El ladrillo de Damocles
La decepcionante presencia y selecci¨®n de Holanda en Madrid en Danza toc¨® techo con el insufrible Byrd, un montaje epid¨¦rmico y pretencioso a base de secuencias de baile poco gestionadas entre s¨ª. Lo de bab¨¦lico aqu¨ª cobra su sentido peyorativo. Artistas de varias nacionalidades (Israel, Noruega, Norteam¨¦rica, Austria, B¨¦lgica, Holanda y Chipre) intentan algo que no cuadra ni cuaja. Empezando por el uso humillante que se hace de la m¨²sica de William Byrd. Los bailarines navegan sin rumbo en una escena de mercadillo second hand. Poco a poco el poco p¨²blico empez¨® a desertar, pues es una obra poco amable, con la idea equivocada de que mientras m¨¢s dura sea la apariencia m¨¢s moderno se es.Por el contrario, la danza moderna francesa ha quedado muy alto esta vez. La propuesta de L?Esquisse es una pieza coral de gran belleza tr¨¢gica y enorme poso cl¨¢sico. Bouvier tiene sentido del anticl¨ªmax y de la composici¨®n. Si bien es verdad que en su trabajo se perciben las influencias (especialmente Bausch en lo est¨¦tico), la core¨®grafa sabe sacar el m¨¢ximo a sus bailarines, todos excelentes. El uso de la voz junto al proceso de descomposici¨®n material de un monumento funerario, crean un ceremonial tenebrista y tenso, universal.
Leine & Roebana Byrd
Andrea Leine y Harijono Roebana. M¨²sica: William Byrd y Yannis Kyriakides. Virginal: Zohar Shefi. Vestuario: Emmy Schouten. Escenograf¨ªa: Robert van del Horst. Centro Cultural de La Villa de Madrid. 10 de junioL?Esquisse Furias. Coreograf¨ªa: Jo?lle Bouvier; vestuario: Rachel Quarmby; luces: R¨¦mi Nicolas. Teatro del C¨ªrculo de Bellas Artes, Madrid. 11 de junio.
En la plantilla de L?Esquisse, dos espa?oles de ¨¦xito que ya hemos visto en solitario y que hoy ya son dos artistas maduros y de gran lucimiento: Rafael Pardillo y Emilio Urbina. Las tres bailarinas son excepcionales. El teatro del C¨ªrculo se llen¨® y por primera vez en este festival, justificadamente, se puso en pie a aplaudir entre bravos. La met¨¢fora de los ladrillos como partes de una edificaci¨®n moral y com¨²n a los personajes deja un sabor de verdadera obra de arte.
Babelia
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