'Ni?os-ancla'
Berta, una ingeniera industrial colombiana de 30 a?os, lleg¨® a Espa?a hace 40 d¨ªas, embarazada de siete meses, huyendo de las amenazas de la guerrilla. Entr¨® con visado de turista, pero con la intenci¨®n de quedarse a vivir. Ahora subsiste gracias a la ayuda de algunas ONG y compatriotas. "Por duro que sea, estar aqu¨ª siempre ser¨¢ mejor que aquello, al menos aqu¨ª mi hija est¨¢ a salvo", dice acongojada. Aunque no tiene claros sus derechos, admite t¨ªmidamente que cree que su embarazo puede ayudar a legalizar su situaci¨®n aqu¨ª. Mar¨ªa Teresa, otra colombiana de 23 a?os, es empleada de hogar y est¨¢ embarazada de seis meses y medio. Entr¨® con visado de turista desde Mil¨¢n, tal y como le recomendaron en una agencia de viajes. Vino dispuesta a quedarse. Hace cuatro meses que le venci¨® el visado, por lo que se encuentra en situaci¨®n irregular. "S¨¦ que estar en estado me da ventajas para quedarme, pero a¨²n no se cu¨¢les", comenta ingenuamente.
El embarazo se ha convertido en una especie de visado para las mujeres que entran en Espa?a de manera irregular. Hasta el momento, no se conoce ning¨²n caso de una mujer que haya sido repatriada estando embarazada. De hecho, la actual Ley de Extranjer¨ªa, que entr¨® en vigor el pasado 1 de febrero, establece expresamente que no podr¨¢ expulsarse a las mujeres en estado, independientemente de su situaci¨®n legal, porque puede suponer un riesgo para la gestaci¨®n o para la salud de la madre. Por este motivo, se ha acu?ado el t¨¦rmino de ni?os-ancla.
S¨®lo en el Hospital Cl¨ªnico de Madrid, uno de los m¨¢s grandes de Espa?a, que cuenta con m¨¢s de medio mill¨®n de tarjetas sanitarias y en donde hay una media de siete partos al d¨ªa, aproximadamente el 20% de los alumbramientos son de mujeres inmigrantes sin recursos e indocumentadas, seg¨²n explica C. P., matrona que asiste en los m¨¢s de 20 ambulatorios del Insalud que se encuentran en la zona centro de la capital espa?ola. Sin embargo, en los tres meses y medio que lleva en vigor la Ley de Extranjer¨ªa, la Polic¨ªa Nacional s¨®lo tiene constancia de haber abierto expedientes de expulsi¨®n a 20 en avanzado estado de gestaci¨®n, de las m¨¢s de 500 mujeres que en el mismo per¨ªodo han sido detenidas en el pa¨ªs.
"No hay ning¨²n apartado de la ley que establezca que a las mujeres embarazadas hay que concederles el permiso de residencia, pero si se recurre la orden de expulsi¨®n alegando razones humanitarias lo m¨¢s probable es que se les conceda", explica Javier S¨¢nchez, abogado de AICODE, la Asociaci¨®n Iberoamericana para la Cooperaci¨®n, el Desarrollo y los Derechos Humanos. "Entrar embarazada en Espa?a, aunque sea de manera irregular, es una forma de quedarse en la pr¨¢ctica", agrega. Esta opini¨®n es compartida por Ra¨²l B¨¢ez, abogado del Servicio de Atenci¨®n a Inmigrantes de la oficina principal de la Cruz Roja en Las Palmas de Gran Canaria: "La llegada de mujeres embarazadas es algo que empieza a repetirse. Normalmente tienen tras ellas realidades muy crudas. La casu¨ªstica es inmensa, pero la inmigraci¨®n es uno de los campos administrativos con mayor discrecionalidad. Siempre se puede apelar a razones humanitarias". Los abogados destacan que el Gobierno tiene derecho de admisi¨®n sobre los inmigrantes.
El caso m¨¢s conocido es el de Cinthia Uwagbow, una joven nigeriana de 18 a?os que lleg¨® a Fuerteventura (Canarias) en una patera el pasado mes de abril y dio a luz a una ni?a a las 24 horas. Rafael M¨¦ndez Quintela es su abogado: "De momento he presentado un recurso ante el Delegado de Gobierno contra la orden administrativa de expulsi¨®n. Me interesa que le concedan el permiso de residencia cuanto antes. Cinthia y su hija han sido acogidas por una familia con recursos suficientes para responder por ellas: ¨¦ste es un punto importante. Despu¨¦s nos plantearemos la nacionalidad", explica.
El C¨®digo Civil establece que los nacidos en Espa?a de padres extranjeros no son, en principio, ciudadanos espa?oles, y adquieren la nacionalidad de sus progenitores. Pero si los padres carecen de nacionalidad conocida o no son reconocidos como ciudadanos de ning¨²n pa¨ªs, es decir, son ap¨¢tridas, Espa?a est¨¢ obligada a reconocer a sus hijos como espa?oles y facilitarles la documentaci¨®n necesaria. "Cinthia dijo ser nigeriana, pero no aport¨® ning¨²n documento que lo acreditara. Por ese motivo he solicitado que, mientras ella se regulariza, se inscriba a su hija en el Registro Civil espa?ol", contin¨²a M¨¦ndez. Cinthia tendr¨¢ que demostrar que no es ciudadana nigeriana para conseguir la nacionalidad espa?ola. O bien tendr¨¢ que permanecer en el pa¨ªs con permisos de residencia temporales y renovables hasta que se cumpla el per¨ªodo que fija la ley para concederle la nacionalidad: de dos a diez a?os, seg¨²n el pa¨ªs de procedencia.
Medir la magnitud de estas situaciones a nivel nacional es dif¨ªcil, porque no es posible conocer el dato de cuantas mujeres inmigrantes embarazadas se encuentran en Espa?a en situaci¨®n irregular. La raz¨®n es, por un lado, que la polic¨ªa no clasifica por sexos a los indocumentados y, por otro, que desde que se puso en marcha la nueva Ley de Extranjer¨ªa, que garantiza el derecho a la asistencia sanitaria a las mujeres extranjeras durante el embarazo, en el parto y en el posparto, dejaron de existir distinciones administrativas en la sanidad p¨²blica entre pacientes extranjeras y nacionales, lo que impide saber el n¨²mero de las primeras.
Lo que es innegable es que los casos de mujeres inmigrantes que hacen rutas suicidas estando embarazadas para llegar a otro pa¨ªs han proliferado en los ¨²ltimos meses. Las falsas informaciones con las que las mafias siembran esperanzas en los desesperados, las redes de prostituci¨®n y las p¨¦simas situaciones que muchas de ellas viven en sus pa¨ªses de origen empujan a estas mujeres a cruzar oc¨¦anos portando a sus hijos en sus vientres.
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