Homenaje a la lengua de mar
"La mar se puede explicar sin los vascos; pero nunca los vascos sin la mar", dice el escritor y periodista Rafael Ossa Echaburu. La frase explica en pocas palabras los motivos que han llevado a crear un Museo de la R¨ªa, esa lengua de mar que como una cicatriz divide en dos la tierra entre Bilbao y el mar. El alcalde bilba¨ªno, I?aki Azkuna, citaba ayer a Ossa Echaburu, tambi¨¦n promotor del museo. Y subray¨® el regidor: "no podemos explicar nuestra vida sin la mar".Las autoridades, personificadas en el alcalde Azkuna y el diputado general, Josu Bergara, pusieron ayer la primera piedra de lo que en octubre del a?o que viene, siempre y cuando se cumplan los plazos previstos, ser¨¢ el Museo Mar¨ªtimo de la R¨ªa. Ser¨¢ un homenaje a las haza?as de muchos marinos, pero tambi¨¦n a los infortunios y calamidades sufridas por navegantes civiles y militares durante siglos.
El lugar elegido es el solar donde se levantaban los astilleros Euskalduna. Parte del museo estar¨¢ bajo cubierto, exactamente bajo la rotonda del Sagrado Coraz¨®n, pero el grueso ser¨¢n los 20.000 metros cuadrados del entorno de tres diques. Y es que la faceta pedag¨®gica ser¨¢ esencial. No en vano, los jovenes actuales crecieron a medida que los astilleros y las industrias de la R¨ªa iban muriendo. Y lo que saben sobre la mariner¨ªa vasca, lo conocen por terceros. La fundaci¨®n del museo quiere que los j¨®venes y los visitantes revivan los tiempos gloriosos y tambi¨¦n los menos gloriosos de lo que Bergara denomin¨® "el ADN hist¨®rico de Vizcaya" y Azkuna llam¨® "las entra?as de Bilbao". Habr¨¢ talleres de modelismo y un centro de investigaci¨®n mar¨ªtima.
La tarea que queda por delante hasta octubre de 2001 es ardua. No s¨®lo hay que construir el recinto, sino que adem¨¢s hace falta restaurar con mimo las embarcaciones que quedar¨¢n atracadas en los diques. Todo ello costar¨¢ 2.000 millones de pesetas, explic¨® el presidente del patronato de la fundaci¨®n, Patrick de la Sota.
Una de ellas, un remolcador ya est¨¢ all¨ª. En un estado penoso, pero ser¨¢ restaurado, como la gr¨²a Carola y la Casa de Bombas, el ¨²ltimo vestigio de los astilleros Euskalduna. Estos dos ¨²ltimos permanecer¨¢n donde ahora est¨¢n como parte del museo. Completar¨¢n el paisaje una bonitera de los 50 regalada por armadores de Ondarroa, el barco en el que Jos¨¦ Luis Ugarte dio la vuelta al mundo en 1993, el Portu, el primer barco construido en Euskaduna, en 1902, y la reconstrucci¨®n de la fal¨²a del consulado, la que no estar¨¢ lista para llevar a Don Diego L¨®pez de Haro de Santurtzi a Bilbao para el 700? aniversario.
El rector de la UPV, Manuel Montero, y el concejal de Cultura, Jos¨¦ Luis Sabas, eligieron el transporte m¨¢s adecuado para la ocasi¨®n. Llegaron en el Saltillo, hoy barco escuela de la Universidad. Bajo el futuro museo quedaron, como manda la tradici¨®n, los diarios de ayer, monedas de curso legal y una invitaci¨®n al acto con el sello del s¨¦ptimo centenario de la villa.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.