"Yo perdono, pero el dolor es m¨ªo"
"No acojo nunca la amargura ni el rencor. No quiero el rencor en mi vida. La terapia verdadera es la solidaridad". Las palabras que pronunci¨® ayer el magistrado Manuel Rico Lara podr¨ªan, en la boca de otra persona, tener el valor de un brindis al sol o ser mera ret¨®rica petrificada por siglos de formulismo. Lanzadas por Rico Lara ten¨ªan, en cambio, un peso decisivo.No en vano el magistrado fue sometido a una de las persecuciones m¨¢s injustas de las que puede ser v¨ªctima un ser humano. Rico Lara fue uno de los acusados en el caso Arny. El juez fue absuelto de un delito de prostituci¨®n de menores en marzo de 1998.
Jueces y abogados rindieron ayer homenaje al magistrado en la presentaci¨®n del libro Libertad y justicia. La obra recoge, en palabras de Rico Lara, "cosas" de su vida y "art¨ªculos de los a?os setenta" en los que queda de manifiesto el credo humanista que siempre ha defendido el magistrado.
Medio centenar de personas se reunieron en el Colegio de Abogados de Sevilla para mostrar su cari?o y su respeto a un hombre que fue objeto de una persecuci¨®n injusta y que sobrellev¨® la infamia con la mayor elegancia. Momentos antes de la presentaci¨®n del libro, Rico Lara dio una lecci¨®n de equilibrio al rechazar el rencor hacia aquellos que le hicieron da?o. El testigo que acus¨® a Rico Lara en el caso Arny carec¨ªa de "credibilidad", seg¨²n el tribunal, y ten¨ªa "motivos de animadversi¨®n" hacia el juez de menores.
"No tengo resentimiento. La vida comienza cada d¨ªa. Soy optimista. Amo la vida. En un mundo conflictivo, excesivamente materialista, podemos tener una relaci¨®n humana, cordial. No hay que estar sumido en el estr¨¦s. La vida es positiva", indic¨® el magistrado, que a sus 69 a?os conserva una mirada inquieta y curiosa.
Con todo, el juez no pudo evitar recordar que el sufrimiento fue una realidad tan concreta como un pu?etazo. La experiencia del dolor le hizo evocar a Quevedo nada m¨¢s tener noticia de su absoluci¨®n. "Ayer se fue, ma?ana no ha llegado, / hoy se est¨¢ yendo sin parar un punto. / Soy un fue y un ser¨¢ y un es cansado", recit¨® entonces, todav¨ªa con los nervios a flor de piel por la larga vejaci¨®n de la que le hicieron v¨ªctima.
"Sin aludir a mi proceso personal, puedo decir que el dolor deja una huella", reconoci¨® ayer. "He luchado por la democracia y la convivencia. Y mi misi¨®n en la sociedad ha sido pacificadora", agreg¨® el juez.
Rico Lara ha desterrado la posibilidad del rencor como si ¨¦ste fuera un animal que envenena tambi¨¦n a su due?o. Sin embargo, su hombr¨ªa de bien no cae en la estupidez. Sabe que detr¨¢s de su dolor hubo gente da?ina. "Las personas que fabularon determinadas situaciones no tienen mi rencor. Son personas con unas circunstancias en su biograf¨ªa que no voy a juzgar. Respeto a quienes montaron una escenograf¨ªa", indic¨®.
"Sigo teniendo fe en el derecho. Mi libertad llega hasta donde llega la libertad de los dem¨¢s. Estamos en una situaci¨®n de cambio tecnol¨®gico en la que el ser humano ve cuestionados derechos fundamentales, como el derecho a la intimidad", coment¨®.
Todo lo sufrido no ha podido hacer mella en las convicciones de un hombre que pas¨® de la silla del juez al banquillo de los acusados. "Tengo fe en la justicia y en los hombres que la administran. Yo perdono, pero, naturalmente, el dolor es m¨ªo", zanj¨® Rico Lara antes de dirigirse al sal¨®n de actos del Colegio de Abogados.
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