorales, en el que las figuras m¨¢s destacadas mundialmente son Bartlett y compa?¨ªa", declar¨® Luis Felipe Bravo Mena, presidente del Partido de Acci¨®n Nacional (PAN), conservador, liderado por el ex gobernador de Guanajuato Vicente Fox, carism¨¢tico, que suma votos adaptando su discurso al auditorio de turno y con tremendistas declaraciones contra la corrupci¨®n y el narcotr¨¢fico observados en el partido de gobierno.
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