Muere John Gielgud, la voz de Hamlet El legendario actor brit¨¢nico falleci¨® el domingo a los 96 a?os en su mansi¨®n de Inglaterra
La muerte, a los 96 a?os, de John Gielgud, el ¨²ltimo de los actores cl¨¢sicos del teatro ingl¨¦s, marca el fin de una era gloriosa. Contempor¨¢neo, amigo y rival sobre el escenario de Ralph Richardson y Laurence Olivier ("yo ten¨ªa la voz, pero Larry ten¨ªa las piernas", dijo una vez sobre Olivier), Gielgud representaba, seg¨²n lo describi¨® el cr¨ªtico Kenneth Tynan, la poes¨ªa, el cerebro y la espiritualidad, mientras que Olivier era la vitalidad, lo animal y terrenal. "Su carrera fue m¨¢s ambiciosa y exitosa que la m¨ªa", afirm¨® Gielgud, que siempre fue considerado como el mejor int¨¦rprete de Hamlet de la historia. "Su vida es la historia de nuestro teatro. Gielgud ser¨¢ siempre el Hamlet definitivo", se?al¨® ayer el dramaturgo Ned Sherrin.
El actor reinvent¨® su t¨¦cnica al saltar del escenario -su gran pasi¨®n y a la que dedic¨® su juventud- al cine y la televisi¨®n, dos medios que durante los ¨²ltimos a?os le convirtieron en lo que ¨¦l mismo llam¨® "un adecuado secundario". Su p¨¦rdida se sentir¨¢ entre todas las generaciones de actores, aunque, como se?al¨® ayer el director Richard Attenborough, "le echaremos en falta con l¨¢grimas de risas". A sir John Gielgud le aterraban las se?ales de respeto, los homenajes excesivos. En v¨ªsperas de su desaparaci¨®n, se impacientaba cuando el p¨²blico y la cr¨ªtica le identificaban como "el gran actor" de su generaci¨®n. "Oh, ese viejo [refr¨¢n]...", sol¨ªa quejarse, "con tanto respeto ya no te mencionan una mala interpretaci¨®n". El miedo a que le negaran la verdad de su consolidada destreza profesional se extend¨ªa a su propia mortalidad. Por ello, el celebrado actor shakespeariano vet¨® las celebraciones de sus ¨²ltimos cumplea?os, cada 14 de abril, y dej¨® "instrucciones estrictas" para que no se organizara un "servicio conmemorativo" despu¨¦s de su muerte.
Humor sarc¨¢stico, elegancia de pose y, principalmente, una facilidad natural para la declamaci¨®n son se?as de identidad en su prol¨ªfica carrera profesional. "Una voz que se come el mundo", celebr¨® Olivier. "Una magn¨ªfica voz de tenor", afirm¨® Alec Guinness. "Dulce", describi¨® ayer Attenborough.
En marzo del a?o pasado, Gielgud grab¨® sus ¨²ltimos sonetos de Shakespeare para el papel de Gower, en Pericles, pr¨ªncipe de Tyre. El mes anterior intervino en una producci¨®n de Merl¨ªn para la cadena de televisi¨®n Channel 4. Ambas marcan su despedida del mundo art¨ªstico, que nunca abandon¨® desde su deb¨², con 17 a?os, en el teatro Old Vic, de Londres.
Cantera shakespeariana
El teatro fue el gran amor de Arthur John Gielgud, el ¨²nico hijo de un rico corredor de bolsa. En contra de los deseos paternales, ingres¨® en la prestigiosa Royal Academy of Dramatic Arts para interpretar, a los 25 a?os, papeles estelares en Romeo y Julieta, Hamlet e, incluso, El rey Lear. A partir del extraordinario arranque, domin¨®, junto a Olivier, Richardson y Peggy Ashcroft, los m¨¢s ilustres de los actores ingleses cl¨¢sicos, los estrados hasta los a?os setenta.
Gielgud dej¨® el teatro en 1988, consagrado como el "mejor Hamlet" de su generaci¨®n. Pero antes, sir John hab¨ªa acoplado su estilo a los medios de masas, el cine y la televisi¨®n, que durante la juventud, se?ala el cr¨ªtico David Thomson, "consider¨® una distracci¨®n divertida, displicente". De su cantera de papeles shakespearianos extrajo geniales resultados en pel¨ªculas como Julio C¨¦sar, de Joseph L. Mankiewicz, donde da vida a un enfurecido Casio, o Campanadas a medianoche, de Orson Welles, donde interpreta a un solitario Enrique IV.
"Se reinvent¨® a s¨ª mismo. Alter¨® su forma de interpretaci¨®n, su t¨¦cnica de proyecci¨®n, para convertirse en un consumado actor de cine. No muchos actores ingleses comprendieron tan bien la distinci¨®n entre el teatro y el cine", defendi¨® Attenborough, quien le contrat¨® en Oh! What a lovely war. Gielgud vio su paso a la gran y peque?a pantalla como "una visita a otros planetas", que sigui¨® frecuentando hasta a?os antes de morir. "Me pregunto por qu¨¦ me seleccionan a m¨ª", cuestion¨® modestamente tras participar en Shine y Elizabeth, entre sus m¨¢s recientes aventuras cinematogr¨¢ficas.
Providence, de Alain Resnais; Arthur, de Steve Gordon -que le vali¨® un Oscar al mejor secundario-, o Prospero's books, de Peter Greenaway, donde pudo realizar su sue?o de interpretar en la gran pantalla al protagonista de La tempestad, se tienen entre los m¨¢s celebrados trabajos de su medio centenar de pel¨ªculas. Son tambi¨¦n, junto a Charles Ryder, el padre de Jeremy Irons en la serie de televisi¨®n Retorno a Brideshead, sus papeles preferidos.
Gielgud ten¨ªa esperanzas de seguir trabajando, aunque tem¨ªa que la muerte le visitara en mitad de un rodaje. El ocaso finalmente lleg¨® en la tranquilidad de su hogar, una mansi¨®n campestre del siglo XVII que compart¨ªa desde hace a?os con su compa?ero Martin Hensler. "Muri¨® el domingo en paz", confirm¨® ayer su antiguo representante Laurence Ewans. "Es el fin de una era", dijo Trevor Nunn, director del Teatro Nacional. "Ha desaparecido un gigante cuya carrera ha entusiasmado en todo el mundo", se?al¨® Chris Smith, ministro brit¨¢nico de Cultura.
Babelia
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