Vino, caviar y jazz ruso
La cena de antenoche en el Kremlin aparentemente no fue liviana para Bill Clinton. As¨ª por lo menos piensan los numerosos transe¨²ntes y representantes de la prensa que ayer por la ma?ana esperaron en vano a la entrada del hotel Marriot, en el centro de Mosc¨², a que el presidente estadounidense saliera a correr por la calle Tverskaya.La cena fue t¨ªpicamente rusa: blin¨ª (especie de tortitas) con caviar, venado del Alt¨¢i ahumado, shchi (sopa de col), trucha y ganso con salsa de vino tinto. Antes del postre -helado de ciruela- se levantaron de la mesa para recorrer la residencia presidencial: Putin le mostr¨® a Clinton su gabinete personal, una peque?a capilla e incluso el gimnasio donde el l¨ªder ruso hace ejercicios. Despu¨¦s escucharon un concierto de veteranos rusos de jazz. Oleg Lundstrem, director de la Orquesta de C¨¢mara de Jazz, ten¨ªa la ilusi¨®n de tocar con Clinton, para lo cual hab¨ªa tra¨ªdo un saxof¨®n, pero ¨¦ste prefiri¨® permanecer en su calidad de oyente.
Antes de las conversaciones oficiales con Putin, Clinton visit¨® ayer la iglesia de Cristo Salvador, reconstruida recientemente en el mismo lugar donde antes se alzaba el templo conmemorativo de la victoria de 1812 de las tropas rusas sobre Napole¨®n y que fue dinamitada en los a?os treinta por el r¨¦gimen comunista en su lucha contra la religi¨®n.
"Fue impresionante", dijo Clinton al salir de la iglesia, que se encuentra en las cercan¨ªas del Kremlin, a orillas del r¨ªo Moscova. El presidente norteamericano subi¨® hasta la terraza bajo las imponentes c¨²pulas doradas, desde la cual se abre una hermosa vista de la capital rusa.
La secretaria de Estado, Madeleine Albright, inaugur¨® mientras tanto la nueva sede de la Embajada norteamericana en Mosc¨². M¨¢s tarde, un grupo de activistas de organizaciones de izquierda se manifest¨® ante el edificio en protesta por la visita de Clinton, a quien el diputado comunista Vasili Shandibin defini¨® como "un enorme satanista, enemigo del pueblo ruso".
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