Arquitectura mediterr¨¢nea
La abundancia de posibilidades que ofrece la ciudad mediterr¨¢nea, donde todo est¨¢ al alcance de la mano, frente a la arquitectura norteamericana, que con su concepci¨®n tem¨¢tica del espacio sit¨²a a un lado el comercio, a otro el trabajo y en la otra punta la vivienda, fue ayer el tema de debate en el que intervinieron los arquitectos Joan Antoni Solans, Josep Anton Acebillo y Ricardo Bofill. Los tres se inclinaron claramente por la arquitectura mediterr¨¢nea, aunque discreparon sobre las aportaciones de la globalizaci¨®n.Bofill fue apocal¨ªptico al referirse a la forma de vida de los barrios perif¨¦ricos norteamericanos, "con tres millones de iletrados, donde la gente se suicida, las mujeres se acuestan con hombres que no son sus maridos y los ni?os disparan ametralladoras", asegur¨®. El autor del innovador y pol¨¦mico edificio Walden 7 critic¨® que sea precisamente la arquitectura de dichos barrios la que est¨¦ invadiendo el mundo, incluida Espa?a y Catalu?a.
El arquitecto jefe del Ayuntamiento de Barcelona, Josep Anton Acebillo, dibuj¨® un panorama menos inquietante para la arquitectura mediterr¨¢nea del siglo XXI, "si somos capaces", precis¨®, "de plantarle cara a la globalizaci¨®n mejorando los instrumentos disponibles, pero manteniendo nuestra identidad".
El marco elegido para el debate fue la sede del Instituto Catal¨¢n del Mediterr¨¢neo, en las jornadas sobre ?Qu¨¦ proyecto urbano en la cuenca mediterr¨¢nea? "Si bien es cierto que la globalizaci¨®n ha roto la noci¨®n de distancia, tambi¨¦n lo es que la proximidad entre un conjunto de ciudades como las del ¨¢rea metropolitana de Barcelona sea considerada como la principal baza que tiene a su favor nuestro urbanismo", asegur¨® Acebillo. Ayer se habl¨® mucho de la diversidad como un bien cada vez m¨¢s valorado, que est¨¢ en la base de la cultura mediterr¨¢nea y que algunos s¨®lo ven posible en una ciudad muy concentrada y compacta.
Ante el urbanismo norteamericano, Bofill defini¨® la actitud mediterr¨¢nea como "la de una arquitectura perdedora y marginal, de una regi¨®n marginal y subsidiaria", de los lugares del mundo donde se toman las decisiones importantes. M¨¢s adelante, en la misma l¨ªnea provocadora, Bofill sentenci¨® que ahora se est¨¢ intentando reparar lo que se hizo en el siglo XIX sin saber qu¨¦ pasar¨¢ en el XXI: "Se intenta soldar los rotos que dejaron las redes viarias y ferroviarias para volver a unirlos al tejido urbano". Cit¨® el ejemplo de la v¨ªa f¨¦rrea de la costa catalana, que discurre junto al mar, y la calific¨® de "gran error". Sin embargo, no dijo nada de los rascacielos que emergen en primera l¨ªnea de mar ni del que ¨¦l mismo ha proyectado: un hotel en forma de vela gigantesca para la bocana del puerto de Barcelona, que tambi¨¦n ha sido criticado.
Al referirse a la arquitectura actual, Bofill, que hizo toda su disertaci¨®n en franc¨¦s, dijo que est¨¢ marcada por una gran confusi¨®n. Esta confusi¨®n oscila entre la arquitectura que calific¨® de objeto ins¨®lito -cit¨® el ejemplo del Museo Guggenheim de Bilbao, del arquitecto norteamericano Frank Gehry-, que depende de los profesionales de vanguardia y que viene del Bronx y de Los ?ngeles, y la arquitectura corriente, que considera muy mala.
Acebillo prefiri¨® poner el acento en los aspectos positivos de las estructuras metropolitanas conc¨¦ntricas, de las que dijo que son "nuestra principal riqueza" siempre que trabajen en red. Para reforzar su argumento, se remont¨® entusiasmado a los tiempos en los que el Mare Nostrum de la ¨¦poca cl¨¢sica romana era, sobre todo, un conjunto de ciudades, muchas lenguas y mucho intercambio, que "cuando han trabajado en red han sido el centro del mundo. Aquello era la Europa mediterr¨¢nea que dirig¨ªa los destinos del mundo", apostill¨® Acebillo.
Nadie cuestion¨® la afici¨®n de los mediterr¨¢neos por reunirse al aire libre en las plazas y patios.Record¨® Acebillo que hasta los monjes cistercienses hac¨ªan lo propio en el claustro. Tambi¨¦n qued¨® claro que los mediterr¨¢neos no son gentes propensas a moverse en fila, sino m¨¢s bien en corro. A partir de esa reflexi¨®n algunos ponentes deploraron que el urbanismo imite mal el pasado y dejaron mal parados a los que recrean lo que Acebillo bautiz¨® como "im¨¢genes tecno-pastoriles" . De "est¨²pida e indecente" calific¨® Acebillo esa cultura que pinta carros y paisajes campestres en fachadas al lado de aparatos de aire acondicionado. Cosas como ¨¦sas "est¨¢n machacando la nueva arquitectura y s¨®lo tiene que ver con la pereza".
La intervenci¨®n de Joan Antoni Solans, director del Programa de Planeamiento Territorial de la Generalitat, se refiri¨® a las muchas variantes de los proyectos urbanos del Mediterr¨¢neo. Se?al¨® que, con frecuencia, se cita la falta de recursos o los problemas que plantea determinada ley como meras excusas cuando no se quiere afrontar la soluci¨®n de determinadas problem¨¢ticas.
La abundancia de usos del territorio que se da en la ciudad mediterr¨¢nea fue ayer el tema recurrente y opuesto a las ciudades del tipo de la norteamericana Orlando, ubicada en la antigua Florida espa?ola, que se esparcen por el campo y cuyas calles quedan desiertas y aburridas a partir de las seis de la tarde. Las llamadas ciudades-dormitorio no encontraron muchos adeptos entre los participantes y las voces que se alzaron eran siempre partidarias de las metropolis donde se puede encontrar de todo: lugares de ocio, comercios, trabajo y residencia, a razonable distancia.
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