La polic¨ªa centra sus sospechas en los GRAPO o una banda hispano-lusa
?Una banda de atracadores, posiblemente asentada en el vecino Portugal, o los terroristas del GRAPO, una organizaci¨®n con profundas ra¨ªces hist¨®ricas en Vigo? Por tercera vez en apenas cinco a?os, la polic¨ªa se debate entre estas dos hip¨®tesis. Porque el de ayer ha sido el tercer asalto de similares caracter¨ªsticas, y casi en el mismo lugar, que se ha cometido desde 1994. Todas fueron acciones sangrientas y en ninguna de ellas los delincuentes lograron sus prop¨®sitos, pero las investigaciones no han conseguido desentra?ar el misterio.
La conexi¨®n entre los dos primeros atracos parece clara aunque nunca ha sido demostrada fehacientemente. Sin embargo, las investigaciones todav¨ªa no han podido determinar si ambos est¨¢n relacionados o no con el de ayer aunque se hayan producido casi en la misma zona y de forma similar o si todo es fruto de una asombrosa y macabra casualidad.El intento de asalto de ayer guarda extraordinaria similitud con los otros dos anteriores, perpetrados en el mismo sitio urbana e igualmente contra furgones blindados de Prosegur, empresa que tiene su sede local en las proximidades. A mayor abundancia de coincidencias, uno de los heridos graves en esos episodios, ocurridos en 1994 y 1995, es cu?ado de uno de los fallecidos ayer, guardias jurados ambos de Prosegur.Tambi¨¦n el vigilante fallecido en 1995, Jos¨¦ Rolando Mosquera Costas, hab¨ªa sido herido en el de 1994.
En ambos casos los asaltantes buscaban como bot¨ªn la recaudaci¨®n del hipermercado Alcampo, ubicado en las cercan¨ªas del lugar de los hechos. Y precisamente los dos asaltos se hicieron en un s¨¢bado porque los malhechores sab¨ªan que en ese d¨ªa de la semana se traslada tan fuerte suma. Pero no se salieron con la suya.
Herido y luego asesinado
El 2 de julio de 1994, los asaltantes se situaron en la carretera y, en torno a la medianoche, dispararon a discreci¨®n contra el parabrisas del furg¨®n. El conductor apret¨® el acelerador y, como balance ¨²ltimo del suceso, s¨®lo hubo que registrar un herido, Mosquera Costas, que, sin embargo, acabar¨ªa reventado el 1 de abril de 1995 en una operaci¨®n que reprodujo mim¨¦ticamente el sistema anterior.
Esa noche de 1995, a unos 200 metros del lugar en el que se registr¨® el primer asalto, dos individuos, encapuchados, con guantes negros y ropa deportiva, abrieron fuego desde la mitad de la carretera contra el parabrisas del furg¨®n, que transportaba entonces m¨¢s de 100 millones de pesetas correspondientes a la recaudaci¨®n de Alcampo.
El conductor fren¨® y ese error, seg¨²n fue valorado luego, le cost¨® la vida a Mosquera, de 35 a?os, porque uno de los asaltantes tuvo tiempo durante la frenada de colocar una bomba-lapa sobre la carrocer¨ªa del furg¨®n, que se empotr¨® contra un talud unos metros m¨¢s adelante.
La explosi¨®n del artefacto abri¨® un boquete en la puerta y destroz¨® el cuerpo del referido vigilante jurado.
Otro guarda, Benito Silva Novoa, de 63 a?os, cu?ado de Gonzalo Torres Lage, uno de los fallecidos ayer, sufri¨® lesiones en las piernas que fueron diagnosticadas como muy graves.
La explosi¨®n de aquella noche, sin embargo, no consigui¨® desbloquear el mecanismo de seguridad -varios barrotes cruzados- de la puerta del furg¨®n, por lo que los asaltantes, ante la inminente afluencia de vecinos alertados por el ruido, determinaron huir sin consumar sus prop¨®sitos.
En ambos casos la polic¨ªa rescat¨® casquillos de 7,62 mil¨ªmetros de la marca FNM y fabricaci¨®n portuguesa. Y en los dos la polic¨ªa dej¨® caer sucesivamente la posible autor¨ªa de los GRAPO. Estas sospechas sobre la organizaci¨®n terrorista se sustentan, por una parte, en el hecho de ser Vigo una de sus cunas fundacionales. Los GRAPO encontraron aqu¨ª a algunos de sus dirigentes m¨¢s cualificados y todav¨ªa el a?o pasado se atribuy¨® a esta organizaci¨®n terrorista, de virtualidad guadianesca, una campa?a de amenazas postales contra empresarios de la provincia de Pontevedra.
Las sospechas sobre su protagonismo en el atraco de ayer estar¨ªan reforzadas por la presencia de una mujer entre los asaltantes, cosa m¨¢s propia de los grupos terroristas que de las bandas de delincuencia com¨²n, y por la munici¨®n que utilizaron, de la marca GECO, frecuentemente utilizada por ¨¦stos.
Nada puede descartarse
Pero "en estos momentos nada puede descartarse", se?alaba el director general de la Polic¨ªa, Juan Cotino. En los dos casos precedentes, las hip¨®tesis m¨¢s veros¨ªmiles atribuyeron las respectivas intentonas a una banda hispano-portuguesa de la que, no obstante, tampoco se han dado m¨¢s se?as. Esta eventualidad se contempla por el conocimiento que los asaltantes demuestran tener de la zona, cruzada por una intrincada red de caminos y carreteras, y por la proximidad de Portugal, a unos 20 kil¨®metros, donde los atracadores podr¨ªan disponer de un f¨¢cil santuario en el que refugiarse.
En realidad, y aunque se barajaron las dos hip¨®tesis fundamentales, era la de la banda organizada hispano-lusa la que tuvo m¨¢s ¨¦xito.
De hecho, tras el segundo atraco, el de 1995, el entonces gobernador civil de Pontevedra, Jos¨¦ ?lvarez Paz, fue tajante y dijo que se hab¨ªa descartado completamente la hip¨®tesis de que los delincuentes formasen parte de un grupo terrorista armado y apunt¨® esa posibilidad, recordada ahora, de que formasen parte de una banda, aunque ahora nadie quiera dar por definitiva ninguna hip¨®tesis.
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