"La m¨²sica que me interesa es como gazpacho con 'coca-cola"

David Byrne mueve la cabeza como un p¨¢jaro, en giros cortos y algo bruscos. Mientras habla, rara vez mira a los ojos de su interlocutor -un gesto de timidez-, pero cuando lo hace suele saltar alguna chispa inteligente de sus ojos oscuros. En los a?os ochenta, su grupo, Talking Heads, ilumin¨® con su est¨¦tica el pop posmoderno. Ahora muchos lo consideran uno de los gurus de la m¨²sica de vanguardia. En los ¨²ltimos a?os, David Byrne ha dejado de lado un poco su carrera como m¨²sico para convertirse en cazatalentos. Su territorio de exploraci¨®n es la m¨²sica de Am¨¦rica Latina y ha hecho desde recopilatorios de m¨²sica brasile?a, cubana y afroperuana, hasta editar bandas muy j¨®venes de Venezuela y M¨¦xico. El eslogan de su sello, Luaka Bop, lo dice claramente: "La alternativa a lo alternativo de lo alternativo".

"Hay una confusi¨®n intencionada. La m¨²sica que se llama alternativa es, en realidad, corporativa. Es como si la disfrazaran cambi¨¢ndole el nombre. Si haces algo que es bastante conservador pero lo etiquetas como revolucionario, tal vez lo vendas mejor", dice Byrne.

No obstante, a Byrne se le dan muy bien las etiquetas. Es capaz de definir la m¨²sica de algunos de los discos que edita como trip country (Jim White) o samba desconstruida (Tom Z¨¦). "Me encanta salir con este tipo de definiciones porque es como hacer m¨²sica virtual. Cuando juntas un par de ideas como ¨¦sas puedes imaginarte c¨®mo suena", afirma.

El gusto personal

En realidad, el punto de partida y de llegada de su b¨²squeda es muy sencillo: "El trabajo que hago en Luaka Bop es el impulso natural de un fan de la m¨²sica", dice. "Yo hubiera escuchado estos discos y estas bandas de todas maneras, aunque no tuviera intenci¨®n de publicarlas. Lo mejor de ser un fan musical y tener un sello es que puedes contribuir a crear m¨¢s m¨²sica. Es algo muy excitante".

"Yo me gu¨ªo principalmente por mi gusto personal para elegir a estos artistas. Me interesan las mezclas de la cultura local con la global. ?sa es la identidad que todos tenemos ahora, algo como gazpacho con coca-cola. Estos artistas est¨¢n creando cosas nuevas al juntarlas", insiste.

"Una banda como Man¨¢ y aun otras m¨¢s j¨®venes en ese estilo, no me interesan. Son buenos m¨²sicos, pero en Estados Unidos tenemos muchos como ellos y no necesitamos m¨¢s de lo mismo. Puede que nos guste una canci¨®n o dos, pero no nos hacen falta. Otros grupos que hacen mezclas m¨¢s originales como, por citar a otros mexicanos: Los De Abajo, Caf¨¦ Tacuba, El Gran Silencio y otras as¨ª, aportan ideas frescas. Son cosas que, por lo general, s¨®lo pod¨ªan haber surgido de ese lugar y de esos or¨ªgenes".

Respecto al llamado boom de la m¨²sica latina en EE UU, Byrne guarda una posici¨®n parad¨®jica. "Es un poco raro, porque me encantar¨ªa capitalizar ese auge y sacar alguna ventaja, pero ser¨ªa una decepci¨®n a la vez. Porque yo s¨¦ que lo que quieren realmente es un Ricky Martin II o, mejor a¨²n, una Ricky Martin femenina", dice con una media sonrisa. "A m¨ª me encantaba Macarena cuando sali¨®, pero despu¨¦s la pon¨ªan cada minuto y ya no lo pude soportar".

Esta b¨²squeda tiene alg¨²n efecto sobre su propia m¨²sica. "De vez en cuando incorporo a mis discos alguna colaboraci¨®n con estos m¨²sicos, o admito alguna contaminaci¨®n de lo que ellos hacen en mi m¨²sica", admite. "Mi disco Rey Momo fue bastante latino. En el posterior, Tom Z¨¦ hizo algunos arreglos e hice duetos con Marisa Monte y Caetano Veloso. En el que preparo ahora estoy componiendo un tema con Vinicius Cantuaria".