El estratega de Damasco
Hafez el Asad, el Le¨®n de Damasco, como se le conoc¨ªa popularmente, era el m¨¢s veterano y tambi¨¦n el m¨¢s fr¨ªo y calculador gobernante ¨¢rabe de Oriente Pr¨®ximo. Jug¨® en el tablero del ajedrez internacional a medio camino entre los intereses de la difunta Uni¨®n Sovi¨¦tica y Estados Unidos. Supo manejarse en solitario, en una permanente ambig¨¹edad, meci¨¦ndose entre el proceso de paz y la opci¨®n militar como ¨²nicas formulas v¨¢lidas para resolver los conflictos de la zona; una compleja ecuaci¨®n que no supo dejar resuelta a pesar de las tres d¨¦cadas en las que gobern¨® su pa¨ªs con pu?o de hierro.Nacido el 6 de octubre de 1930, en la localidad de Qardaha (regi¨®n de Latakia), en el seno de una hacendada familia de campesinos de religi¨®n musulmana alau¨ª, inici¨® sus estudios militares en la Academia de Homs, donde obtuvo el t¨ªtulo de piloto de combate. Casi al tiempo obten¨ªan un diploma igual en sus respectivos pa¨ªses otros pol¨ªticos ilustres que marcar¨ªan una era: Hosni Mubarak, en Egipto; el rey Hussein, en Jordania, o el presidente Weizman, en Israel.
Las proezas a¨¦reas y militares de Asad, que le llevaron durante tres a?os consecutivos a convertirse en un experto en la acrobacia, le permitieron prolongar sus estudios en Rusia. Su carrera no le impidi¨® militar en las bases clandestinas del Partido Baaz ?rabe Socialista, que en aquella ¨¦poca hab¨ªa puesto todo su empe?o en arrancar a Siria de la tutela colonial de Francia.
Asad fue, en 1960, uno de los cuatro fundadores del comit¨¦ militar baazista y uno de los jefes de esta organizaci¨®n, que dirigi¨® la revoluci¨®n del 8 de marzo de 1963 y que llev¨® al Baaz al poder. Asad asciende a comandante de la Fuerza A¨¦rea de Siria.
El protagonismo de este joven militar en la operaci¨®n de recambio le permiti¨® un r¨¢pido ascenso, primero a general de divisi¨®n y despu¨¦s a ministro de Defensa, cuando apenas ten¨ªa 35 a?os. Asad desempe?¨® un papel clave en el golpe militar que, en octubre de 1968, derrib¨® el Gobierno de Yusuf Zeayen.
En 1971, tras haber conspirado con ¨¦xito en diversas revueltas palaciegas, Asad es nombrado presidente de Siria, con la misi¨®n de aplicar un programa de renovaci¨®n pol¨ªtica y social que su organizaci¨®n, el Movimiento de Enderezamiento, hab¨ªa difundido un a?o atr¨¢s.
Asad ser¨ªa, desde entonces, relegido sin oposici¨®n cada siete a?os como presidente de Siria en unos plebiscitos con cifras de adhesi¨®n en torno al 99%, y asentando su legitimidad en la fuerza del partido ¨²nico Baaz.
El ¨²ltimo de esos plebiscitos se llev¨® a cabo el 10 de febrero de 1999, cuando las noticias sobre su salud eran ya alarmantes y se hab¨ªan puesto en marcha los primeros mecanismos para transformar a su hijo Bachar el Asad en su indiscutido sucesor.
La extrema dureza con la que Asad siempre trat¨® a sus enemigos, entre los que incluy¨® al movimiento shi¨ª (represi¨®n de Hama en 1982, en la que su Ej¨¦rcito mat¨® a cerca de 20.000 personas), gener¨® una firme oposici¨®n en el interior y en el exterior, que trat¨® de asesinarle en dos ocasiones.
Pero el enemigo interior m¨¢s encarnizado fue su hermano Rifat al Asad, aliado suyo en los inicios y ca¨ªdo en desgracia despu¨¦s, y quien desde su exilio europeo, y gracias a una inmensa fortuna, ha dirigido las principales batallas para derribarle.
