Nave azul
En la pantalla se puede contemplar la Tierra navegando por el universo y la primera sensaci¨®n que uno obtiene de esta visi¨®n extracorp¨®rea es que este planeta es una nave azul muy bella, pero muy mal estibada. Los naufragios se producen muchas veces por un corrimiento de la carga a causa del oleaje. Es evidente que el estibador de nuestro planeta, quien quiera que haya sido, no ha colocado la carga humana de forma equilibrada para que la navegaci¨®n tenga estabilidad. En el espacio no hay tempestades. En apariencia esta nave azul atraviesa con gran perfecci¨®n el universo pero esa serenidad c¨®smica no se corresponde con la terrible convulsi¨®n que existe en la cubierta. No se trata de una rebeli¨®n a bordo sino de un simple corrimiento de carga. Ahora mismo el continente africano se est¨¢ vaciando en Europa, la Am¨¦rica Latina no cesa de derrumbarse sobre los Estados Unidos. No es que los pasajeros que viajan hacinados en las bodegas de la Tierra est¨¦n ahora asaltando los camarotes de lujo. Si fuera un mot¨ªn se podr¨ªa parar con las metralletas, pero nada puede hacer el plomo contra la ley de la gravedad. El occidente industrializado, que s¨®lo se ha desarrollado en un costado de la obra viva de esta nave, ha creado tal grado de riqueza que su peso est¨¢ haciendo escorar el planeta. Aunque en la pantalla se vea que su navegaci¨®n por el espacio es serena la Tierra va muy vencida por la banda de estribor y la carga humana de resto de la cubierta nos est¨¢ cayendo encima. Por eso habr¨ªa que considerar el problema de la emigraci¨®n de una forma m¨¢s profunda. A simple vista podr¨ªa creerse que esos agonizantes africanos, mendigos de Este, hispanos desheredados que asaltan las fronteras de Europa y Norteam¨¦rica vienen huidos de la miseria, movidos s¨®lo por un af¨¢n consciente de mejorar de vida. Sin duda es as¨ª. Pero m¨¢s all¨¢ de lo que ellos mismos pueden so?ar su impulso obedece a una fuerza tel¨²rica, gravitatoria, inexorable, al margen del hambre o de la ambici¨®n, de modo que poco podr¨¢n hacer las leyes o la represi¨®n de los pa¨ªses ricos frente a este corrimiento de la carga planetaria. Ahora se explica uno c¨®mo se extinguieron los dinosaurios. De pronto les cay¨® encima una capa de ceniza despu¨¦s del impacto de un gigantesco aerolito que tambi¨¦n hizo escorar a la tierra. Hoy en la calle un mendigo rumano me ha pedido una limosna y lo he visto ya como una fuerza absoluta de la naturaleza.
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