La refundaci¨®n del PSOE
El PSOE est¨¢ podrido. El olor putrefacto se percibe desde el quicio de la puerta de cualquier Casa del Pueblo. Se nos ense?aba un mueble reluciente. La llamada disciplina de partido y el culto al l¨ªder no nos dejaba, ni nos deja todav¨ªa en algunos sitios, escuchar el ruido de la carcoma. Ahora, ese mueble se ha resquebrajado, carcomido por dentro. La enfermedad comenz¨® a incubarse all¨¢ por los felices y lejanos ochenta, cuando se produjo el desbordamiento de las previsiones electorales del partido y se tuvieron que cubrir urgentemente una gran cantidad de puestos institucionales a todos los niveles. Aparecieron entonces carro?eros, ¨¢vidos de poder, riqueza y mejora en su posici¨®n social, que antepusieron sus intereses personales al bien com¨²n. No se les exig¨ªa ning¨²n m¨¦rito, no ten¨ªan que demostrar nada, simplemente tuvieron que estar en el sitio justo en el momento preciso. Algunos de estos oportunistas se han convertido en l¨ªderes locales, regionales o nacionales, quiz¨¢ no tanto por su val¨ªa personal como por "machacar" a todo aquel que pod¨ªa eclipsarlos. En este partido no impera el m¨¢s v¨¢lido ni el m¨¢s preparado, sino el que m¨¢s amigos tiene dentro de la estructura jer¨¢rquica. Esta estructura se ha desmoro-Pasa a la p¨¢gina siguienteViene de la p¨¢gina anterior
nado. La dimisi¨®n de Almunia provoc¨® una reacci¨®n en cadena de dimisiones en las federaciones regionales y agrupaciones locales. Los dimitidos, cabezas de turco, son abandonados por los que fueron sus colaboradores. La tripulaci¨®n abandona a su suerte al capit¨¢n para optar a capitanear el nuevo buque. Cuando se incendia un barco, las ratas son las primeras en abandonarlo. Todo vale para no dejar de vivir de la pol¨ªtica, sobre todo cuando no se sabe hacer otra cosa despu¨¦s de muchos a?os en el cargo. As¨ª, la pol¨ªtica se profesionaliza. Los pol¨ªticos socialistas se "encolan" a sus sillones de diputados, senadores, alcaldes..., y si alg¨²n d¨ªa los abandonan, dejando antes a su delf¨ªn para que ocupe la vacante, es porque tienen asegurado otro puesto m¨¢s alto donde, a poder ser, se cobre un poco m¨¢s y se trabaje un poquito menos. ?stos son los que ahora alzan su voz diciendo que hay que refundar el partido, siempre de ideas, nunca de caras, para guardarse las espaldas. Es verdad, el partido necesita una refundaci¨®n de ideas. Pero si son ellos los mismos de siempre, los que han hecho naufragar el barco socialista, los que van a proponer las "nuevas" ideas, entonces apaga y v¨¢monos.
El partido est¨¢ fracturado, y no hay que irse a Ferraz para percibirlo. En cualquier agrupaci¨®n local hay, como m¨ªnimo, tres corrientes de opini¨®n: los que ocupan o aspiran a ocupar puestos directivos, que divinizan al secretario general; los que quisieran haber ocupado los mismos puestos pero no han podido, que est¨¢n resentidos con el mismo, y los que se preocupan por dar soluci¨®n a los problemas de la sociedad sin esperar nada a cambio, que es, por regla general, el grupo menos numeroso.
Por la salud de la vida pol¨ªtica espa?ola hay que refundar el PSOE. Hay que fabricar un nuevo mueble, pero no con los mismos carpinteros.- Antonio Jos¨¦ Belmonte Carrillo. Lorca, Murcia.
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