Fuertes cr¨ªticas a la restauraci¨®n del monasterio de Sant Pere de Rodes
La arquitectura todav¨ªa es capaz de levantar encendidas pasiones, aunque a veces lleguen con unos a?os de retraso. El debate que el Colegio de Arquitectos de Girona organiz¨® el pasado jueves sobre la restauraci¨®n de Sant Pere de Rodes (Alt Empord¨¤), iniciada en julio del a?o pasado, permiti¨® que reputados profesionales catalanes rechazaran con dureza y sin paliativos las reformas efectuadas, valoradas en m¨¢s de 600 millones de pesetas, con las que se pretend¨ªa convertir el monumento en un brillante ejemplo de la pol¨ªtica de recuperaci¨®n del patrimonio catal¨¢n impulsada por la Generalitat.
Joan Albert Adell, arquitecto miembro del equipo redactor del proyecto y director de las obras de restauraci¨®n, y Eduard Riu-Barrera, arque¨®logo del servicio de Patrimonio Arquitect¨®nico de la Generalitat y coautor del proyecto de restauraci¨®n, debieron soportar una aut¨¦ntica lluvia de reproches en la que su trabajo lleg¨® a ser definido como "reinvenci¨®n" y "escenograf¨ªa barata". Tambi¨¦n se les acus¨® de ser los ejecutores de una idea m¨¢s pol¨ªtica que arquitect¨®nica, dando prioridad al rom¨¢nico a costa de destruir lo posterior.El debate, que en alg¨²n momento roz¨® las descalificaciones personales, se organiz¨® a partir de un informe encargado por el Colegio de Arquitectos de Girona a Salvador Tarrag¨®, director del master de Restauraci¨®n de Monumentos de la UPC. En el documento se desacredita de manera radical la restauraci¨®n de Sant Pere de Rodes, cuyos "nefastos" resultados se atribuyen a la ambici¨®n desmesurada de los pol¨ªticos que intentaron dejar huella, a la pasi¨®n descontrolada del historicismo y a unos criterios intervencionistas desaforados. Tarrag¨® opina que la predilecci¨®n por el rom¨¢nico influy¨® a la hora de permitir la destrucci¨®n de los restos m¨¢s modernos. Destrucci¨®n que considera irreparable y que se engloba en una pol¨ªtica general que, en su opini¨®n, est¨¢ falseando los monumentos catalanes. El autor del informe, asumido por el Colegio de Arquitectos de Girona, calific¨® la reelaboraci¨®n de un claustro del siglo XIII con materiales modernos de "escenograf¨ªa barata de pel¨ªcula, pensada para producir el m¨¢ximo efecto con el m¨ªnimo dinero".
Joan Albert Adell explic¨® que se escogi¨® Sant Pere de Rodes para llevar a cabo una mod¨¦lica restauraci¨®n integral guiada por un equipo pluridisciplinario. El arquitecto entiende que hicieron una "restauraci¨®n comprensible", guiada por la voluntad de que la gente pueda llegar a entusiasmarse con el monumento. El arquitecto Josep Fuses, que moderaba el debate, replic¨® aseverando que "el didactismo debe hacerse en las escuelas y no en los monumentos".
Diletantismo universitario
Eduard Riu-Barrera desacredit¨® el estudio de Tarrag¨®, al que englob¨® en el g¨¦nero del "reventador", y acus¨® a su autor de "diletantismo universitario alejado de la praxis restauradora". "Es desproporcionado, desorientador y demag¨®gico", le espet¨®. Riu-Barrera asegur¨® que en caso de conflicto deben prevalecer las partes m¨¢s importantes de un conjunto monumental y a?adi¨® que "el conocimiento es destructivo", de ah¨ª que ¨¦l no tema destruir lo que convenga. A continuaci¨®n tuvo un ¨¢spero enfrentamiento verbal con Tarrag¨® y se defendi¨® de las cr¨ªticas sobre las connotaciones pol¨ªticas de la restauraci¨®n. "Es un t¨®pico afirmar que estoy a sueldo del integrismo convergente", dijo.
La mayor¨ªa de los arquitectos y arque¨®logos que intervinieron criticaron las obras de restauraci¨®n. El arquitecto J. L. Frigola ironiz¨® sobre los pol¨ªticos que han convertido el rom¨¢nico en "el arte nacional de Catalu?a" y asegur¨® que el "penoso" resultado de Sant Pere de Rodes es fruto de reproducir una idea pol¨ªtica porque toca y porque hab¨ªa dinero para llevarla a cabo. El arque¨®logo Jordi Sagrera, que ha dirigido campa?as de excavaci¨®n en el monasterio, neg¨® la pluridisciplinariedad del proyecto y revel¨® que no todos los profesionales implicados pudieron influir en el resultado final. El arque¨®logo exculp¨® a los t¨¦cnicos presentes en el debate y asegur¨® que el problema era b¨¢sicamente de los pol¨ªticos que decidieron que "hab¨ªa que reconstruir un monasterio rom¨¢nico". Jordi Casadevall, arquitecto, dijo que si la restauraci¨®n del monasterio es el ejemplo de un m¨¦todo integral de restauraci¨®n sin ataduras econ¨®micas, el resultado final es cuando menos "preocupante e insatisfactorio".
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