La noche salm¨®n
No se sabe si fue la meteorolog¨ªa poco playera o el empacho balomp¨¦dico. El caso es que la segunda jornada del ciclo Barcelona poesia, que organiza el Instituto de Cultura de Barcelona, registr¨® todav¨ªa m¨¢s asistencia que la inaugural. Era s¨¢bado, y quiz¨¢ al lirismo que se les ha despertado a los barceloneses se a?adiera el de los de comarcas, pues el Convent dels ?ngels, donde tuvo lugar el acto estelar del d¨ªa, estaba que reventaba. Para s¨ª hubiera querido mos¨¦n Carles tantos fieles, y tan atentos a la homil¨ªa, aunque al salir del templo muchos reconocieron haber entendido poco o nada del serm¨®n. Porque ah¨ª est¨¢ el mayor s¨ªntoma de que este festival avanza hacia la categor¨ªa de cita imprescindible: lo importante, m¨¢s que otra cosa, es poder decir "yo estuve all¨ª".All¨ª era, pues, el s¨¢bado por la noche la sesi¨®n Poetes de Nova York, la m¨¢s ex¨®tica del presente ciclo por cuanto los invitados eran dos puertorrique?os y un espa?ol residentes en esa ciudad. Ante la misteriosa baja de ¨²ltima hora de Iv¨¢n Sil¨¦n (ac¨¦rrimo de la independencia de la isla), la noche se promet¨ªa un triunfo seguro de Pedro Pietri (nuyorrican militante y apostol del spanglish) y Dionisio Ca?as, arropado por una performance del siempre sorprendente Calos Pazos. Los dos son autores de textos muy cr¨ªticos en los contenidos y muy transgresores en la forma, radicales en su visi¨®n amarga del hombre contempor¨¢neo. Pero, mira por donde, los poetas m¨¢s transgresores parecieron descubrir las virtudes de la liturgia que todav¨ªa recuerdan las paredes del convento. Como monjes en un p¨²lpito (rigurosamente de negro, el color oficial de la fauna po¨¦tica), ambos aplicaron la estrategia del serm¨®n, que, como bien sabe la curia, tiene el beat¨ªfico efecto de sumir a los parroquianos en una dulce somnolencia. Injusto ser¨ªa no reconocer que Pietri , antes de narrar el calvario y la crucifixi¨®n de tres puertorique?os en la gran ciudad, le puso co?a, pero, eso s¨ª, se dej¨® el spanglish en casa.
A la salida, dos conspicuos miembros de la heterodoxia l¨ªrica catalana, erigidos en sector cr¨ªtico, reflexionaban sobre la salmodia, o mejor dicho el salm¨®n. "Ps¨¦", dijo el primero; "insecto", redondeaba el otro. M¨¢s tajante a¨²n se mostraba el poeta fon¨¦tico Enzo Minarelli, que la noche anterior no consigui¨® ni la mitad de audiencia: "Hoy en d¨ªa no se puede salir al escenario a leer un texto y nada m¨¢s; estamos en el siglo XXI". Pero la sala estaba abarrotada y nadie se hab¨ªa marchado: "Ser¨¢ que eso es lo que quiere el p¨²blico". El an¨¢lisis m¨¢s certero lleg¨® por boca de Mercedes Garc¨ªa, jefa de redacci¨®n de la revista Letras Internacional: "Dejar leer a los poetas su propia obra es un riesgo, porque no siempre lo hacen bien". "Pero raro es el caso del que renuncia a hacerlo ¨¦l mismo", asegur¨® Gabriel Planella, uno de los dos coordinadores de Set dies de poesia. "Es una l¨¢stima, porque Ca?as y Pietri son las dos mejores voces actuales en espa?ol en Estados Unidos. Yo aconsejar¨ªa a todo el mundo que los leyese en libro".
La cavilaci¨®n final la puso David Castillo, el otro coordinador: "Resulta que traes gente de la otra punta del mundo y van los del Clot o de Ciutat Vella y se llevan al p¨²blico de calle". Castillo hac¨ªa alusi¨®n al excepcional concierto de fusi¨®n flamenco-pop que cerr¨® la velada, a cargo del grupo revelaci¨®n Transmis¨¨ria. Atenci¨®n a la voz de Ang¨¦lica S¨¢nchez, que anteayer muchos comparaban con la de Teresa Salgueiro, cantante de Madredeus.
De todos modos, el primer lleno del d¨ªa se hab¨ªa producido algunas horas antes, cuando las cinco poetisas de la sesi¨®n Paraula d'elles (Neus Aguado, Josefa Contijoch, Menchu Guti¨¦rrez, Teresa Pascual y Cristina Peri Rossi) tuvieron que dar programa doble porque el tejado del Palau G¨¹ell no bastaba para el p¨²blico aspirante, al que finalmente hubo que acomodar en un sal¨®n ante una pantalla gigante, como si de la final de la Champions League se tratase. Planteado como un reconocimiento del paso de la mujer como sujeto pasivo a activo en la actividad po¨¦tica, revel¨® tambi¨¦n una agradable sorpresa: los versos entre on¨ªricos y simbolistas de Menchu Guti¨¦rrez, madrile?a y residente en el Far de Sant Sebasti¨¤. Huelga decir, por supuesto, que las ovaciones fueron para la iron¨ªa, el desparpajo y la clarividencia de la uruguaya Peri Rossi.
Ya el domingo por la ma?ana, la segunda sesi¨®n para ni?os de todas las edades (la primera fue el s¨¢bado, con las excelentes marionetas de Toni Zafra) consigui¨® mantener las elevadas medias de asistencia gracias al oficio de Jordi Jan¨¦ y los dedos m¨¢gicos del guitarrista Toti Soler.
En el ¨²ltimo de los actos del fin de semana, significativamente a la hora del ya difunto f¨²tbol, se celebr¨® la habitual sesi¨®n Poesia al marge, donde se acogen los representantes de la heterodoxia m¨¢s experimental. En el entorno emblem¨¢tico de la plaza del Raspall (por el poemario del mismo t¨ªtulo de Enric Casasses) formaron en esta ocasi¨®n la rueda de participantes Vicen? Altai¨®, Jaume Creus, Gerard Horta, Memi March, Luis Santana, Joan Vinuesa y Carles Zan¨®n, a los cuales se sum¨® precisamente Pedro Pietri, que, tal vez por encontrarse al aire libre, sac¨® a relucir su cara m¨¢s jovial.
Los Set dies de poesia a la ciutat prosiguen hoy con dos recitales en el Convent del ?ngels, Homenatge a M¨¤rius Torres y Paraula ¨ªntima (19.00 y 22.00 horas, respectivamente), y ma?ana con una interesante sesi¨®n, Altres veus, altres ¨¤mbits (22.00 horas), en la Sala de la Ballena del Museo de Zoolog¨ªa. Dentro de los actos alternativos, un marat¨®n con performance incluido en el bar Margarita Blue (calle de Josep Anselm Clav¨¦, 6, 23.00 horas), con la participaci¨®n de un n¨²mero indeterminado de poetas, puesto que el cartel est¨¢ abierto a todo aquel que se atreva subir al estrado.
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