M¨¢s de 55.000 personas participan en la tradicional Cursa El Corte Ingl¨¦s

VIENE DE LA P?GINA 1 Algunos llegaron con la lengua fuera y la mirada perdida, otros dando brincos y levantando los brazos en se?al de victoria. El hecho es que llegaron, que era lo ¨²nico importante para las m¨¢s de 56.000 personas que recorrieron los casi doce kil¨®metros. Un hombre de 57 a?os, vecino de Viladecans, sufri¨® un accidente cardiorrespiratorio cuando acariciaba la l¨ªnea de meta, a 150 metros de la llegada, y falleci¨® minutos despu¨¦s en el hospital del Mar.

El d¨ªa amaneci¨® antip¨¢tico, amenazador, cubierto de bruma y nubes. Desde las 8.30 horas los participantes se fueron concentrando frente a la puerta de El Corte Ingl¨¦s de la plaza de Catalunya. Un a?o m¨¢s, el encargado de dar la salida a la prueba, que no de correrla, fue el alcalde de Barcelona, Joan Clos. Quien s¨ª se visti¨® de corto para participar en la carrera fue su compa?ero de consistorio, el concejal de Deportes, Albert Batlle.

Los primeros en tomar la salida fueron los 1.800 deportistas federados que iban a disputar el triunfo final de la prueba. Para el resto de los participantes, completar los casi doce kil¨®metros de recorrido significaba una victoria por s¨ª mismo. Entre ellos hab¨ªa personas de todas las edades y condiciones, desde un grupo de ciegos con perros gu¨ªa hasta una pareja difrazada de payaso.

La presencia de pol¨ªticos y medios de comunicaci¨®n hizo que diferentes colectivos aprovechar¨¢n la ocasi¨®n para airear sus reivindicaciones. Un grupo de bomberos, vestidos con mono y casco, se pararon frente a la tribuna de salida interpelando al alcalde; unos insumisos llevaban camisetas que mostraban un soldado entre rejas; el colectivo de ayuda a Chiapas portaba una pancarta en la que se le¨ªa: "Paremos la guerra en Chiapas!, y hasta un chaval imberbe escupi¨® su desilusi¨®n con el Bar?a en un cartel que rezaba: "Adi¨®s, Van Gaal. Fuera los impresentables de N¨²?ez y Gaspart".

Bromas y charlas

Desde la calle de Arag¨® hasta plaza de Espanya la carrera discurri¨® entre bromas y zancadillas, reencuentros de amigos y charlas de bar. Tampoco faltaron las habituales escenas del pap¨¢ con un beb¨¦ en el carrito. Sin embargo, la sonrisa liviana desapareci¨® de la mayor¨ªa de los rostros a medida que llegaban a las primeras rampas de Montju?c. "Es apenas una colina, pero a m¨ª me parece Montserrat", dec¨ªa un anciano con una gorra estridente mientras dejaba pasar al grueso del pelot¨®n. "?Ves esto?", preguntaba un estudiante enjug¨¢ndose el sudor de la frente. "Pues es gin-tonic". Y es que del total de participantes, casi la mitad, 22.000, eran estudiantes, y a m¨¢s de uno le pas¨® factura la noche anterior.

Tras el castigo de las rampas, el alivio del avituallamiento. Una se?ora llavaba hasta un cacito para darle de beber a su perro. En total, durante la carrera se consumieron 86.000 litros de l¨ªquido. El momento m¨¢s especial para todos, junto con la llegada a meta, fue cuando pisaron el tart¨¢n del estadio Ol¨ªmpico de Montju?c. Los primeros clasificados que alcanzaron la meta de la plaza de Catalunya fueron el marroqu¨ª Driss Lakhouaja, en la categor¨ªa masculina, y Eva Sanz en la femenina, quien consigui¨® el triunfo en la prueba por cuarta vez.