Toda Italia espera el milagro de Pantani en San Pedro
"Si Marco aparece en la audiencia del Papa, corre; si no, no", dice su gente
"Si aparece en la sala Clementina, correr¨¢ el Giro, si no, no. Eso es todo". El milagro que espera toda la Italia ciclista deber¨¢ producirse hoy a las 10.30 de la ma?ana. Deber¨¢ consistir en la aparici¨®n ante el Papa, en el Vaticano, de Marco Pantani. Italia, Roma, un milagro, ciclismo, alma popular, Juan Pablo II... No habr¨ªa forma posible de mejorar la puesta en escena del regreso a la competici¨®n del corredor m¨¢s deseado.Ser¨ªa imposible mejorar la historia. Un Giro empobrecido, sin figuras, sin apenas atractivos; un corredor pecador en busca de su alma; una audiencia del Papa en la Sala Clementina del Vaticano; una confesi¨®n general de todos aquellos arrepentidos; una organizaci¨®n deseando impartir el perd¨®n; una televisi¨®n que necesita protagonistas; un peri¨®dico que necesita titulares grandes; una afici¨®n que pide magia... Todo un fondo so?ado. La RAI, con sus c¨¢maras en directo en San Pedro. Esperando el milagro. Y Pantani por encima de todo. Haciendo m¨¢s grande su afamada fama de mago, de genio del espect¨¢culo, de deportista imprevisible. El Giro empieza ma?ana con un pr¨®logo en Roma. Lo correr¨¢n 180 ciclistas, pero s¨®lo uno, lo corra o no, importa.
Que s¨ª, que es verdad, proclamaban ayer en su Cesenatico, que Marco ha cargado sus bicicletas y se ha ido a Roma. Que s¨ª, que lo he visto, dec¨ªan algunos taxistas en la Ciudad Eterna. Que lo he llevado a tal hotel. Otros se dedican a mirar por los pasillos del hotel donde est¨¢ alojado su equipo, el Mercatone Uno.
Y su gente, Manuela Ronchi, su m¨¢nager, Felice Gimondi, Giuseppe Martinelli, trabajan para aumentar el suspense. "Pero no est¨¢ nada preparado, no est¨¢ nada organizado de antemano. Ha salido as¨ª. Los aficionados de Cesenatico han hecho correr la voz de que estaba muy bien, y la prensa enseguida se ha hecho eco".
Hoy no dice nada, ma?ana quiz¨¢s. "Marco se dejar¨¢ llevar por su instinto y es lo mejor que puede pasar", dice Ronchi, la mujer de confianza del Pirata, la que negocia sus contratos, su portavoz ante la prensa. "No debemos presionarle. Se ha concedido dos d¨ªas de reflexi¨®n y hay que respetarlo".
La gente seria, los amantes del ciclismo de verdad, se llevan las manos a la cabeza. Ad¨®nde vamos a llegar. Marco Pantani dio sus ¨²ltimas pedaladas en serio hace 11 meses, 4 de junio, llegada a Madonna di Campiglio, pen¨²ltima etapa del Giro. Esta temporada apenas ha corrido un par de d¨ªas. 300 kil¨®metros de competici¨®n. De entrenamiento, no muchos m¨¢s, aunque sus amantes, la gente de Cesenatico, dicen que lleva dos semanas entren¨¢ndose como un condenado, 200 kil¨®metros de puertos, ocho horas al d¨ªa. Aunque sea verdad, ?c¨®mo va a estar para correr el Giro?
"S¨ª claro, de acuerdo", dice la Ronchi. "La l¨®gica nos dice que es mejor que no lo corra. Pero no es eso, no es eso. Lo importante es el efecto psicol¨®gico que tendr¨ªa su reaparici¨®n, el efecto que est¨¢ teniendo el deseo de la afici¨®n de que vuelva. Pero si corre el Giro, lo har¨¢ como entrenamiento, sabiendo en todo momento que no podr¨¢ ganarlo ni estar con los mejores. Pero lo importante es recuperar al hombre, despu¨¦s ya recuperaremos al campe¨®n".
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