La narcosala asiste a 11 toxic¨®manos menos en su segundo d¨ªa de rodaje

La narcosala del poblado marginal vallecano de Las Barranquillas tuvo menos trabajo en su segunda jornada de rodaje. Ayer fueron 41 los toxic¨®manos que acudieron a este servicio, frente a los 52 del mi¨¦rcoles, d¨ªa de su apertura. Sin embargo, se mantiene estable el n¨²mero de usuarios que recurren a este dispositivo para inyectarse drogas en un lugar limpio y con control sanitario. Cada d¨ªa, 21 drogodependientes han hecho uso del principal recurso del recinto: las cabinas de venopunci¨®n.

El presidente regional, Alberto Ruiz-Gallard¨®n, del PP, se?al¨® ayer que la narcosala "est¨¢ respondiendo a las previsiones" de la Agencia Antidroga, que es quien la promovi¨®. Pero a?adi¨® que a¨²n es pronto para hacer un balance m¨¢s preciso.Los 41 drogodependientes que acudieron ayer a esta unidad de venopunci¨®n requirieron 53 intervenciones. De ellas, 21 consistieron en utilizar las 10 cabinas preparadas para inyectarse drogas ; 9 fueron solicitudes de informaci¨®n sobre programas de desintoxicaci¨®n y de metadona; 20 consistieron en intercambio jeringuillas y otras 3 en peque?as curas.

El lunes hubo 21 usos de las cabinas de venopunci¨®n, 19 peticiones de informaci¨®n y 12 retiradas de jeringuillas. Tambi¨¦n se atendi¨® una sobredosis leve, algo que no sucedi¨® ayer.

Este servicio ofrece atenci¨®n sociosanitaria y un lugar higi¨¦nico donde consumir drogas a los toxic¨®manos m¨¢s desarraigados que se pinchan en descampados. Otro de sus objetivos es acercar la red asistencial a estos drogodependientes.

El equipo de atenci¨®n est¨¢ integrado por cinco m¨¦dicos, seis enfermeros, cuatro trabajadores sociales, cuatro auxiliares, tres educadores, un vigilante, un asesor jur¨ªdico y una limpiadora. En la sala el toxic¨®mano puede analizar, si quiere, la papelina que va a inyectarse. Pero, al tratarse de una prueba r¨¢pida, s¨®lo puede llegar a saber qu¨¦ drogas componen la dosis, no su grado de pureza.

Pr¨¢cticas de riesgo

Los sanitarios de la unidad est¨¢n pendientes de los toxic¨®manos que se inyectan en ella para evitar pr¨¢cticas de riesgo como pincharse en los genitales o el cuello y para atenderles si muestran s¨ªntomas de sobredosis.

Los educadores y trabajadores sociales recorren el poblado para dar a conocer el dispositivo entre los drogodependientes que lo frecuentan (4.000 diarios, seg¨²n la polic¨ªa). Pero entre los destinatarios de este servicio existen recelos y una cierta desidia para cambiar de h¨¢bitos. Algunos temen que les vayan a controlar o filmar dentro del recinto y otros creen que les van a obligar a dar una parte de la papelina para analizarla.

Una de las quejas que m¨¢s se repite se refiere a la distancia que existe -un kil¨®metro- entre esta sala de inyecci¨®n y las zonas del poblado donde los toxic¨®manos compran y consumen las papelinas. La Agencia Antidroga tiene previsto adquirir tres veh¨ªculos todoterreno de segunda mano para llevar al recinto a los toxic¨®manos interesados en utilizarlo.

El consejero de Sanidad, Ignacio Echaniz, asegur¨® el mi¨¦rcoles que no descarta dispensar metadona en esta sala. Manifest¨®, asimismo, que si la ONU da el visto bueno a los programas de prescripci¨®n controlada de hero¨ªna, no habr¨¢ inconveniente alguno en poner en marcha uno de ellos en la narcosala.