Los derechos humanos como arma arrojadiza
El matrimonio de conveniencia entre el general Efra¨ªn R¨ªos Montt, que preside el Congreso, y su ahijado pol¨ªtico, Alfonso Portillo, parece hacer aguas. R¨ªos Montt, que no puede acceder a la presidencia por su condici¨®n de golpista, apoy¨® al locuaz abogado a cambio de que ¨¦ste se ci?era al programa del FRG. Despu¨¦s, los dos hombres se repartieron los ministerios y los cargos. Pero tras cuatro meses, la convivencia empieza a agrietarse. Las disputas por las cuotas de poder han creado una grave crisis institucional, donde no faltan ataques ni zancadillas. En medio del contumaz acoso de las huestes eferregistas, Portillo ha decidido reaccionar. Para empezar, ha destituido al Jefe del Estado Mayor de la Defensa, hombre muy cercano a R¨ªos Montt, acus¨¢ndolo veladamente de conspirar en su contra. "Aqu¨ª no va a haber jueguitos de desestabilizaci¨®n", ha dicho. No ha quedado claro cu¨¢les eran los movimientos del coronel C¨¦sar Agusto Ruiz Morales que desagradaron a Portillo, pero s¨ª se sospecha que est¨¢n relacionados con las provocaciones de violentas pandillas durante las protestas por la subida del transporte, que habr¨ªan sido manejadas, seg¨²n insistentes rumores, por elementos militares.
Simult¨¢neamente, ha dado a conocer el archivo de Inteligencia Militar. Y es que Portillo ha encontrado en la cuesti¨®n de los derechos humanos un fil¨®n para contraatacar al impulsivo general, que est¨¢ debilitado por la demanda de genocidio que Rigoberta Mench¨² ha interpuesto en Espa?a. Adem¨¢s de servir para limpiarle la cara a su Gobierno ante la comunidad internacional, la bandera de las violaciones a los derechos humanos pueden ser para Portillo su mejor arma arrojadiza.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.