"Baby" Blair
(...) El n¨²mero 10 de la calle Downing Street es una de las cunas m¨¢s altas en las que pueda venir al mundo un beb¨¦. Esa famosa direcci¨®n est¨¢ acostumbrada a los gritos de los ministros destituidos y al estruendo de las pisadas que se precipitan escaleras abajo para llegar frente a las c¨¢maras de los periodistas antes que nadie; pero no lo est¨¢ tanto a los pasitos de un ni?o y a los agotadores e inagotables llantos a medianoche. (...) Pero los de alta o baja cuna son conceptos que no tienen sentido para un beb¨¦. Todos los nacimientos tienen lugar a la misma altura: la cuna es el ¨²nico campo en el que todo el mundo juega en aut¨¦ntica igualdad de condiciones. (...)Un beb¨¦ trae tantas alegr¨ªas y obligaciones a un basurero como a un duque, aunque es verdad que el duque puede recibir m¨¢s ayuda de los sirvientes. Ahora, nada m¨¢s dormirse despu¨¦s de haber pasado un mal rato en la sesi¨®n de control parlamentario, Blair ser¨¢ despertado por el llanto de un ni?o. (...)
Cada ni?o felizmente nacido al mundo es mejor que el anterior, al menos para sus padres. (...) Un ni?o reduce a sus justas dimensiones nuestras preocupaciones cotidianas. Ya habr¨¢ tiempo de preocuparse de las elecciones, del euro y del efecto que el jovencito Blair tienen sobre los ¨ªndices de popularidad del primer ministro. Pero hoy, como cualquier otro ni?o, el hijo de Tony Blair es una promesa y un reh¨¦n del futuro. El progreso, al igual que la pol¨ªtica, supone conseguir que el futuro sea mejor para los que hoy son ni?os. Bienvenidos a nuestro barco de locos, capit¨¢n Blair. Inicias tu singladura desde un puerto propicio.
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