CAVA
El Instituto Innocenti de Unicef ha sacado a la luz los porcentajes de violencia dom¨¦stica que padecen los pa¨ªses desarrollados. Hay cifras que llaman la atenci¨®n. Pa¨ªses como Jap¨®n, con un 59%, o el Reino Unido con un 25%, muy superiores al 13% que se padece en Espa?a, revelan que el desarrollo no va unido a la erradicaci¨®n de este tipo de violencia. Es un informe en el que tambi¨¦n se destacan los escasos progresos que las sociedades avanzadas han realizado en los ¨²ltimos cinco a?os, hasta el punto de que sus casos de violencia se han incrementado, lo que es fiel reflejo de la ausencia de medidas eficaces y est¨¢ haciendo que la situaci¨®n comience a ser end¨¦mica.Esta situaci¨®n est¨¢ incub¨¢ndose en nuestro Estado. La muerte, detenciones y golpes que sufren las mujeres a manos de sus parejas son algo cotidiano y raro es el d¨ªa en que no conocemos de su realidad.
Es una realidad que muestra la ausencia de medidas por parte de las instituciones, lo que est¨¢ obligando a la sociedad a tomar conciencia del problema y encargarse de la defensa de sus derechos, en una posici¨®n semejante a la de esos vecinos que, hartos de ver c¨®mo se distribuye la droga entre sus hijos, se convierten en vigilantes de sus barrios. En este marco puede verse la pasada reuni¨®n de la Confederaci¨®n de Asociaciones de Vecinos de Andaluc¨ªa (CAVA), que ha decidido asignar un especialista en malos tratos por barrio, o la sentencia de un juzgado de Barcelona que ha condenado por torturas, no por lesiones, en un caso de violencia dom¨¦stica.
Sin embargo, mientras las medidas que adopte la sociedad no vayan arropadas por las del Gobierno central y se escude, como ha hecho su secretaria general de Asuntos Sociales, en las dificultades que presenta la incorporaci¨®n al C¨®digo Penal como delito de la violencia dom¨¦stica, o mientras dirigentes del PP tan cualificados como el alcalde de Madrid consideren que las parejas de hecho favorecen estos actos, ser¨¢ imposible la erradicaci¨®n de un problema que exige la coordinaci¨®n de todos y la coincidencia en las causas que lo provocan y puede que se termine, como en el caso de los inmigrantes, discutiendo qui¨¦n paga los entierros, si los ayuntamientos, la comunidad, el Gobierno central o entre todos.
EUGENIO SU?REZ PALOMARES
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.
Archivado En
- Opini¨®n
- Violencia dom¨¦stica
- Asociaciones vecinos
- Unicef
- Comunidades aut¨®nomas
- Administraci¨®n auton¨®mica
- Administraci¨®n local
- Violencia
- Andaluc¨ªa
- Espa?a
- Problemas sociales
- Administraci¨®n p¨²blica
- Sucesos
- Salud p¨²blica
- ONU
- Pol¨ªtica sanitaria
- Sanidad
- Organizaciones internacionales
- Relaciones exteriores
- Salud
- Infancia
- Sociedad