El Deportivo salda una deuda hist¨®rica
Un gol de Donato y otro de Makaay conceden la victoria y el t¨ªtulo de Liga al conjunto gallego
En un partido menos convincente que el formidable entusiasmo que provoc¨® en Riazor, el Deportivo conquist¨® la Liga y sald¨® una deuda que ven¨ªa de antiguo. El f¨²tbol, siempre azaroso, repar¨® esta vez la dolorosa herida que se abri¨® hace seis a?os, el plazo que se ha tomado el Deportivo para ganar su primer campeonato. Durante todo este tiempo, la afici¨®n ha so?ado con la Liga que se perdi¨® lastimosamente con aquel penalti fallado por Djukic. Ahora la hinchada del Deportivo puede disfrutar con un t¨ªtulo bien tangible, merecido si se tiene en cuenta que el equipo ha estado en la cabeza de la clasificaci¨®n en 26 de las 38 jornadas. El entusiasmo, tanto tiempo diferido, no oculta lo que dec¨ªa Fran antes del encuentro: "Aquel equipo era m¨¢s querido". Cierto. Era querido por novedoso, por atreverse a desafiar el poder del Bar?a y el Madrid, por practicar un f¨²tbol elocuente, por la m¨ªstica que se gener¨® alrededor de un veterano entrenador que se encontraba ante la ¨²ltima oportunidad de su carrera. Aquel Depor fue amado por todos, y m¨¢s despu¨¦s de que cayera preso de la fatalidad, lo que sirvi¨® para abundar en la idea rom¨¢ntica que se teji¨® alrededor del equipo.
DEPORTIVO 2-ESPANYOL 0
Deportivo: Songo'o; Manuel Pablo, Donato, Naybet, Romero; V¨ªctor, Jokanovic (Jaime, m.68), Mauro Silva, Fran; Djalminha (Pauleta, m.80) y Makaay (Turu Flores, m.60). Espanyol: Mora; Crist¨®bal, Pocchettino, Soldevilla (Nando, m.54), Roger; Velamaz¨¢n (Posse, m.57), Sergio, Galca, Arteaga; De Lucas; y Tamudo. Goles: 1-0. M.3. Donato, de cabeza, a la salida de un c¨®rner. 2-0. M.34. Manuel Pablo se interna por la derecha, recorta y centra raso al primer palo, por donde surge Makaay para anticiparse y marcar. ?rbitro: Garc¨ªa Aranda. Mostr¨® tarjeta amarilla a Toni Velamaz¨¢n. Lleno en Riazor. 36.000 espectadores. ?ltima jornada de Liga. El Deportivo se proclam¨® campe¨®n por primera vez en su historia.
Este Depor es m¨¢s prosaico, un equipo de consumo interno capaz de reparar una deuda hist¨®rica, pero sin la punta de grandeza de su antecesor. A la hinchada le import¨® ayer muy poco este matiz. Necesitaba darse una noche de fiesta y lo hizo sin reparar en gastos, sin angustias. Donato, uno de los h¨¦roes de la vieja guardia, se tom¨® la revancha por el penalti que no tir¨® en el fat¨ªdico partido frente al Valencia. En el primer c¨®rner de la noche, Donato salt¨® en el primer palo y pein¨® con limpieza el bal¨®n. Hubo algo de justicia hist¨®rica. Por el protagonista y por el momento. Con 37 a?os, y despu¨¦s de una brillante carrera en el Atl¨¦tico y el Deportivo, Donato es la dignidad hecha futbolista. Todav¨ªa hoy puede decir unas cuantas cosas sobre su oficio. Si le falta la frescura de sus mejores d¨ªas, le sobra conocimiento del juego. Ahora como defensa, ha sido uno de los jugadores decisivos de su equipo. Nadie lo hubiera dicho a principios de temporada, cuando a Donato se le presum¨ªa suplente. En un partido que pasar¨¢ a la historia del Deportivo, Donato cobr¨® el protagonismo que se merec¨ªa. Su gol fue recibido como la garant¨ªa del triunfo en la Liga. Para A Coru?a significaba el momento de desterrar todos los fantasmas.
El gol lleg¨® tan pronto que desconcert¨® al Deportivo. De repente se sinti¨® indeciso. No supo si continuar con el arrebato o cuidar el resultado. Todo eso, con mucho partido por delante. El Espanyol comenz¨® a cobrar un protagonismo imprevisto en el partido. Con un juego sereno, bastante bien elaborado, puso en algunas dificultades al Deportivo, que se vio beneficiado por el ¨¢rbitro, que no ejerci¨® como tal en un penalti estruendoso de Naybet a Tamudo. El defensa lleg¨® tarde y atac¨® con su pierna al veloz delantero del Espanyol. Pero el ¨¢rbitro hizo mutis, lo que habla muy mal de Garc¨ªa Aranda, que parece m¨¢s pendiente del politiqueo que de otra cosa.
La hinchada sali¨® del estupor y continu¨® la fiesta. El partido se volvi¨® blandote, con dos equipos que sab¨ªan perfectamente el papel que les tocaba. El Deportivo se sent¨ªa campe¨®n y s¨®lo necesitaba refrendarlo con otro tanto, el gol que servir¨ªa de colch¨®n de seguridad en una noche que no estaba para dramatismos. El gol lleg¨® antes del descanso, en una fogosa internada de Manuel Pablo, que regate¨® con facilidad a Arteaga y puso el bal¨®n en el primer palo, donde apareci¨® Makaay, siempre puntual en esta Liga. All¨ª comenz¨® la gran fiesta.
El Espanyol, que se sent¨ªa convidado de piedra, represent¨® su papel dignamente. No jug¨® ni bien ni mal. Simplemente dej¨® que el Deportivo disfrutara de una noche inolvidable. El campe¨®n tampoco estaba para hacer sangre. El partido s¨®lo era un tr¨¢mite para una celebraci¨®n contagiosa. Hubo tiempo para aclamar a los jugadores m¨¢s queridados. Djalminha, por ejemplo. Los aficionados lo tienen por ¨ªdolo y no dudaron en levantarse para ovacionarle cuando le retir¨® Irureta. Otros continuaron en el partido, desbordados por la emoci¨®n. A la cabeza de todos, Fran, un jugador ligado al club desde juvenil. El futbolista, en fin, que representa la historia de un equipo que hab¨ªa basculado durante d¨¦cadas entre la Primera y la Segunda. Fran jug¨® en Segunda, y aun estuvo a punto de descender a Tercera. Pero ¨¦l fue uno de los que torci¨® el destino del Deportivo. Se instal¨® en Primera, brind¨® grandes temporadas con Arsenio, soport¨® la fatalidad de una Liga perdida en el ¨²ltimo minuto y no desfalleci¨® hasta conquistar el campeonato. As¨ª han escrito la historia Fran y el Deportivo.
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