Tr¨¢fico de votos rurales en M¨¦xico
Adela P¨®lito es una aldeana analfabeta de Veracruz, y de la oposici¨®n, que imput¨® enga?o a Marisela Temich, promotora del Programa para Educaci¨®n, Salud y Alimentaci¨®n (Progresa) y del candidato oficialista, Francisco Labastida. "?Pero nos dijiste que el Progresa no es para andar politiqueando?", espet¨® Adela al recibir una ayuda en efectivo y el apremio de votar por el Gobierno. "Pos s¨ª, pero ahora s¨ª, pero nom¨¢s hasta julio", respondi¨® aqu¨¦lla. El 2 de julio se acometen las presidenciales m¨¢s disputadas, plurales y limpias de la historia de M¨¦xico y la cacer¨ªa es intensa entre los 27 millones de campesinos, pobres y pol¨ªticamente ignorantes la mayor¨ªa, vulnerables a los contrabandistas de votos."Hagan lo que dice la promotora, chingao", intervino un polic¨ªa municipal de Chuniapan de Abajo, seg¨²n el relato de la revista Milenio. "O apoyan [a Labastida] o, en serio, les van a quitar el Progresa [dependiente del Ministerio de Desarrollo Social, siete millones de beneficiarios] por desobligadas. Y a ver qu¨¦ hacen, a ver cu¨¢ndo salen de pobres". El clientelismo forjado durante siete decenios de hegemon¨ªa pri¨ªsta es todav¨ªa sobresaliente, aunque hace aguas en algunos feudos, y ya causa disputas conyugales. "Si vas te madreo [te pego]. No tienes que ir al mitin del PRI si vas a votar a Fox", amenaz¨® un marido. El espacio abierto a la discrepancia, la consolidaci¨®n de los partidos de oposici¨®n, las nuevas reglas electorales y la independencia del Instituto Federal Electoral (IFE) alejaron el fraude, permiten las broncas pol¨ªticas matrimoniales y una campa?a de verdad, pese a la persistencia de trampas o coacciones muy antiguas.
La captaci¨®n de los sufragios en las ¨¢reas con mayor n¨²mero de campesinos en este pa¨ªs de 100 millones de habitantes corre a cargo de la variada gama de comisarios del PRI, que gobierna el pa¨ªs desde 1929 y controla el desembolso del grueso de los subsidios oficiales. El conservador Partido de Acci¨®n Nacional (PAN) de Vicente Fox, virtualmente empatado con Labastida en las encuestas, y el Partido de la Revoluci¨®n Democr¨¢tica (PRD), centro izquierda, con Cuauht¨¦moc C¨¢rdenas como candidato, tambi¨¦n se aplican en las batidas rurales, pero con un arsenal m¨¢s exiguo. Las ma?as son frecuentes en ambos bandos. "No hay nada m¨¢s parecido a un mexicano que un mexicano", ironizaba una se?ora, mexicana tambi¨¦n, cardenista de alcurnia, en un cen¨¢culo diplom¨¢tico de la capital.
El cruce de acusaciones sobre desv¨ªo de fondos p¨²blicos no se hizo esperar, y Pablo Salazar, candidato de una agrupaci¨®n opositora en Chiapas, denunci¨® que las 300.000 beneficiarias de Progresa en el Estado donde se sublev¨® el subcomandante Marcos recibieron una mensualidad de 1.000 pesos (17.000 pesetas) y un folleto de Labastida adjunto. Pero la inducci¨®n del voto no parece tan grave como su apresamiento a cualquier precio. El viejo PRI, encabezado por el dinosaurio Manuel Bartlett, defiende la utilizaci¨®n electoral de los programas oficiales porque la oposici¨®n, justifica, tambi¨¦n lo hace en el Distrito Federal, con el PRD en el poder, y en los Estados donde gobierna: 11 de los 31 existentes.
"S¨ª, los programas federales son pri¨ªstas y son para ganar la presidencia. No tenemos por qu¨¦ negarlo, no hay programas neutros, y a cada Estado que voy es la idea: presentar y aprovechar el Progresa, la Alianza para el Campo, el ProCampo, para que la gente vote por el PRI". El alistamiento debe ser absoluto. "Estamos en pie de guerra, y si los funcionarios son pri¨ªstas deben defender al partido", agrega Bartlett. El ministro de Agricultura, Ganader¨ªa y Desarrollo Social, Rom¨¢tico Arroyo, tambi¨¦n es pri¨ªsta y defensor del candidato del partido, pero sin cepos, ni sablazos. "Son declaraciones desafortunadas", dice refiri¨¦ndose a las efectuadas por el portavoz del parque jur¨¢sico, que fue turbio ministro de Interior y presidente de la Comisi¨®n Federal Electoral durante las elecciones de 1998, ganadas por Carlos Salinas de Gortari (1988-94) y protestadas como fraudulentas por su adversario Cuauht¨¦moc C¨¢rdenas y grupos de observaci¨®n extranjeros. "No debemos hacer, ni hacemos manipulaci¨®n [pol¨ªtica] de los programas de impulso a la productividad", subraya Arroyo a un grupo de corresponsales extranjeros en la sede del ministerio. Las auditor¨ªas, la publicaci¨®n de los beneficiarios y otras cautelas, agrega, impiden su manipulaci¨®n pol¨ªtica, la discrecionalidad en el reparto de fondos, que son entregados por igual a todos los Estados, incluidos aquellos gobernados por la oposici¨®n.
No obstante, el programa Alianza para el Campo fue dise?ado en gran medida por Labastida cuando era ministro de Agricultura durante el arranque de la presidencia de Ernesto Zedillo (1994-julio de 2000). Sus resultados han sido satisfactorios, pese al criterio en sentido contrario de la oposici¨®n, destaca el ministro, y leg¨ªtimamente benefician al candidato. De acuerdo con una encuesta de la ONG estadounidense Mund y Alianza C¨ªvica, con una muestra de 5.000 personas, el 33% de los beneficiarios de los programas asistenciales votar¨¢ por el PRI. Las razones escuchadas por el periodista en Chuniapan de Abajo, en el M¨¦xico profundo, en las sierras y valles donde la alternancia en el Gobierno es un bien intangible, son concluyentes. "?Y qui¨¦n nos va dar la mensualid¨¢? ?Ust¨¦?".
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