En el plano exterior, Asad ha tenido un enemigo constante, Israel. Lo dej¨® patente en 1973, cuando, aliado con Egipto, desencaden¨® una guerra rel¨¢mpago que, pese a los avances iniciales, termin¨® en derrota. Fue un intento desesperado por rehacerse del rev¨¦s sufrido en 1967, cuando las Fuerzas Armadas israel¨ªes se apoderaron de los altos del Gol¨¢n y situaron sus carros de combates a 100 kil¨®metros de Damasco.
El contencioso con Israel, la presencia del Ej¨¦rcito sirio en L¨ªbano, donde tiene desplegados m¨¢s de 35.000 soldados, y el apoyo incondicional a la guerrilla isl¨¢mica libanesa de Hezbol¨¢ han marcado los ¨²ltimos a?os del Gobierno autocr¨¢tico de Asad.
Los intentos de Estados Unidos por abrir una v¨ªa de di¨¢logo entre Damasco y el Gobierno de Tel Aviv crearon el espejismo de una paz posible en el Oriente Pr¨®ximo. Pero el di¨¢logo iniciado en Wye Plantation en 1994 qued¨® dram¨¢ticamente bloqueado despu¨¦s del asesinato del primer ministro israel¨ª Isaac Rabin, uno de sus impulsores.
Los intentos del ex primer ministro conservador de Israel Benjam¨ªn Netanyahu por abrir nuevas v¨ªas de di¨¢logo con Asad, utilizando los buenos oficios de un comerciante estadounidense especialista en productos de diet¨¦tica y belleza, fracasaron con la misma contundencia, como lo har¨ªan despu¨¦s los del actual primer ministro laborista, Ehud Barak.
En cualquier caso, para Asad, un acuerdo con Israel pasaba por la devoluci¨®n ¨ªntegra y sin etapas de los altos del Gol¨¢n y, a trav¨¦s de ellos, al acceso a las aguas del lago Tiberiades, la gran reserva acu¨ªfera de Israel.
La muerte, desde largo tiempo anunciada, ha sorprendido a Asad en medio de una complicada operaci¨®n pol¨ªtica, en la que Estados Unidos y la Uni¨®n Europea hab¨ªan realizado importantes apuestas. El proceso de paz, inevitablemente quedar¨¢ otra vez bloqueado.
En 1991, durante la guerra del Golfo, Asad logr¨® su mayor ¨¦xito de estrategia pol¨ªtica y borr¨® su estigma de Estado terrorista, que le hab¨ªa colgado la Administraci¨®n estadounidense, tras aliarse con las potencias occidentales frente a Irak, su rival regional. Por ello, ayer, en las calles de Bagdad hab¨ªa indiferencia, y en el Gobierno de Sadam Husein, silencio.
Algunos observadores interpretaron el cambio de Gobierno en Damasco, ocurrido en marzo, como un paso m¨¢s del presidente Asad para preparar a sus compatriotas ante un eventual acuerdo de paz con Israel.
Aunque el r¨¦gimen sirio nunca relacion¨® ambas decisiones, el ascenso de su hijo Bachar al Asad parec¨ªa abrir el camino de un cambio en las relaciones con Israel, tras m¨¢s de cinco d¨¦cadas de enemistad y guerra. A principios de mayo, el presidente sirio decidi¨® que su hijo Bachar fuera nombrado jefe del partido Baaz para sustituirle.
Hafez el Asad sufri¨® dos atentados, en 1973 y 1980, en los que result¨® herido leve. Y cuando en noviembre de 1983 sufri¨® un infarto de miocardio, la circunstancia fue aprovechada por sus rivales m¨¢s directos, entre ellos su hermano Rifat, con el objetivo de hacerse con el poder.
Asad estaba casado y ten¨ªa cinco hijos. Uno de ellos, Basel, considerado durante a?os su sucesor, falleci¨® el 21 de enero de 1994 en un accidente de autom¨®vil. El presidente sirio, muerto ayer a los 69 a?os, despertaba temor entre sus ciudadanos y respeto entre sus adversarios. Era fr¨ªo, met¨®dico y calculador, caracter¨ªsticas que impresionaban incluso a sus propios enemigos israel¨ªes, que nunca llegaron a descubrir si eran innatas o producto de su meditada estrategia pol¨ªtica.
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