El Gobierno crear¨¢ centros especiales para los drogadictos y enfermos mentales encarcelados
El pleno del Parlamento exigi¨® ayer al Gobierno vasco la creaci¨®n de centros especiales para tratar a los drogadictos y a los enfermos mentales que cumplen condena en alguna de las tres c¨¢rceles existentes en Euskadi. La propuesta, transaccionada por socialistas, PP, UA e IU y apoyada por Eusko Alkartasuna, considera que las actuales instalaciones penitenciarias no dan respuesta a las necesidades sanitarias de los toxic¨®manos y de los presos que sufren alguna patolog¨ªa mental. El PNV vot¨® en contra por una confusi¨®n, pero luego aclar¨® su apoyo a la iniciativa.
El error cometido por el PNV en la votaci¨®n se debi¨® a que cre¨ªa que si apoyaba la iniciativa originaria presentada por los socialistas deca¨ªa autom¨¢ticamente la enmienda a la totalidad que hab¨ªa planteado con Eusko Alkartasuna pidiendo la transferencia en materia penitenciaria. Sin embargo, el reglamento del Parlamento permite a un partido apoyar una enmienda transaccional de otros grupos sin que ello implique renunciar a la enmienda a la totalidad que ha presentado. El debate sobre la conveniencia de disponer de centros especiales para drogadictos y enfermos mentales llega justo un mes despu¨¦s de que el Tribunal Supremo fallara que los toxic¨®manos condenados por un juez deben ser internados en centros de desintoxicaci¨®n y no en la c¨¢rcel. En una novedosa sentencia, el Supremo parte del hecho de que el drogadicto es un enfermo y establece que los delitos que cometen deben tratarse con medidas de seguridad, pero que lleven a su reinserci¨®n social, algo que en las actuales c¨¢rceles sigue siendo muy complicado de conseguir.
800 presos
A ra¨ªz de esta sentencia, el PSE present¨® una proposici¨®n no de ley reclamando la creaci¨®n en Euskadi de centros que, cumpliendo las medidas de seguridad pertinentes, den una respuesta sanitaria m¨¢s satisfactoria tanto a los toxic¨®manos como a los enfermos mentales, para los que tampoco existen instalaciones espec¨ªficas. En la actualidad, casi 800 presos est¨¢n incluidos en alg¨²n tratamiento de desintoxicaci¨®n en las tres c¨¢rceles vascas. La droga que provoca su dependencia es fundamentalmente la hero¨ªna consumida por v¨ªa intravenosa. La marginalidad y la escasa preparaci¨®n educativa y laboral definen el perfil de los toxic¨®manos encarcelados.
La autora de la propuesta original, la socialista Gemma Zabaleta, aclar¨® que los futuros centros se van a ubicar a caballo entre las actuales comunidades terap¨¦uticas regentadas por ONG y las c¨¢rceles. Estas comunidades terap¨¦uticas tratan a drogadictos con historiales delictivos de escasa gravedad, pero no pueden acoger a toxic¨®manos que han cometido delitos que producen importante alarma social. M¨¢s de 300 vascos cumplen condena en tratamiento de desintoxicaci¨®n en alguna de estas comunidades. "Merece la pena un esfuerzo por las nuevas infraestructuras para que los toxic¨®manos puedan salir del agujero de la marginalidad", resalt¨® Zabaleta.
El portavoz de IU, Javier Madrazo, tambi¨¦n destac¨® la importancia que supone el tratamiento de los toxic¨®manos para evitar su reincidencia en comportamientos delictivos. "La desintoxicaci¨®n debe realizarse en condiciones para que de resultado", dijo.
Mientras, las representantes de PNV y de EA se mostraron conformes con el esp¨ªritu de la propuesta, pero echaron en falta un pronunciamiento pol¨ªtico reclamando al Gobierno central la transferencia en materia de prisiones. De esta forma, plantearon una enmienda a la totalidad, que decay¨® por falta de apoyos.
Durante el debate, Gema Gonz¨¢lez de Txabarri, del PNV, clam¨® contra la situaci¨®n en la que se encuentran las prisiones vascas: "Es de aut¨¦ntica verg¨¹enza, desde el punto de vista de la dignidad personal". Exigi¨® al Gobierno espa?ol que mientras no proceda al traspaso de la competencias en materia penitenciaria, las ejerza de una forma efectiva, arbitrando las medidas sanitarias oportunas respecto de la poblaci¨®n reclusa drogodependiente.
Los ejecutivos vasco y central firmaron en 1996 un convenio marco para desarrollar de manera conjunta pol¨ªticas en favor de los presos en siete ¨¢reas determinadas, entre ellas salud, educaci¨®n y servicios sociales. Sin embargo, cuatro a?os despu¨¦s de aquel acuerdo s¨®lo algunas ¨¢reas han sido desarrolladas de una manera intensa, como es el caso de educaci¨®n (el Gobierno vasco libera profesores para que acudan a las prisiones). Mientras, el campo de la sanidad sigue en precario.
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