Una ni?a siamesa ser¨¢ sacrificada en Italia para salvar a la otra Un comit¨¦ bio¨¦tico autoriza la operaci¨®n
Marta y Milagros, dos ni?as siamesas de cuatro meses unidas por el t¨®rax que comparten coraz¨®n e h¨ªgado, ser¨¢n operadas en el hospital C¨ªvico de Palermo el lunes pr¨®ximo. La luz verde a la intervenci¨®n supone, de hecho, sacrificar a una de las peque?as (Milagros) en un intento desesperado de salvar al menos la vida de la otra (Marta). El comit¨¦ bio¨¦tico del hospital dio ayer la autorizaci¨®n.
Las ni?as, hijas de la joven peruana de 22 a?os Marta Milagros Pascual Ju¨¢rez, llegaron hace d¨ªas a Mil¨¢n, con ayuda de la asociaci¨®n Intervida. Luego viajaron a Palermo, donde parec¨ªa m¨¢s factible la intervenci¨®n.La decisi¨®n del comit¨¦ bio¨¦tico era imprescindible para que los tres equipos m¨¦dicos que realizar¨¢n la operaci¨®n pudieran intervenir. No obstante, ha sido la propia madre la primera en dar su autorizaci¨®n por escrito, una vez informada por el cirujano que dirigir¨¢ la complicada intervenci¨®n, Carlo Marcelletti. Las dos ni?as, nacidas en Per¨², presentan una rara malformaci¨®n. Unidas por el t¨®rax y por el abdomen, disponen de un solo coraz¨®n, el que late en el pecho de la peque?a Milagros, y de un solo h¨ªgado. Los gemelos de este tipo apenas se registran en la historia m¨¦dica. Se habla de un caso cada 53.000 nacimientos, y la mayor¨ªa sobrevive poco tiempo. Las posibilidades de supervivencia de las dos hermanas peruanas con esta anomal¨ªa son muy peque?as. De acuerdo con los escasos precedentes, unidas no sobrevivir¨ªan m¨¢s de un mes. ?Y separadas? La separaci¨®n significa el sacrificio de una en favor de la otra.
Los m¨¦dicos han decidido que la peque?a Marta tiene m¨¢s posibilidades, porque en estos cuatro meses de vida su cuerpo se ha ido nutriendo del de su hermana, que presenta ya graves deficiencias. Aun as¨ª, el cardi¨®logo Marcelletti no se siente capacitado para hacer previsiones. Ignora cu¨¢nto podr¨¢ vivir Marta con el coraz¨®n de Milagros.
La intervenci¨®n, que se realizar¨¢ el lunes, una vez llegue a Palermo el instrumental m¨¦dico necesario desde M¨®dena, necesitar¨¢ tres equipos m¨¦dicos distintos. Formar¨¢ parte de ellos William Norwood, el m¨¦dico que separ¨® a las dos famosas siamesas de Filadelfia en 1993. Carlo Marcelletti explicaba as¨ª la operaci¨®n: "Consiste en trasladar el ventr¨ªculo izquierdo de Milagros, que por una iron¨ªa del destino, es el que se encuentra en mejor estado, al t¨®rax de Marta. Despu¨¦s habr¨¢ que separar el h¨ªgado y, finalmente, controlar el estado del intestino". La elecci¨®n que favorece a Marta se basa en estrictas razones m¨¦dicas. "Milagros no sobrevivir¨ªa ni siquiera si tuvi¨¦ramos otro coraz¨®n disponible para un trasplante", a?ade el cardi¨®logo.
No intervendr¨¢, en cambio, uno de los cirujanos italianos m¨¢s prestigiosos en el terreno de los transplantes de h¨ªgado, Ignazio Marino, por razones ¨¦ticas. "No me siento capaz de sacrificar a una de las ni?as para que pueda vivir la otra", declar¨® ayer al telediario de la Rai. Tampoco su colega Marcelletti se sent¨ªa tranquilo. "Es una responsabilidad que me angustia mucho, dirigir la operaci¨®n", dijo ayer, "pero creo que no me queda m¨¢s remedio que aceptarla". La prensa italiana ha especulado, en cambio, con razones mucho menos nobles, relacionadas con la vanidad m¨¦dica. En realidad, el quir¨®fano especial donde se llevar¨¢ a cabo la operaci¨®n en el hospital c¨ªvico de la capital siciliana no ha sido inaugurado todav¨ªa.
En una sala del hospital palermitano, Marta Milagros Pascual Juarez cuenta su extra?a historia, su tr¨¢gico peregrinar por medio mundo en busca de ayuda. Su marido Franklin y su hijo de cuatro a?os la esperan en Lima. Todo comenz¨® cuando recibi¨® una invitaci¨®n para explicar el caso de sus hijas en un programa de televisi¨®n peruano. Alguien encontr¨® curioso el caso e invit¨® a la joven peruana a participar en otro show del mismo estilo en Florida. Las ni?as fueron exhibidas como monstruos de feria pero no recibieron la ayuda m¨¦dica prometida. Al final, inesperadamente, lleg¨® la ayuda de Intervida con un pasaje para Italia. Marta Milagros dice que se enter¨® de que sus gemelas estaban unidas en el quinto mes de embarazo. "?Qu¨¦ pod¨ªamos hacer? Somos pobres". Su marido es conductor y nunca se hab¨ªan aventurado fuera de Lima. Ahora espera angustiada a que la ciencia m¨¦dica le devuelva cuando menos a una de sus dos hijas.
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