Independencia po¨¦tica y econ¨®mica
Cinco n¨²meros tiene en la calle esta ejemplar revista de poes¨ªa que, desde M¨¢laga y sin malague?ismo alguno, dirige, dise?a, compone y paga de su bolsillo el poeta y profesor de la Universidad de M¨¢laga Francisco Ruiz Noguera. De ah¨ª la ejemplaridad a la que aludimos, ya que es sabido el ¨¢vido deseo de subvenciones p¨²blicas que este tipo de publicaciones padece so pretexto, las m¨¢s de las veces, de un beneficio cultural que por desgracia suele redundar en dividendos casi exclusivamente acumulados en las carteras de los editores socorridos con el dinero de las instituciones.Partiendo de esa independencia incluso econ¨®mica, El laberinto de zinc atesora ya en el ¨ªndice de sus n¨²meros publicados una relaci¨®n de colaboradores de aut¨¦ntico lujo, entre los que podemos encontrar tanto poetas espa?oles -Vicente N¨²?ez, Clara Jan¨¦s, Juan Cobos Wilkins, Rafael Ballesteros, Mar¨ªa Victoria Atencia, Juan Lamillar...- como extranjeros -Robert Graves, Keats, Cavafis, Virgilio, Attilio Bertolucci...- magn¨ªficamente traducidos al espa?ol, adem¨¢s de interesantes rese?as literarias de las novedades del panorama po¨¦tico actual a cargo de prestigiosos y reconocidos especialistas. A toda esta riqueza literaria habremos de sumar las ilustraciones de pintores contempor¨¢neos que embellecen cada uno de los n¨²meros hasta hoy publicados.
REVISTA DE POES?A EL LABERINTO DE ZINC DIRECTOR: FRANCISCO RUIZ NOGUERA N?MERO 5
M?LAGA, 1999 48 P?GINAS. 600 PESETAS
As¨ª las cosas, este n¨²mero de El laberinto de zinc, correspondiente al oto?o de 1999 -de sobra conocido es el retraso con el que las revistas po¨¦ticas contin¨²an asombrando a sus lectores-, publica poemas de Jos¨¦ de Miguel, V¨ªctor Castellano y Manuel Quiroga Cl¨¦rigo, entre otros, y traducciones de la ?gloga IV de Virgilio, por Rafael Herrera (con una prodigiosa versi¨®n en octavas reales) y de Cinco poemas de Dinos Jristian¨®pulos, por Antonio Garc¨ªa Guzman. Cabe destacar, por lo dem¨¢s, el esmero tipogr¨¢fico que Francisco Ruiz Noguera pone en cada uno de los n¨²meros de El laberinto de zinc, pulcritud que tambi¨¦n a ¨¦l lo convierte en heredero directo de aquella espl¨¦ndida escuela de editores y tip¨®grafos malague?os que comenzara en el Litoral de Emilio Prados.
Termino ya mencionando los dibujos que acompa?an a los textos de esta quinta entrega de El laberinto... Cuatro preciosas plumillas de Rafael P¨¦rez Estrada que responden a los t¨ªtulos de Cazador furtivo de estrellas, La tejedora de humos, El oralista y Humos, cuatro pruebas evidentes de que en la poes¨ªa puede y debe renovarse con ¨¦xito incluso la denominada l¨ªnea po¨¦tica de los pintores y dibujantes que la ilustran. Si Gregorio Prieto sent¨® la tradici¨®n ilustradora de la poes¨ªa espa?ola del siglo XX, va siendo la hora de que un aire nuevo refresque lo que ya es a?ejo.
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