Vendidas en Londres las pruebas de imprenta de 'En busca del tiempo perdido', de Proust, por 182 millones
Las pruebas de imprenta de Combray y Un amor de Swann, la primera parte de la novela de Marcel Proust En busca del tiempo perdido, fueron subastadas ayer en la sala Christie's de Londres por 663.750 libras (unos 182 millones de pesetas). Se trata del r¨¦cord mundial alcanzado por una obra de la literatura en franc¨¦s. La nueva due?a es la fundaci¨®n suiza Martin Bodmer, que posee una biblioteca p¨²blica en Ginebra. Rebosantes de notas, a?adidos y correcciones, las galeradas devuelven la imagen de un autor meticuloso e incapaz de desprenderse de una obra que intent¨® captar la esencia de la realidad y acab¨® plasmando la crisis de la sociedad burguesa. De las vacilaciones de Proust, hijo de un acaudalado m¨¦dico cat¨®lico franc¨¦s y una dama de la alta burgues¨ªa jud¨ªa, dan buena cuenta las innumerables anotaciones de las galeradas vendidas ayer. El narrador evoca en Combray y Un amor de Swann los veraneos en la localidad de Combray con su familia y a dos vecinos singulares: el se?or Swann y la duquesa de Guermantes, a los que ve¨ªa cuando iba de paseo. Sus recuerdos desmenuzan la personalidad de los personajes que le rodeaban con un virtuosismo no exento de dificultades, como demuestran los cambios de la obra ahora vendida. Apartado de las frivolidades mundanas por voluntad propia desde 1906, a la muerte de sus padres, el autor tacha y modifica sin cesar adjetivos y p¨¢rrafos de una prosa destinada a inaugurar el lenguaje narrativo moderno. "Me llegan nuevas pruebas todos los d¨ªas y a¨²n no he devuelto las anteriores. Temo que hago algo m¨¢s que corregir, porque no queda una sola l¨ªnea en pie del texto original", escribi¨® ¨¦l mismo en 1913 al enfrentarse a los constantes env¨ªos de la imprenta.
Tantas correcciones acabaron por formar un nuevo texto sin publicar. Una especie de manuscrito in¨¦dito que revela el proceso creativo de un esp¨ªritu sensible exacerbado por el asma que padec¨ªa desde los nueve a?os. Rico, elegante, inteligente y lleno de escr¨²pulos acerca de su val¨ªa, Marcel Proust sublim¨® sus debilidades para convertirse en un guardi¨¢n de la memoria. Al rememorar su vida, fue transform¨¢ndola en su propia obra hasta que ambas resultaron inseparables.A?os despu¨¦s ser¨¢ el momento de El tiempo recobrado, el ¨²ltimo cap¨ªtulo de su obra. Concluida la I Guerra Mundial, el retrato humano dejar¨¢ paso a la recuperaci¨®n de las sensaciones, olores y sabores que marcaron su infancia. La demostraci¨®n de que no hay tiempos perdidos.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.